Identificar por el ADN a los 114.226 desaparecidos en la Guerra Civil "llevaría años"
- Realizar las pruebas genéticas a los desaparecidos costaría más de 137 millones de euros
- El nivel de éxito de identificación de cada muestra dependerá del estado de conservación
Identificar con pruebas de ADN a los 114.226 desaparecidos en la Guerra Civil y el franquismo, "llevaría años" y supondría un gasto "incalculable" en "inversión de tiempo y de personal".
Así lo explica la directora del Instituto Nacional de Toxicología (INT) en Madrid, Teresa Tena, en relación a la fosas de los desaparecidos de la guerra civil española que pretende identificar el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.
Más de 137 millones de euros podría costar realizar las pruebas genéticas a todos los desaparecidos teniendo en cuenta que una normativa de 1999 que fija en unos 1.200 euros el precio público de un análisis de ADN en una muestra de esa antigüedad.
La directora del Instituto Nacional de Toxicología, que cuenta con laboratorios en Madrid, Barcelona, Sevilla y Tenerife, cree que las pruebas de ADN deben ser "la última opción", "el último eslabón de la cadena" tras recurrir a estudios históricos y antropológicos para una identificación previa, lo que se traduciría en "el menor número posible de análisis".
Identificar por ADN, un trabajo de años
Respecto al ofrecimiento del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, de poner a disposición de Garzón los servicios del INT para las identificaciones, Tena matiza que abordar esa tarea "supondría una carga que estaríamos dispuestos a asumir, pero no de manera inmediata".
"Sería un trabajo que se alargaría años", pronostica, al destacar que se trataría de "un trabajo extraordinario", "suplementario" al diario, y al que no podrían dedicar el tiempo completo que se dedica a las identificaciones urgentes como fueron las del 11-M o las del accidente aéreo de Barajas.
No obstante, cree que, tras pasar el filtro de los arqueólogos -que son los que abren la fosa de forma organizada- y el de los antropólogos, "no nos llegarán todos los restos exhumados para identificación genética porque muchos de ellos podrán ser identificados por una serie de datos antropológicos".
Tras hacer hincapié en la disposición de sus compañeros a "colaborar con todo", Tena destaca también lo "imprescindible" que resulta en este asunto establecer unos protocolos de trabajo, "como dice la Ley de Memoria Histórica", para unificar los métodos y que las exhumaciones se hagan de igual forma "en Castilla y León que en Andalucía".
Los análisis dependen del estado de conservación
En cuanto al tiempo de análisis de cada muestra, las responsables del INT calculan que puede prolongarse "varios meses" y que es difícil determinar con precisión cuánto tarda.
El nivel de éxito va depender por tanto del estado de conservación de las muestras y del grado de parentesco, y "habrá algunos que queden sin identificar porque no se encuentren familiares directos o porque no haya ningún familiar de esa personas reclamando", señala Tena.
"También ha habido casos de abrir una fosa en la que el familiar creía que estaba su pariente y luego resultar que no estaba, con lo que la identificación es negativa. Esto sucederá en muchos casos porque en una misma zona puede haber varias fosas y puede producirse alguna confusión" y eso, admite, podría pasar también con la fosa en la que se cree que están los restos de Federico García Lorca.