Los fracasos más sonados de la NASA
- Especial 50 aniversario de la NASA
El primer gran varapalo para la entonces incipiente Agencia Nacional del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) fue el hecho de que no fueran ellos, sino sus grandes rivales, los rusos, los primeros en lograr enviar a un hombre al espacio. Y lo que era mucho más importante, lograr hacerle regresar a la tierra sano y salvo. A cambio, Kennedy impulsó una guerra fría espacial que logró para la Historia algunos de los mayores logros científicos de la Humanidad, pero que también trajo algunos sonados fracasos, que en muchos casos se cobraron vidas humanas.
Incendio del Apolo 1. El 27 de enero de 1967, el comandante Virgil Grissom (apodado Gus), y los pilotos Edward White y Roger Chaffee se encontraban dentro de la nave Apolo 3 realizando unas pruebas para su futura misión. De repente, por un cortocircuito en un cable mal aislado, se produjo un incendio que se extendió muy rápidamente, casi de forma explosiva, matando a los astronautas por asfixia en sólo 17 segundos. Los tripulantes de la nave no pudieron escapar de la ratonera en que se convirtió, puesto que no había previsto un sistema de escape de emergencia en la cápsula. La muerte de los tres astronautas hizo que la NASA rediseñara casi por completo el módulo antes de proseguir con las misiones tripuladas al espacio. Además, en honor a los fallecidos decidieron rebautizar la misión como Apolo 1.
Explosión del Challenger. La misión STS-51-L parecía gafada desde el principio. El lanzamiento de la nave se retrasó por el mal tiempo hasta seis veces, hasta que el 28 de enero de 1986 se dio definitivamente el visto bueno a su despegue. A bordo, siete tripulantes, entre ellos Christa McAullife, la primera civil que viajó al espacio. 73 segundos después del despegue, la nave se desintegró ante los atónitos ojos de miles de personas en cabo Cañaveral, y millones de telespectadores de televisión. Tras el accidente, una comisión de seguridad de la NASA detectó graves fallos en el diseño de las naves, especialmente en el diseño de los tanques de combustible, que motivaron la explosión del Challenger. Los transboradores permanecieron en los hangares durante dos años.
Mars Observer. Corría el mes de agosto de 1993 cuando la sonda espacial Mars Observer perdió de forma total el contacto con la NASA, once meses después de su lanzamiento y apenas tres días antes de su esperada entrada en la órbita de Marte. La misión, en la que los científicos de la NASA habían puesto muchísimas expectativas, se convirtió en uno de los fracasos más sonados de la historia de la carrera espacial estadounidense.
Mars Climate Orbiter. Marte sin duda fue un lugar bastante gafado para la agencia espacial estadounidense. Tras la pérdida del Mars Observer, los estadounidenses diseñaron una nave, la Mars Climate Orbiter, que se lanzó en 1999 con el objetivo de analizar el clima de nuestro planeta vecino. Sin embargo, un fallo de principiantes ¿errores de cálculo y compenetración entre e4stadounidenses, que miden en millas, y rusos ¿que colaboraron en la misión, que lo hacen en metros, motivó que la nave se desintegrara al entrar en la atmósfera marciana.
Mars Polar Lander. Tampoco tuvo suerte la misión Mars Polar Lander, que en ese mismo año, 1999, tenía como objetivo aterrizar sobre el planeta rojo para tomar datos y muestras científicas. El lander dejó de dar señales durante la maniobra de entrada en la atmósfera de Marte, y siete días después la NASA dejó de buscarlo. La conclusión fue que también se había perdido.
Columbia. El 1 de febrero de 2003, cuando el transbordador espacial Columbia se disponía a entrar en la Tierra tras una misión de 15 días de duración, la nave se deshacía al contacto con la atmósfera terrestre. En Tierra se perdió el contacto con la nave a las 07:59:32 hora central de Estados Unidos. Minutos después, las televisiones de todo el muindo empezaron a mostrar imágenes de una estela de humo blanco, los restos de la nave que se esparcieron a lo ancho de buena parte del continente. Tras el accidente, en el que perecieron los siete tripulantes del transbordador, la comisión de investigación determinó que el fallo había estado en unas losetas aislantes de la nave, que se golpearon por los tanques del combustible provocando unas pequeñas fisuras que resultaron letales durante la maniobra de reentrada en la atmósfera terrestre. Tras el accidente, los transbiordadores volvieron a estar parados durante dos años de revisión y supervisión. En ese tiempo, en el año 2004, la NASA anunció que la vida de estas gigantescas naves acabaría en 2010 para dar paso a otros sistemas más seguris, pequeños y manejables en el espacio.