El PPE corteja a liberales y socialdemócratas para elegir a Barroso cuanto antes
- Interpretan la "gran victoria" de los conservadores como "un respaldo al PPE"
- La abstención aumenta en el recuento definitivo y el PSE reduce distancias
- El apoyo de los socialistas españoles y portugueses puede ser definitivo
- Los euroescépticos logran 50 escaños pero aún no tienen grupo
José Manuel Durão Barroso es el principal favorito para sucederse a sí mismo al frente de la poderosa Comisión de la Unión Europea (UE) gracias a la amplia victoria del PPE en las elecciones europeas, pero requerirá del apoyo de liberales y algunos diputados socialistas -especialmente los españoles- para lograr los 369 votos necesarios para tener el visto bueno de la cámara.
En concreto, el PPE cuenta con 263 escaños -cuatro menos de los que le habían adjudicado inicialmente- mientras los socialistas poseerían 161 -dos más-, a los que se les podrían sumar los 22 del Partido Demócrata italiano si finalmente opta por unirse a sus filas.
De esta forma, el único apoyo de liberales y demócratas -que obtendrían 83 si se les unen los irlandeses de Fianna Fail, le dejaría con 346 escaños, a 23 de la mayoría absoluta.
En este ámbito, los 21 diputados socialistas españoles, unidos a los siete portugueses, pueden ser la clave para la elección de Barroso, que cuenta con el respaldo de Zapatero y Sócrates, primeros ministros socialistas de los países ibéricos.
Bloque en contra
En el otro lado, Los Verdes ya han pedido un bloque en la Eurocámara contra la reelección de Barroso. Con 51 eurodiputados, este bloque negativo podría tener el apoyo de los de la izquierda europea, que cuenta con 33, e incluso con los euroescépticos escindidos del PPE, formado por tories ingleses y la derecha checa y polaca, que rozan los 50 escaños.
Por este motivo, los dirigentes del PPE han sido los primeros en reaccionar oficialmente a los resultados electorales para instar a los jefes de Estado y Gobierno a renovar a Barroso, sin más demora, como presidente de la Comisión.
Son los gobernantes comunitarios quienes designan, por unanimidad, al candidato a ese puesto, pero, según el tratado en vigor (Niza), el designado ha de ser confirmado después por el Parlamento Europeo (PE), el cual aprueba o rechaza la candidatura "por mayoría de los votos emitidos" en "votación secreta".
El problema es que algunos gobernantes, como el francés Sarkozy, ha expresado su opinión de que se espere a la aprobación del Tratado de Lisboa en referéndum en Irlanda, que ocurrirá previsiblemente el próximo mes de octubre.
Si Barroso es designado por los jefes de Estado o Gobierno en la cumbre de junio, podrá ser designado en la votación plenaria que está programada para el 16 de julio. El resto de los comisarios podrían ser refrendados en otoño.
El PPE busca apoyos
El presidente de los populares europeos, Wilfred Martens, ha recordado que, para su designación por el Consejo Europeo, Barroso cuenta actualmente con el apoyo no sólo de los trece primeros ministros "populares", sino también de varios jefes de gobiernos socialistas y liberales.
El presidente del PPE ha admitido que deberá negociar con otros grupos, para lo cual ha señalado directamente a liberales y socialista frente a los euroescépticos y la extrema derecha.
"Una señal muy importante procedente de las elecciones de ayer es la presencia de extremistas, populistas y euroescépticos" en el Parlamento, ha recordado Martens.
Frente a ello, ha argumentado, "las tres grandes familias que hemos creado la Unión -democristianos, socialdemócratas y liberales- tenemos el deber de cooperar".