La deflación amenaza la economía española
- Se produce cuando los precios caen de forma sostenida durante, al menos, dos trimestres
- Las causas de la deflación son la caída de la demanda y el exceso de la oferta
- Implica un círculo vicioso de recorte de inversiones, paro, menor consumo y menor actividad
La deflación es una caída de los precios en el conjunto de la economía que se prolonga durante varios períodos (al menos dos trimestres según la definición del Fondo Monetario Internacional) y es el fenómeno contrario a la inflación.
Por lo tanto, se excluyen las caídas de precios en sectores concretos o que se produzcan de forma puntual.
La deflación se produce cuando la oferta de bienes y servicios en una economía es superior a la demanda: el sector empresarial se ve obligado a reducir los precios para poder vender la producción y no verse obligado a acumular stocks.
Falta de demanda o exceso de oferta
Este desajuste puede producirse por insuficiencia de la demanda como sucedió en la Gran Depresión. Entonces el crack de la Bolsa redujo drásticamente la capacidad de gasto de las familias y el IPC se redujo un 24% entre agosto de 1929 y marzo de 1933.
La deflación también puede producirse por exceso de la oferta. El mejor ejemplo es la coyuntura actual. Al final del ciclo expansivo de los noventa, las empresas acometieron cuantiosos proyectos de inversión seducidas por la "nueva economía".
El pinchazo de la burbuja tecnológica y, en el caso de España, el derrumbe del ladrillo ha dejado un sector productivo sobredimensionado en áreas muy sensibles a la ralentización de la economía.
En el siglo XX, sólo se han registrado dos casos relevantes de deflación además de la Gran Depresión. Los precios en Japón han bajado un 25% desde mediados de los 90 hasta la actualidad y Suecia también ha visto bajar la inflación un 20%.
Espiral negativa
La deflación produce una espiral muy negativa sobre la actividad económica y de la que es muy difícil salir.
Un descenso de los precios deteriora los resultados empresariales, lo que implica recortes de plantilla y de inversión en bienes de equipo.
El aumento del desempleo recorta el poder adquisitivo de las familias y lleva a una disminución de la demanda que de nuevo recorta el excedente empresarial.
Sin políticas correctoras, la salida de este círculo vicioso sólo se produce cuando los precios han disminuido lo suficiente para que se reactive el consumo y se reestablezca la confianza empresarial.
Paradójico aumento de la deuda
Además, la deflación provoca fuertes distorsiones en la actividad financiera, ya que aumenta la carga real de intereses que sufren los deudores.
Los tipos de interés no pueden disminuir por debajo de cero, pero los precios siguen cayendo, lo que aumenta el poder adquisitivo del dinero.
Es decir, si una persona pide 100€ con interés cero a un año y los precios caen un 10%, en términos reales la deuda se habrá transformado en 110€.