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Cien días y cinco años

  • Zapatero se reúne con Obama tras cinco años de desencuentro con Bush
  • "Estoy contento de poder llamarle amigo mío", le dice Obama
  • La retirada de Kosovo provocó sorpresa y decepción en Washington
  • España acogerá media docena de presos de Guantánamo
  • España ofrece 450 soldados y 9 millones para garantizar las elecciones afganas
  • Obama pone a nuestro país como modelo energético y ferroviario

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Barack Obama cumple sus primeros cien días como presidente con un amplio respaldo a su gestión

Cinco años le ha costado al presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, restaurar la normalidad en sus relaciones con la presidencia de los Estados Unidos. Zapatero cumplió su compromiso electoral de retirar las tropas de Irak en 2004. Bush no le perdonó que lo hiciera de forma inmediata y, sobre todo, que animara a otros países a seguir su ejemplo.

Bien es cierto que, según fuentes de la Moncloa, Zapatero no tuvo mucho interés en hacerse la foto con Bush, el protagonista de las Azores. El recelo era correspondido. Además, las relaciones entre los dos países seguían dentro de los cauces normales, como socios y aliados. 

El vuelco electoral de noviembre ha facilitado mucho el reencuentro y el deshielo entre los líderes. El PSOE apostó mucho antes del triunfo demócrata por su candidato, Barack Obama. El Rey abrió las gestiones después de la toma de posesión. Se reunió en Miami con el consejero de Seguridad Nacional, James Jones, el pasado mes de febrero. 

"España apuesta por Estados Unidos, como no podía ser de otra manera", dijo Don Juan Carlos. El apretón de manos de los presidentes ha caído como fruta madura, aunque con algún tropiezo de por medio.

Llámame Barack

Zapatero y Obama celebraron su primera reunión formal en la cumbre de Praga del pasado 5 de abril. "Estoy contento de poder llamarle amigo mío", le dijo Obama. Zapatero le ofreció todo el apoyo de nuestro país para "un orden mundial de paz, un orden mundial más justo". 

El principio oficial de una "relación ya sólida y que lo será aún más", espera Obama. "Una relación muy amistosa y muy simpática", le dijo a Zapatero en español. El encuentro de 45 minutos tuvo su correspondiente comparecencia ante los medios, ambos presidente flanqueados por sus respectivas banderas. 

Zapatero y Obama se habían encontrado cuatro días antes en la cumbre del G-20 en Londres, donde hablaron un rato informalmente. Lo justo para presentar a Geithner, intercambiar opiniones sobre la crisis e invitarse mutuamente a visitar sus países. Todavía no hay fecha. Comparten algunas facetas: la afición por el basket, dos hijas, el mismo día de nacimiento, se llevan sólo un año. Y la baraka, la suerte, que les ha aupado al poder de forma inesperada.

Tropiezos sin consecuencias

Zapatero no consiguió el triunfo mediático por el que había trabajado durante tanto tiempo. La filtración en España de su nuevo gobierno eclipsó el encuentro con Obama. Ha habido más tropiezos en los últimos cien días.

El más sonado ha sido la retirada de las tropas de KosovoEl anuncio inesperado de la ministra de Defensa, Carme Chacón, provocó una sorpresa contundente en Washington. El portavoz del departamento de Estado calificó la decisión de "profundamente decepcionante". Lo repitió tres veces.

El gobierno español tuvo que desplegar una intensa actividad diplomática para dar explicaciones. A Estados Unidos y a los socios de la OTAN. Incluido el viaje de Zapatero a Viña del Mar, Chile, donde se entrevistó con el vicepresidente Joe Biden: "España es un aliado sólido". 

Tampoco ha gustado en la Casa Blanca la querella presentada en España contra seis cargos de Bush, los arquitectos legales de Guantánamo. El propio Obama ha tenido que publicar los informes que amparaban legalmente la tortura. Pero "prefiere mirar hacia delante que hacia atrás", como respondió en la CNN a la pregunta sobre las diligencias del juez Garzón. Al final, la Audiencia Nacional ha pedido que se rechace la querella. 

Gestos con trascendencia

El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, el primer miembro del Gobierno de visita en Washington, aseguró a su homóloga, Hillary Clinton, que España aceptará media docena de presos de Guantánamo. "Si se respeta la ley". Todo un gesto hacia Obama. El cierre del limbo legal de Guantánamo fue una de las primeras medidas del Presidente. Pero llevarlo a la práctica exige que sus aliados acojan aquellos presos que no pueden volver a sus países de origen. Corren peligro de muerte.

El segundo gesto de calado del Gobierno español ha sido ofrecer 450 soldados y 9 millones de euros para garantizar la seguridad en las elecciones afganasEl batallón volverá en cuanto concluya el proceso. Pero es una de las respuestas más sólidas a la petición de Obama de ayudarle en la guerra de Afganistán. España mantendrá los cerca de 800 efectivos desplegados en el país y está construyendo una nueva base.

Las visitas de los ministros españoles a Washington se multiplican. El titular de Industria, Miguel Sebastián, se ha entrevistado con su colega de Energía. La vicepresidente económica, Elena Salgado, ha pedido apoyo al secretario del Tesoro, Tim Geithner, para el ingreso de España en el G-20. Es la relación normal entre socios y aliados. Hay oportunidades para las empresas de nuestro país en el inmenso plan de estímulo de Obama. No en balde, el Presidente ha puesto a España como ejemplo a seguir en dos campos: la inversión en energías renovables y la red de Alta Velocidad.