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Unos 175.000 civiles permanecen sin apenas agua ni comida tras los combates en Sri Lanka

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Civilians arrive at the village of Putumatalan in Puthukkudiyirippu
Decenas de miles de civiles están sufriendo las consecuencias del enfrentamiento entre el Ejército de Sri Lanka y la guerrilla de los Tigres Tamlíes.

En torno a 175.000 civiles tamiles se encuentran hacinados en campos de desplazados en Sri Lanka sin apenas asistencia médica, comida ni agua y bajo el control del Ejército. La población está sufriendo las consecuencias del enfrentamiento entre el Ejército y la guerrilla de los Tigres Tamiles.

A pesar de que el Gobierno ha rechazado los ofrecimientos de ayuda por parte de la comunidad internacional y las sugerencias de evacuación, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha anunciado este jueves el envío inmediato de un equipo de Naciones Unidas a la zona para que determine las necesidades humanitarias de la población.

La ONU calcula que, desde el pasado mes de enero, han muerto unos 4.500 civiles por las hostilidades.

Sólo desde el lunes, 103.000 personas han huido de la franja de tierra costera del distrito de Mullaitivu en la que resisten unos cientos de guerrilleros de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE), contra los que el Ejército ha lanzado su ofensiva final tras 25 años de lucha.

Llamamiento urgente

En un comunicado, el coordinador humanitario de la ONU en Sri Lanka, Neil Buhne, ha advertido de que este "éxodo repentino" ha saturado los campos de desplazados y ha hecho un llamamiento a la entrega urgente de fondos para atender sus necesidades más básicas de agua, comida, ropa y cobijo.

"He visto niños con disentería, niños y mujeres malnutridos, heridas sin atender y gente vestida con harapos", ha descrito Buhne, tras regresar a Colombo de una visita a los campos de Vavuniya (norte), que acogen a 80.000 civiles.

Buhne ha recordado que la ONU apenas consiguió un tercio de los 155 millones de dólares que había pedido en febrero para atender a los tamiles que huían de los combates, intensificados en enero.

Expulsados de sus hogares

Muchos de los desplazados, ha subrayado Buhne, "fueron expulsados de sus hogares por los combates hace más de un año y es casi un milagro que hayan sobrevivido a semejante calvario".

La ONU ha pedido al Gobierno que disponga de más terrenos y edificios públicos para acoger a los desplazados, y que "libere" rápidamente a aquellos "que no suponen una amenaza para la seguridad" como ancianos, discapacitados, niños y mujeres embarazadas, así como a los trabajadores humanitarios que mantiene retenidos.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha advertido del "rápido deterioro de la situación" y ha realizado un llamamiento a las partes para que cesen las hostilidades.

Situación de emergencia

El Gobierno ha cifrado este jueves en 175.714 el número de desplazados y ha convenido en que "se enfrenta a una situación de emergencia humanitaria",  en palabras del ministro de Exteriores, Rohitha Bogollagama, en una reunión con el cuerpo diplomático en Colombo.

El ministro ha pedido asistencia humanitaria y también para el desminado y la reconstrucción de infraestructura del antiguo territorio del LTTE en el norte y este del país, que considera imprescindibles antes de poder evacuar a los civiles de los campos para desplazados.

Bogollagama ha agradecido el llamamiento de la ONU anoche al LTTE para que se rinda,  pero ha rechazado las críticas a su Gobierno y ha calificado de "ridículas" las denuncias de muertes civiles y de "incongruentes" las afirmaciones de que el Ejército ha bombardeado el reducto guerrillero.

La franja de tierra donde resiste el LTTE, rodeada por fortificaciones guerrilleras, había sido declarada "zona segura" por el Gobierno, lo que llevó a una masa de civiles a buscar refugio en ella.

Según el ministro, quedan entre 15.000 y 20.000 civiles atrapados en esta franja de apenas 8 kilómetros cuadrados, aunque un trabajador humanitario los ha calculado en unos 50.000, tras insistir en que el número es aproximado.

Estos civiles no han podido recibir ninguna asistencia humanitaria desde el primero de abril, según la ONU.

Faltan alimentos, agua y medicinas

"Hay una falta crónica de alimentos, agua y medicinas, además de restricciones por parte del Gobierno para que los suministros lleguen a la zona, lo cual está agravando la situación de los civiles", ha alertado el cooperante.

Según la fuente, la comunidad internacional "tiene que hacer algo inmediatamente" para socorrer a esa población, a la que sólo tiene acceso el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

Francia planteó este miércoles una posible operación de evacuación por mar, que Bollogama ha considerado -sin aludirla- innecesaria, igual que la intervención de "monitores internacionales".

Exteriores sí que ha informado de que la India ha enviado ya por mar un cargamento de 40.000 paquetes humanitarios a las costas ceilanesas.

Según el cooperante, es un "momento crítico" para los civiles, pero al Gobierno "le está saliendo de película su estrategia", en vista de las condenas unánimes al LTTE.

"Están consiguiendo lo que buscaban durante los últimos 20 años: terminar con el LTTE. Llegados a este punto, el Gobierno no va a parar. Hará cualquier cosa para acabar tan rápido como pueda", abundó.

Al LTTE, que se ha parapetado tras la población, "le da igual las muertes" de civiles de su misma etnia, ha lamentado.