Más de 20.000 manifestantes piden el indulto para el ex primer ministro tailandés Shinawatra
- Los "camisas rojas" solicitarán el perdón real respaldado por cinco millones de firmas
- Shinawatra fue condenado a dos años de prisión por corrupción
- La lucha entre sus detractores y seguidores agrava la situación de Tailandia
- Los inversores esperan que las manifestaciones no afecten al mercado de valores
Más de 20.000 personas se han congregado este lunes en el centro histórico de Bangkok durante la primera manifestación llevada a cabo por la oposición desde los disturbios del pasado abril en la región, convocada con la finalidad de pedir el indulto real para el ex primer ministro de Tailandia, Thaksin Shinawatra, declarado prófugo por la justicia de su país. Este acto refleja la profunda división política que hay en la zona.
Los partidarios de Shinawatra, conocidos como los "camisetas rojas" por el color de las prendas que visten, tienen previsto presentar la solicitud a un representante del rey en la puerta del Gran Palacio de Bangkok.
Según los dirigentes del Frente Unido para la Democracia y Contra la Dictadura, plataforma política creada por políticos afines al gobernante depuesto en 2006 por medio de un golpe de estado, la petición está respaldada por cinco millones de firmas.
"La gente está aquí hoy, no por mí, sino porque se sienten alimentados con tres años de injusticia" ha dicho Thaksin por teléfono a la multitud desde un lugar no revelado en el extranjero . "Ahora contamos con Su Majestad para ayudar a conciliar Tailandia", ha añadido.
Delito de abuso de poder
Shinawatra ganó las elecciones en 2001 y 2005 pero fue derrocado por los militares en 2006. Declarado culpable de corrupción en octubre del año pasado y condenado a dos años de prisión, actualmente vive un exilio voluntario desde agosto de 2008 y utiliza para viajar pasaportes de otros países porque el suyo fue anulado el año pasado. Él niega las acusaciones y todavía tiene un amplio respaldo de la población que le es fiel, sobre todo entre las zonas rurales pobres.
Tailandia ha solicitado la ayuda de la Interpol para detener a este antiguo coronel de policía que abandonó el cuerpo, montó un imperio financiero y luego gobernó Tailandia desde 2001 hasta la asonada de 2006.
La lucha entre los detractores y seguidores de Shinawatra tiene sumida Tailandia en una profunda crisis política, que alcanzó uno de sus momentos más álgido el pasado abril, cuando decenas de miles de "camisetas rojas" se enfrentaron a las fuerzas de seguridad.
El general Wichai Sungpraphai, alto mando de la Policía, indicó que unos 1.500 agentes de unidades antidisturbios han sido desplegados con la misión de prevenir que se produzcan choques violentos entre seguidores de Shinawatra y progubernamentales.
División política y recesión
Si bien los miles de manifestantes en la plaza cubierta de hierba delante del Gran Palacio pueda incomodar a los turistas, un sector que se convierte en uno de los pilares fundamentales de la economía tailandesa, los inversores locales en las poblaciones se consuelan por la falta de violencia durante la misma.
"Los inversores están supervisando la situación" ha dicho Pichai Lertsupongkij, jefe de ventas en Thanachart Valores. "Si las cosas no empeoran o van más allá de las expectativas del mercado, el mercado de valores tailandés debería tener su lugar en las bolsas externas para el resto del día", ha añadido.
Pero las manifestaciones complican los esfuerzos para poner fin a la primera recesión en una década que sufre Tailandia, subrayando la dificultad de unir a un país profundamente polarizado.