El ejército paquistaní rescata a una docena de niños listos para inmolarse en el valle del Swat
- Los ha encontrado en una ofensiva contra los talibanes en la zona
- Aparece el cadáver decapitado de un Policía en la capital de la región
- Los terratenientes no vuelven a la zona por miedo a los talibanes
- Unos 500.000 desplazados se concentran en Mingora en busca de su casa
La fuerzas de seguridad paquistaníes que están luchando contra los milicianos talibanes en el valle del Swat han rescatado a once niños que habían sido captados y adocrtinados para convertirse en terroristas suicidas en el valle del Swat.
En concreto, nueve de ellos fueron encontrados durante una redada contra los talibanes, mientras otros dos se rindieron voluntariamente, según ha informado un comandante paquistaní.
"Les habían lavado el cerebro de tal manera que hasta llamaban a sus padres infieles", ha detallado Bashir Bilour, ministro del gobierno provincial de Swat.
Lavado de cerebro
Los talibanes mostraron a los niños películas sobre la opresión de los musulmanes en los territorios palestinos y en la región india de Cachemira y les proporcionaron instrucciones religiosas para convencerles de que irían al paraíso si asesinaban a enemigos del Islam.
La situación de estos menores no es extraña. Según detalla a Reuters el brigada Tahir Hameed, el oficial al mando de las operaciones en Mingora, la principal ciudad del valle, los talibanes han forzado a muchas familias a darles a sus hijos.
Algunos de ellos han vuelto con sus padres, que los han remitidos a los autoridades por el lavado de cerebro que habían sufrido para intentar rehabilitarlos. Los menores tienen entre nueve y 18 años.
El ejército paquistaní lanzó una ofensiva durante tres meses contra el feudo taliban en el valle del Buner, a unos 100 kilómetros de la capital del país, Islamabad.
Zona insegura
Ubicado en la región de Swat, la ofensiva movilizó a unos 20.000 soldados, que en teoría lograron el control de la zona tras matar a unos 1.800 insurgentes, según datos facilitados por ejército.
Hace apenas un par de semanas empezaron a volver los cientos de miles de personas que fueron desplazadas por los enfrentamientos, pero la zona sigue siendo insegura.
El último incidente se ha producido a las afueras de Mingora, donde se ha encontrado el cadáver decapitado de un policía que había desaparecido hace cuatro días.
Además, según informa The New York Times, hay un importante grupo que aún no ha vuelto al valle del Swat por miedo a los talibanes: los propietarios de las tierras, un pilar fundamental para la recuperación económica de la zona.
En algunas áreas, los talibanes han recompensado a campesinos sin tierra con beneficios de los granos de las tierras de los terratenientes para lograr su apoyo, en una estrategia que busca desatar la lucha de clases.
Aunque se asegura que Mingora es, al menos, una ciudad segura, en ella se concentran miles de refugiados que tratan sin éxito de recuperar sus casas, hambientos y sin servicios básicos como bancos y cuidados médicos.
Según datos del gobierno paquistaní, 478.000 personas han vuelto ya al valle del Swat.