Muere el director de cine Robert Mulligan
- Algunas de sus obras son "Matar a un ruiseñor" o "Verano del 42"
- Falleció el sábado en su casa de Conneticut, EE.UU, por una enfermedad cardiaca
El director estadounidense Robert Mulligan, candidato a un Óscar en 1962 por "Matar a un ruiseñor", ha fallecido en su casa en Lyme, Connecticut, a los 83 años de edad, según informaron los medios de prensa estadounidenses.
Su sobrino, Robert Rosenthal, dijo a la prensa local que Mulligan, que padecía una enfermedad cardiaca, falleció el sábado. El director comenzó a trabajar en televisión en Nueva York, a comienzos de la década de 1950 y ganó un Premio Emmy por la película televisiva "The Moon and Sixpence", en 1960.
La muerte de Robert Mulligan, a los 83 años, significa el adiós a uno de los directores más populares de las décadas de 1960 y 1970 en Hollywood, capaz de extraer lo mejor de sus actores protagonistas, como fue el caso de Gregory Peck en "Matar a un ruiseñor".
Mulligan únicamente recibió una candidatura al Oscar como mejor director por esa cinta pero su labor hizo que cuatro mujeres (Mary Badham, Natalie Wood, Ruth Gordon, Ellen Burstyn) fueran candidatas al premio de la Academia de Hollywood bajo sus órdenes.
Pero fue Gregory Peck, en la que muchos consideran la mejor actuación de su carrera, quien se llevó el Oscar por su inolvidable papel de Atticus Finch, ese abogado y padre de familia ejemplar que defiende a un hombre negro acusado de violación en una ciudad del sur de EEUU, durante la Gran Depresión.
Badham recibió una nominación al Oscar como mejor actriz secundaria por esta película, que fue testigo de una de las primeras apariciones de Robert Duvall en la gran pantalla.
'Verano del 42', un filme de culto
Por su parte, Wood y Burstyn consiguieron sendas candidaturas a la mejor actriz por "Amores con un extraño" (1963) y "El próximo año a la misma hora" (1978), respectivamente, mientras que Gordon recibió una nominación como actriz secundaria por "La rebelde" (1965).
Además de su mano maestra a la hora de dirigir a sus actores, a Mulligan se le reconoce su capacidad para acercarse al mundo adolescente, como ocurría en "Verano del 42" (1971), un filme de culto que ha envejecido mal y en el que el director actuaba también como narrador, o en "El corazón de Clara" (1988).
"No sabía en qué consistía la vida hasta que fui un adolescente, cuando te das cuenta de que, tarde o temprano, vas a tener que cruzar la puerta de casa. Mamá y papá no van a estar ahí, no vas a estar protegido. Esas cosas se convirtieron en algo excitante y terrorífico a la vez para mí", dijo el director en 1991 al periódico Dallas Morning News.
Aunque también los críticos le achacaban una falta de "estilo propio" en su labor, algo con lo que se mostró en desacuerdo el francés François Truffaut, admirador de su filmografía. "No sé nada acerca del 'estilo Mulligan'", admitió a la revista Village Voice en 1978 el propio realizador. "Si lo encontráis, bueno, es vuestro trabajo".
Procedente del mundo de la pequeña pantalla, Mulligan comenzó a trabajar en Nueva York a comienzos de la década de 1950 y ganó un premio Emmy por la película para televisión "The Moon and Sixpence" (1959).
Para entonces este neoyorquino ya se había hecho cargo de la dirección de varios episodios de diferentes series de la época, como "Suspense" o "Studio One", del canal CBS, e incluso había debutado como director de cine con "El precio del éxito" (1957), la historia de un jugador de béisbol con una enfermedad mental, protagonizada por Anthony Perkins.
Dirigió una veintena de películas
Mulligan dirigió otras 19 películas, incluidas "Verano del 42", una historia sobre tres jóvenes deseosos de perder su virginidad, cuya banda sonora alcanzó un enorme éxito, o "El otro", su aproximación al cine de terror, antes de cerrar su carrera en 1991 con "verano en Luisiana", la primera película de Reese Witherspoon.
Pero su obra más recordada será "Matar a un ruiseñor", adaptación de la novela de Harper Lee, ganadora del premio Pulitzer, que además del Óscar para Peck recibió los galardones al mejor guión adaptado y a la mejor dirección artística, de entre las ocho candidaturas que logró.
Esa fue una de las siete películas en las que Mulligan colaboró con el productor Alan J. Pakula entre 1957 y 1969.