Quince muertos al caer una granada en una mezquita en plena ola de violencia somalí
- Otro proyectil ha matado a seis personas de la misma familia
- Se calcula que unas 70 personas han muerto a lo largo de tres días de combates
- Se enfrentan milicias fieles al Gobierno y radicales asociados a Al Qaeda
Quince personas han muerto y otras 30 han resultado heridas al caer una granada de mortero sobre una mezquita que se encontraba llena de fieles en Mogadiscio, la capital de Somalia. Otro proyectil de mortero había alcanzado una vivienda la mañana de este domingo, matando a seis personas, todas de la misma familia.
Se calcula que unas 70 personas han muerto a lo largo de tres días de combates entre las milicias islámicas fieles al Gobierno de Sharif Sheikh Ahmed y otras aliadas del grupo radical Al Shabab.
"Hasta ahora hemos recibido en el hospital a 210 personas, aunque probablemente haya mucha más gente que no ha podido llegar al hospital o que permanece en sus casas por miedo a salir a la calle", ha dicho a Efe el doctor Mohamed Yusuf, director del Hospital de Madina.
Mohamed Ibrahim Bilal, un líder de las agrupaciones rebeldes que se oponen al mandato de Sheikh Ahmed, ha afirmado que "el resultado de los enfrentamientos con los soldados del Gobierno ha sido bueno" y que "los cuerpos de los militares estaban por todas partes". Bilal también ha asegurado que han capturado a algunos de los soldados, y que Mogadiscio está bajo su control. "Dominamos todo el norte de Mogadiscio y estamos extendiendo nuestro poder por el sur".
El Gobierno ha negado las declaraciones de Bilal y las ha calificado de "exageraciones que pretenden confundir a la población". El ministro de Seguridad, el coronel Omar Hashi Adan, ha dicho en una rueda de prensa que "seguidores de Al Qaeda" han empezado a enfrentarse con el Gobierno.
Los combates de los tres últimos días son los peores que se han registrado en Somalia desde que las tropas etíopes que apoyaban al Gobierno se retirasen del país el pasado 15 de enero, y han causado el desplazamiento de más de 10.000 personas.
El presidente de Somalia es el líder de la agrupación islámica moderada Alianza para la Nueva Liberación de Somalia (ARS) y ha sido elegido dirigente del país por el Parlamento somalí, reunido en el vecino país de Yibuti, el pasado 31 de enero.
Algunos grupos armados integristas islámicos radicales, entre ellos Al Shabab, que ocupa buena parte del territorio somalí y al que Estados Unidos relaciona con Al Qaeda, no aceptan el nuevo Gobierno de Sheik Ahmed y han asegurado que seguirán su lucha contra él hasta derrocarlo.
El gobierno de transición, que cuenta con el respaldo de los países occidentales, apenas controla una pequeña parte de Somalia, mientras que el resto del país está en manos de diversos señores de la guerra y facciones islámicas enfrentadas entre sí. En el norte se ha proclamado un estado independiente, Somalilandia, que no ha sido reconocido por la comunidad internacional.
Desde que comenzó el conflicto de Somalia, tras la caída del dictador Siad Barre en 1991, han muerto entre 300.000 y 500.000 personas, en su mayoría civiles, y otras tantas han tenido que emprender el camino del exilio.