El Gobierno no descarta el cierre de Garoña tras el informe del CSN
- El secretario de Energía afirma que cualquier posibilidad está abierta
- El Gobierno dispone de un mes para estudiar el informe del CSN y tomar una decisión
- La responsabilidad final recaerá sobre el ministro de Industrial, Miguel Sebastián
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El secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, ha asegurado este lunes que el Gobierno no descarta la posibilidad de cerrar la central nuclear de Garoña a pesar de que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) se muestra a favor de ampliar en diez años su licencia de funcionamiento si cumple determinadas condiciones.
"No hay nada que se haya descartado y cualquier posibilidad está abierta", ha asegurado Marín tras participar en una convención sobre energía eólica.
Marín ha explicado que el informe del CSN entró en el Ministerio de Industria el pasado viernes a última hora, por lo que será hoy cuando empiecen a estudiarlo.
Ha asegurado que lo analizarán con detalle y ha apuntado que la adopción de una decisión definitiva requerirá tiempo porque se trata de un asunto muy importante y en el que influyen multitud de factores. Marín ha recordado que el Gobierno dispone de un mes para tomar una decisión.
Al ser positivo, el informe del CSN no es vinculante para el Ejecutivo, que podría decretar el cierre de Garoña, diseñada para funcionar hasta 2011.
La decisión final sobre el futuro de la central burgalesa será adoptada por el ministro de Industria, Miguel Sebastián, que, dada la relevancia del asunto, podría elevarla al Consejo de Ministros, aunque no está obligado a hacerlo.
El CSN exige a Garoña que refuerce su seguridad
El Informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), favorable a la renovación de la explotación de la central nuclear de Garoña por otros diez años más, exige a la instalación que ponga en práctica quince medidas para reforzar la seguridad.
Así lo ha asegurado este lunes la presidenta del CSN, Carmen Martíenz Ten, quien ha asegurado que el dictamen aprobado el pasado viernes por el pleno del órgano regulador se ha basado "únicamente" en aspectos técnicos y ha sido ajeno a otras consideraciones de política energética.
Las modificaciones exigidas requerirán el visto bueno del CSN para garantizar las inversiones necesarias en los plazos previstos.
Reacciones de ambos lados
El informe presentado este lunes ha sido interpretado de numerosas formas. En el lado positivo está el Foro de la Industria Nuclear en España, que cree que el estudio del CSN "supone un paso importante en el proceso de renovación" de la licencia de Garoña.
Además, este grupo ha destacado que "no existen razones económicas, técnicas, medioambientales o de seguridad que puedan aconsejar una decisión contraria" a dicha renovación por parte del Gobierno.
En la misma línea se ha manifestado Nuclenor, el titular de la central nuclear, quien anunciado que seguirá "con la misma política de actualización permanente" para que Garoña pueda funcionar "a largo plazo".
Del otro lado se han situado los grupos ecologistas, que han participado este lunes en una rueda de prensa conjunta para criticar que el CSN "haya primado los intereses de la industria" y han exigido el cierre "sin más demora" de la central nuclear.
Greenpeace, WWF, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra y SEO/Bird Life no descartan movilizarse si finalmente el Gobierno cede a "las presiones del lobby nuclear y Nuclenor".
También los grupos políticos se han manifestado. Desde Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) se pide a Zapatero que adelante en el Congreso qué va a hacer con la central de Garoña. Desde el PNV se da por hecha la prórroga de diez años y se avanza una ofensiva parlamentaria para impedirlo.