Hallan cien fotos inéditas de Centelles en Barcelona
- Sus hijos hallaron los negativos dentro de una caja de galletas
- Centelles guardó fotografías de miembros del Govern detenidos en Madrid
- El hallazgo se suma a los 9.000 negativos que ya se conocen.
- El fotógrafo valenciano fue uno de los mejores cronistas de la Guerra Civil
Cerca de cien nuevos negativos del fotoperiodista valenciano Agustí Centelles (1909-1985) fueron hallados por sus hijos mientras rebuscaban en su laboratorio fotográfico.
El hallazgo se sumará a la colección de más de 9.000 negativos que ya se conocen del fotógrafo, famoso por sus instantáneas de la Guerra Civil.
Según publica hoy El Periódico de Catalunya, el Museu Nacional D'Art de Cataluña (MNAC) llamó a los hijos del fotógrafo, Sergy y Octavi, para pedirles fotografías para una exposición sobre Barcelona. Cuando éstos buscaron en el laboratorio de su padre hallaron una caja de galletas de marca Virginia que contenía los nuevos negativos.
Al parecer, la caja contenía fotografías que Centelles no sabía cómo clasificar. Quedaron en su interior fotografías familiares de antes de la guerra y de los dos años que pasó el fotógrafo en Reus tras su exilio en Francia.
También se hallaron rollos de negativos con edificios bombardeados en Reus y Falset, descartes de otros negativos que no fueron publicados y diversas fotografías clásicas. Algunas muestran el arresto de los Mossos d'Esquadra por parte de la Guardia Civil tras los sucesos del 6 de octubre de 1934.
En el contenido inédito hallado por los hijos del fotógrafo destacan las imágenes de los miembros del Govern de la Generalitat detenidos en la cárcel Modelo de Madrid por los hechos de 1934. Los cinco políticos (Lluís Companys, Joan Comorera, Pere Mestres, Martí Esteve y Ventura Gassol) aparecen sentados en las camas de la cárcel y miran a la cámara de Centelles.
El hallazgo se completa con fotografías conservadas de los reportajes en las cavas Canals & Nubiola, en las que aparecen personajes ilustres como Salvador Dalí, Ricard Cugat, Kubala, Di Stéfano y Andrés Gimeno.
Un cronista de su época
La obra de Centelles se ha mantenido en el tiempo gracias a su esfuerzo por preservar el trabajo de muchos años plasmando la realidad social de un país en guerra. Cuando en 1939 se exilió en Francia, el fotógrafo se llevó consigo 9.000 negativos metidos en una maleta.
Los mantuvo en su poder aún cuando se encontraba en el campo de concentración de Bram (Francia). Cinco años después de exiliarse, Centelles y sus negativos se separaban. El fotógrafo dejaba su maleta a unos granjeros de Carcassonne (Francia), para que cuidaran de un material que, de regresar a España, sería confiscado por el Franquismo.
Centelles volvería a España por la frontera andorrana para vivir dos años en Reus (1945-47). Fue juzgado y condenado en 1946, pero obtuvo la libertad condicional.
Treinta años después, en 1976, regresó a Francia para recuperar sus fotografías. A partir de entonces dedicó su vida a reordenar su archvio, copiando, ampliando e identificando todas y cada una de las fotografías que había ocultado.
El Ministerio de Cultura reconoció su obra otorgándole en 1984 el Premio Nacional de Fotografía. Un premio que llegaba justo a tiempo. En diciembre de 1985 fallecía Agustí Centelles en Barcelona a los 76 años de edad tras una vida dedicada por entero a la fotografía.
Un montaje que se convirtió en un símbolo
Una de las fotografías más reconocidas y famosas de Centelles es la titulada 'Guardia de asalto en la calle de la Diputació'. En ella se observa a un soldado apoyando su cuerpo en una esquina, mientras empuña una bayoneta con la que apunta al enemigo.
De ella se dijo que era un montaje. Centelles lo reconoció. Para él era más importante plasmar las sensaciones que el propio momento. El fotógrafo vivía en primera persona las escenas propias de una guerra, que en muchas ocasiones no podía captar la instantánea.
El autor colocó al soldado donde quería y en el instante preciso para que la fotografía se convirtiera en un icono de la Guerra Civil, a la altura del miliciano muriendo en el Cerro Muriano de Robert Capa. Ambas fotografías son símbolos de aquella época y se rodearon en su momento de gran polémica sobre su orígen.