Venezuela celebra elecciones regionales con aires de plebiscito para Chávez
- El partido de Chávez es claro favorito en los sondeos, pero puede perder apoyos
- Hace un año, sufrió su primer revés en las urnas en un referéndum constitucional
- El propio presidente ha llevado la campaña y ha amenazado a la oposición
Venezuela elige este domingo alcaldes y gobernadores en unas elecciones, que pese a su carácter local, servirán al presidente hugo Chávez para conocer el nivel de aceptación del proyecto socialista que impulsa desde hace 10 años y que sufrió un primer revés con la derrota en el referéndum consititucional hace menos de 12 meses.
Consciente de que su popularidad está en entredicho, Chávez ha tomado las riendas de la campaña recorriendo todo el país para acompañar a los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
"Nos estamos jugando el futuro de la revolución, el futuro del socialismo, el futuro de Venezuela, el futuro del gobierno revolucionario, y también el futuro de Hugo Chávez", declaró el propio presidente en estos días, mostrando que estas elecciones van mucho más allá del ámbito regional.
La oposición también otorga a la cita un carácter trascendente: "Esto es un maratón hacia la libertad. Quien se para, pierde. Son elecciones regionales pero son elecciones nacionales", ha declarado el coordinador de Primero Justicia, Julio Borges.
Chávez ha centrado su discurso en defender el proyecto de "revolución bolivariana" y denunciar supuestos planes de golpe de Estado de la oposición, como el que sufrió en el 2003.
Según los sondeos, globalmente el PSUV obtendrá una victoria clara, pero la oposición puede sumar algún estado a los exiguos dos que gobierna actualmente. Se eligen 22 gobernadores, más de 300 alcaldes y cerca de 200 legisladores.
En las elecciones regionales de hace cuatro años, el chavismo ganó 20 gobernaciones, aunque cinco se desmarcaron luego del oficialismo, 278 alcaldías y la mayoría de los cargos legislativos municipales y regionales.
El rico estado Zulia (oeste), Barinas (suroeste), tierra natal de Chávez, Miranda, cuya capital es Caracas, o el pobre y violento municipio caraqueño de Sucre, son claves para que ambas partes lean los resultados del domingo.
Chávez, protagonista
Diversos responsables de oposición, que consiguieron presentar candidaturas unitarias en la mayoría de estados y ciudades, afirman que Chávez planteará de nuevo tras estos comicios la reelección indefinida para el presidente, cuestión que fue incluida en el proyecto de reforma de la Constitución rechazado hace menos de 12 meses, su primer fracaso en las urnas.
Según el texto actual, aprobado a instancias suyas en 1999, Chávez deberá abandonar el poder a principios del 2013 tras agotar el límite de mandatos. No obstante, recientemente declaró al respecto: "Cuatro años es lo que me queda (...) No discutamos esoahorita, lo hablamos después de noviembre".
Unos 17 millones de venezolanos están llamados a lar urnas. La abstención de hace cuatro años fue de 54,6%. No obstante, las autoridadesprevén un aumento de la participación.
El proceso de votación será totalmente automatizado y observado por 134 representantes de órganos electorales de países de la región y de otras instancias. El presidente y su partido han anunciado que acatarán el resultado. Pero Chávez también ha llamado ya a sus seguidores a salir a las calles tras la votación y ha amenazado con sacar los tanques a la calle si pierde determinados estados.
Según Chávez, la oposición buscará "reproducir el modelo aplicado en Nicaragua", donde "siguiendo instrucciones de Washington, desconoció los resultados, lo que dio lugar a violentos disturbios". Unos 140.000 miembros de la Fuerza Armada garantizarán la seguridad en la jornada.
El Consejo Nacional Electoral ha anunciado que sólo darán a conocer los resultados cuando tengan un "carácter irreversible". A pesar de las torrenciales lluvias de los últimos días, que han causado al menos 14 muertos, las autoridades han informado de que se han solucionado todos los problemas en los centros de votación, que abrirán a las seis de la mañana (11.30 horas en la España peninsular).