Enlaces accesibilidad

Detenido en México 'Pepe el del Popular', al que buscaban desde 1991 por fraude bancario

  • José Pérez Díaz huyó tras dejar un agujero de 36 millones de euros en su sucursal
  • Durante 18 años ha vivido en México como representante comercial junto a su esposa
  • Cuando el banco le anunció que inspeccionaría la oficina, desapareció de Santander
  • Los hechos fueron juzgados en 2004 y un empresario fue condenado a un año de cárcel

Enlaces relacionados

Por
Cae 'Pepe el del Popular'

La Policía de México ha detenido al ex director de la sucursal número 1 del Banco Popular en Santander José Pérez Díaz, conocido como Pepe el del Popular, quien se encontraba huido de la justicia desde 1991, cuando se descubrió en su oficina un agujero que la propia entidad cifró en más de 6.000 millones de pesetas (más de 36 millones de euros), han informado fuentes policiales.

José Pérez Díaz habría residido desde entonces en México bajo una identidad falsa dedicado a la representación comercial de varios negocios, entre ellos de construcción, en Veracruz, en el golfo de México, donde residía bajo una identidad falsa, según fuentes oficiales españolas en el país centroamericano.

Estas fuentes han detallado que Pérez Díaz fue detenido el pasado lunes en la capital mexicana. Tras su detención, las autoridades mexicanas iniciarán el trámite de extradición habitual. Al parecer, Pepe el del Popular vivía en Veracruz con su mujer, Esperanza Murillo, quien le acompañó en la fuga desde España y que también usó una identidad falsa.

Un banco encubierto

Pérez Díaz desapareció de Santander el 5 de marzo de 1991 después de que el propio banco le avisara de que se iba a inspeccionar su sucursal en el céntrico barrio de Puertochico, porque había descubierto diversas anomalías en su operativa. En el fraude resultaron perjudicados entre 250 y 300 clientes.

Así, fue el propio director regional del Banco Popular para Asturias y Cantabria, Pedro María Martínez Suescun, quien le comunicó el jueves 28 de febrero, que se habían detectado "diversas anomalías en el modo de operar interno" de su oficina. En lugar de esperar la correspondiente inspección, Pérez Díaz desapareció sin dejar rastro cinco días después. Según declaró en el juicio celebrado en 2004 el testigo José Alfonso Ponte, uno de los tres apoderados que tenía la sucursal, se le vio por última vez en el velatorio de un antiguo compañero de trabajo.

La Audiencia de Cantabria juzgó los hechos en su ausencia y consideró probado "fuera de toda duda" que Pérez Díaz montó en su sucursal "un banco paralelo" a través del cual conseguía depósitos millonarios de numerosos clientes. 

La oficina más importante de Cantabria

Pérez Díaz ofrecía a esos clientes depósitos a un interés superior al que manejaba la entidad bancaria y concedía préstamos encubiertos a otras personas, todo ello en operaciones que generalmente se cerraban en su despacho, pero que no quedaban recogidas en la contabilidad oficial del Banco Popular.

Así, Pepe anotaba los depósitos en cartillas sin mecanizar, en las que, en ocasiones, al cliente sólo se le identificaba con iniciales. Su talento para captar depósitos fue tal, que convirtió su oficina en la más importante del banco en Cantabria, con renombrados clientes particulares e institucionales en su cartera.

En su ausencia, fueron juzgados por estos hechos seis personas como posibles cómplices de sus manejos. Sólo una de ellos, el empresario Eduardo Álvarez Álvarez, recibió una sentencia condenatoria: cinco años de cárcel por un delito de apropiación indebida, que el Tribunal Supremo redujo a un año de prisión. La sentencia consideró probado que parte del dinero de la banca paralela montada por Pérez Díaz fue a parar a cuentas de Eduardo Álvarez y otra parte al patrimonio del propio Pepe y de su esposa.