Strauss-Kahn ve "brotes verdes" de una posible recuperación económica, pero pide cautela

El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, ha asegurado en Viena que hay señales positivas de recuperación económica, pero ha avisado de que hasta que no se saneen los balances de los bancos no se podrá salir de la crisis.

"Estoy contento de poder decir que hay brotes verdes en todos sitios, destellos de esperanza, como lo define el presidente (estadounidense) Barack Obama", ha asegurado Strauss-Kahn durante un simposio organizado por el Banco Nacional Austríaco (OeNB).

Aun así ha advertido de que todavía existen "fuerzas que hacen retroceder a la economía", pero el efecto combinado de los diferentes paquetes de estímulo aprobados por los gobiernos nacionales están surtiendo efecto.

Ha estimado que octubre o noviembre de este año pueden ser las fechas para un cambio de tendencia en la crisis económica, aunque la recuperación no se producirá hasta dentro de un año.

"Seguimos viendo la recuperación en la primera mitad de 2010 y el comienzo del cambio en octubre, noviembre o diciembre", ha indicado.

Sin embargo, el ex ministro francés de Finanzas ha advertido de que "las predicciones en estas circunstancias son siempre difíciles de hacer, así que debemos ser muy cautos".

En el caso de los países ex comunistas de Europa del Este, Strauss-Kahn ha afirmado que "posiblemente hayamos superado ya lo peor de la crisis".

Sanear los balances financieros

Como uno de los requisitos imprescindibles para una completa recuperación económica, ha indicado que se deben de limpiar los balances financieros de las entidades bancarias.

"Sin unos balances financieros limpios no va a ser posible una recuperación económica", ha recalcado, por lo que lo considera una tarea "absolutamente urgente".

"Éste es el mayor riesgo que tenemos en los próximos 12 meses", ha reiterado, para poder superar la crisis financiera y reactivar la "economía real".

El director gerente del FMI ha afirmado que la experiencia de la crisis de Japón (en la década de los años 1990) demuestra que se pueden dedicar sumas enormes a planes de estímulo, pero si no se sanean las cuentas de los bancos no se producirá una salida de la crisis.

Strauss-Kahn también ha avisado que los desequilibrios financieros y los altos déficit estatales para sufragar los planes de estimulo podrían incubar graves problemas económicos en el futuro.