'Euskomaratón' para el primer lehendakari socialista
- La presentación de dos candidaturas alargará la sesión de investidura
- Abrirán fuego López e Ibarretxe con sendos discursos de hora y media
- Cada grupo tendrá una réplica de media hora con su correspondiente respuesta
- Luego habrá contrarréplicas de diez minutos y una votación a mano alzada
Cuando la cámara vasca sólo se escuchen bai y ez, síes y noes a ambos lados de la bancada, Patxi López por fin podrá respirar aliviado, tras todo un maratón de comparecencias, discursos y promesas en las que habrá contrapuesto su proyecto político al del hasta ahora ocupante del sillón de Ajuria Enea, Juan José Ibarretxe.
Y es que, más allá de lo histórico de la jornada, en la que un socialista será elegido lehendakari tras casi tres décadas de hegemonía nacionalista, la decisión del PNV de presentar a Ibarretxe como candidato pese a que los votos de PSE y PP suman mayoría absoluta va a provocar que se vivan dos sesiones en una, donde los bandos nacionalista y no nacionalista se mirarán constantemente al espejo de sus reproches.
¿Quién saldrá antes?
La primera duda -y no pequeña- es quién abrirá la sesión de investidura a las 09:30. En principio, por ser el candidato con menos firmas -sólo tiene a priori el apoyo de los 25 diputados socialistas frente a los 30 del PNV- debería abrir el fuego López, pero el PNV podría presentar un número inferior de firmas para empezar la sesión.
Durante ambos discursos, López e Ibarretxe desgranarán en 90 minutos sus proyectos para el País Vasco; el primero de apuesta por una nueva etapa en la que los valores establecidos del nacionalismo imperante caigan por su propio peso mientras el segundo defenderá su legado de diez años de gobierno y la fórmula que le llévó al poder: el tripartito con EA y EB al que ahora se hubiera podido sumar Aralar.
Tarde de debutantes
En realidad, el grueso del debate se producirá por la tarde, cuando el resto de grupos mostrarán sus cartas más allá del sentido de voto que todos tienen definido a priori.
Por ejemplo, en los bancos de EA y EB, Ibarretxe ya no se encontrará a sus queridos Azkárraga y Madrazo, antiguos miembros de su ejecutivo con los que compareció en su último consejo de gobierno, ya que el primero se retiró voluntariamente y el segundo no logró escaño.
De hecho, todos los portavoces de los minoritarios son nuevos excepto la de Aralar, Aintzane Ezenarro, que además estará acompañada por otros tres diputados en su grupo.
Tanto Antonio Basagoiti (PP), como Gorka Maneiro (UPyD), Mikel Arana (EB) y Jesús Mari Larrazábal (EA) se estrenan al frente de sus grupos en la cámara, donde la verdadera novedad importante está más en una ausencia, la de la izquierda radical abertzale, por primera vez fuera del parlamento vasco.
Los trece diputados 'populares' y el de UPyD se inclinarán por López; los cuatro de Aralar y los dos que suma EB y EA serán más proclives a Ibarretxe. En total, 39 votos para el socialista y 36 para el nacionalista en un debate donde primarán más las formas que el fondo.
Fondo y forma
Por ejemplo, uno de los principales interrogantes será el tono que usará Joseba Egibar, portavoz del PNV, para enfrentarse con la candidatura de López, que ha recibido ataques de los nacionalistas vascos.
Los últimos: cuestionan que se le llame lehendakari y no presidente y se han rasgado las vestiduras por su negativa a incluir la expresión 'Ante Dios humillado' en su juramento ante la Casa de Juntas de Gernika.
En sentido contrario, está por ver la intensidad del 'idilio' político entre López y Basagoiti en las réplicas y contrarréplicas que mantendrán ambos en la primera ocasión en la que se les verá debatir públicamente en la cámara vasca.
Además, los otros grupos minoritarios tendrán la oportunidad de modular su discurso más allá de los tres grandes partidos: EB en una redescubierta equidistancia, UPyD con la sospecha sobre la vuelta de López al entendimiento con el PNV y Aralar en su nuevo papel de fuerza predominante y democrática dentro de la izquierda abertzale.
Un futuro incierto
En total, seis intervenciones de media hora, a las que hay que sumar las réplicas de Ibarretxe y López y las últimas contrarréplicas de diez minutos.
Al final, la proclamación de López, al que el alivio de acabar esa sesión maratoniana puede que le haga olvidar el peso que le cae encima.
El primero, ya al día siguiente: formar un gobierno en minoría al que los independientes se resisten a entrar por las amenazas de ETA -aunque ha podido incorporar ya a tres. El del siguiente, el siguiente y el siguente: desmontar una arquitectura institucional formada a lo largo de tres décadas sin provocar una fractura social.