El asesino confeso de Marta del Castillo pide destruir las cintas de sus conversaciones en prisión
- La abogada reclama que el contenido se anule como prueba
- El juez intervino las conversaciones con su cliente para intentar localizar el cuerpo
- La letrada cree que el juez debió de calificarlas de "confidenciales" al ver su resultado negativo
- Considera que causó "indefensión" a su cliente
- El juez ha previsto nuevas citaciones judiciales
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La abogada del asesino confeso de Marta del Castillo ha pedido la nulidad del auto que autorizó intervenir sus conversaciones en el locutorio de la cárcel, que se destruya su soporte informático y que el contenido se anule como prueba para el futuro juicio.
En su recurso, la letrada de Miguel Carcaño dice que el único objetivo de la intervención de las conversaciones en la cárcel era "encontrar el cuerpo de la menor a cualquier precio", por lo que una vez comprobado el resultado negativo el juez debió calificarlas como confidenciales y no entregar su transcripción a las demás partes.
Al grabar las conversaciones de los acusados con sus letrados, el juez vulneró su derecho a la asistencia letrada y les causó indefensión, al transmitir a las demás partes los "consejos profesionales, valoración jurídica y técnica de defensa" que pensaran utilizar.
El juez de instrucción 4 de Sevilla autorizó el pasado 3 de marzo intervenir todas las conversaciones de los encarcelados por el crimen de Marta basándose en la apreciación policial de que "estaban mintiendo" al afirmar, primero, que la habían arrojado al Guadalquivir, y luego, a un contenedor de basuras.
La transcripción de dichas conversaciones no reveló el paradero del cuerpo pero en ellas el asesino confeso ratificaba que lo arrojó a un contenedor y expresaba su sorpresa por el hecho de que no hubiese aparecido, después de un mes de búsqueda, en el vertedero de Alcalá de Guadaíra (Sevilla).
"Sacrificio del derecho constitucional"
El recurso de la abogada Paloma Pérez Sendino recuerda que el derecho a mentir es un precepto constitucional que tienen todos los imputados y por ello "esa petición de la Policía no sería motivo suficiente para un sacrificio del derecho constitucional".
Además, para vulnerar el derecho al secreto de las comunicaciones "se necesita que la sospecha esté fundada, es decir, apoyada en datos concretos y objetivos", y en este caso la Policía solo recogía la posibilidad de que los acusados mintiesen.
La abogada basa su petición de nulidad en que el auto judicial no hizo ninguna referencia a la restricción al derecho fundamental a la asistencia letrada, que se iba a producir en el mismo momento en el que las acusaciones -entre ellas la que ejercen los padres de la joven asesinada- conociesen su contenido.
El juez es el primer obligado a garantizar la confidencialidad de las comunicaciones del abogado y su cliente, por lo que Paloma Pérez Sendino cree que el juez no debió transcribirlas ni comunicarlas a las partes al comprobar su resultado negativo. Al igual que ha hecho con otras investigaciones del "caso Marta", el juez debió declarar que "no contenían información relevante para la investigación", expresa en su recurso.
Nuevas declaraciones
Por otra parte, el tomará declaración a partir del viernes 12 como testigos a dos jóvenes que buscaron a la joven la noche de su desaparición, al padre y tío de la menor y a cuatro amigos citados por el abogado del acusado Samuel B.P. para corroborar su coartada la noche del crimen.
El día 12 están citados cuatro testigos propuestos por la defensa de Samuel, que se unen a los otros ocho miembros de su pandilla que ya han declarado que estuvieron con él durante la noche del asesinato, el pasado 24 de enero, y hasta las 2.20 horas de la siguiente madrugada.
El 16 de junio comparecerán el padre de Marta, Antonio del Castillo, y a su tío Javier Casanueva para que confirmen las declaraciones ya prestadas sobre el proceso de búsqueda de la víctima que iniciaron en la misma madrugada del 25 de enero, cuando Marta no regresó a su casa a las 23 horas, según su costumbre.
También declararán ese día como testigos dos menores de edad que sobre las 2.15 horas del 25 de enero participaban en la búsqueda de Marta y estuvieron en el exterior del domicilio de la calle León XIII de Sevilla donde presuntamente se produjo la muerte de la chica.