El Airbus que cayó al Índico no era de Yemenia sino de la empresa americana de alquiler ILFS
- La empresa, filial de la aseguradora AIG, es la primera en alquiler de aviones comerciales
- Se lo ha confirmado a AFP una fuente del sector, aunque desde ILFS no hacen comentarios
- El piloto del avión no mandó ninguna señal de socorro, según la aerolínea Yemenia
- El avión se precipitó el martes al océano ante de aterrizar en las islas Comores
El Airbus A310-300 de la compañía Yemenia que se precipitó el martes al océano Índico frente a las islas Comores con 153 personas a bordo pertenecía a la empresa de alquiler americana International Lease Finance Corporation (ILFS), filial de la aseguradora AIG, según una fuente próxima del sector. Sólo ha sobrevivido una niña de 14 años, que ha cogido una avión a las 20.20 horas peninsular española para regresar a París.
"El avión no pertenecía a Yemenia, sino a ILFC", ha explicado a AFP dicha fuente. Desde la empresa americana no han querido hacer ningún comentario. La International Lease Finance Corporation es la primera empresa de alquiler de aviones comerciales de Airbus y Boeing.
El grupo, que alquila aviones a Air France-KLM, Lufthansa, American Airlines, Continental Airlines ou Emirates, está siendo vendida para contribuir a reembolsar la oportación del Gobierno americano para reflotar AIG que estaba en dificultades financieras.
Aunque en un principio se pensó que se había localizado una de las dos cajas negras, el secretario de Estado francés, Alain Joyandet, ha afirmado que la señal sonora percibida por un avión francés sobre el lugar proviene de "balizas de localización" y no de cajas negras.
Un día después de la tragedia, también se ha conocido que el piloto del avión no envió ninguna señal de auxilio al aeropuerto de Moroni, capital de Comoras, según ha explicado Hasan al Huti, director de mantenimiento de Yemenia, aerolínea dueña del aparato.
No hubo llamada de socorro
Al Huti ha explicado en una rueda de prensa en Saná que los responsables de la torre de control del aeropuerto de Moroni han comunicado a las autoridades del Yemen que en ningún momento recibieron ninguna petición de socorro, "lo que confirma que el avión no sufrió ningún fallo técnico antes de la tragedia".
El aparato con código de vuelo IY-626 partió de Saná a las 18.45 hora local (17.45 horas en España peninsular), adonde había llegado procedente de París, y a las 01.51 hora local (00.51 en España) perdió el contacto con la torre de control y se precipitó al mar, cuando se encontraba a solo 30 minutos de su destino, Moroni.
Al Huti ha asegurado que el avión pasó una revisión general en mayo pasado y que desde entonces hasta la fecha efectúo 211 horas de vuelo, por lo que sus antecedentes técnicos eran "intachables".
Además, ha explicado que los aviones de Yemenia son sometidos a un sistema regular de vigilancia por parte de la UE.
Nacionalidades de los tripulantes
Por su parte, el vicepresidente de Aviación Civil de Yemen, Mohamed Abdelrahman Abdelqader, ha confirmado que, según el listado definitivo, en el aparato viajaban 75 comorenses, 65 franceses, un canadiense y un palestino, además de los once tripulantes -seis yemeníes, dos marroquíes, una indonesia, una filipina y una etíope.
Abdelqader ha señalado que el Yemen mandará esta noche un equipo de buzos de las fuerzas especiales para ayudar en las labores de rescate, y ha apuntado que por el momento no disponen de ninguna información sobre el hallazgo de nuevos cadáveres.
Hasta ahora, solo se ha encontrado a una superviviente, una niña de 14 años de nacionalidad comorense, y tres cuerpos sin vida.
En la misma rueda de prensa, el director de Aviación Civil yemení, Abdel Jaleq al Qadi, ha acusado a las autoridades francesas de lanzar una campaña de desprestigio contra su país, porque "el Yemen es un país pequeño, que no tiene voz en el mundo".
Yemenia "es una compañía que opera de acuerdo a patrones internacionales, el avión siniestrado se encontraba en buen estado técnico, por lo que no tenía en absoluto desperfectos", ha indicado Al Qadi.
Al Qadi se refería a las declaraciones del secretario de Estado de Transportes galo, Dominique Bussereau, quien reveló el martes que la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de Francia había constatado "cierto número de defectos" en el avión.