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Rusia cree que el barco rescatado era de contrabando y sus marineros están bajo custodia

  • La Fiscalía rusa registrará el barco para comprobar si llevaba sólo madera
  • Hay sospechas de que transportaba en secreto armas
  • Un diario ruso afirma que los piratas eran contratados por el servicio especial de un país europeo
  • Según el Ministerio de Exteriores, en un primer registro no se ha encontrado nada sospechoso

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La Fiscalía rusa ha reconocido que el barco mercante "Arctic Sea", rescatado tras su secuestro en el Báltico, podría estar implicado en contrabando, y ha confirmado que sus tripulantes rusos se encuentran bajo custodia en el marco de la investigación.

"No descartamos que se transportara no solo madera (...) Debemos registrar sin falta el barco para que en esta historia no queden interrogantes", ha afirmado el jefe del departamento de investigación de la Fiscalía, Alexandr Bastrikin.

La misteriosa desaparición del "Arctic Sea" en el mar Báltico y su captura por un buque de guerra ruso cerca de Cabo Verde han suscitado sospechas de que transportaba en secreto armas y se vio implicado en una operación de servicios secretos de varios países.

El "Arctic Sea" -barco finlandés bajo bandera maltesa y con 15 tripulantes rusos- transportaba madera de Finlandia al puerto argelino de Bejaia, adonde debía llegar el 4 de agosto a través de Gibraltar, pero la comunicación con él se perdió el 28 de julio.

Según la versión oficial rusa, el "Arctic Sea" fue secuestrado en el mar Báltico el 24 de julio por ocho piratas, que destruyeron sus sistemas de comunicación y obligaron a la tripulación a navegar hacia Cabo Verde, donde fue capturado por un buque de guerra ruso.

Piratas contratados por servicios secretos

El diario Moskovski Komsomólets publica que, según sus fuentes en los servicios secretos rusos, el barco, además de madera, transportaba armas de contrabando y fue secuestrado por piratas contratados por el servicio especial de un país de la Unión Europea (UE).

El rotativo afirma que para el eventual asalto del barco mercante, Moscú envió al Atlántico un grupo de 40 comandos del espionaje militar GRU, aunque la intervención de éstos no fue necesaria pues los piratas se rindieron sin oponer resistencia.

El Ministerio de Exteriores ruso ha afirmado, por su parte, que durante el primer registro del barco mercante recuperado "no se encontraron cargamentos sospechosos".

El navío -que navega hacia Rusia con su capitán y otros tres marineros a bordo, mientras otros once fueron trasladados en avión a Moscú-, "será registrado con más detenimiento en algún puerto a lo largo de su itinerario", según el comunicado.

La Cancillería admite que en este incidente quedan muchas cosas por aclarar, como por ejemplo, si el secuestro inicial del barco está relacionado con su posterior desvío hacia el Atlántico.

Agrega que otro hecho misterioso es que, tras ser alcanzado el "Arctic Sea" por el buque de guerra, su capitán (posiblemente forzado por los secuestradores) afirmó que el barco era norcoreano y transportaba madera de La Habana a Sierra Leona, lo que requirió consultas con Pyongyang, que desmintió tal posibilidad.

La nota oficial confirma que, en realidad, Rusia conoció en todo momento el paradero del barco gracias a informaciones de gobiernos extranjeros, y que en la solución de ese incidente participaron las autoridades de Finlandia, Suecia, Malta, Cabo Verde y la OTAN.

Los tripulantes, bajo investigación

Bastrikin confirmó además en un diario que los tripulantes rusos del barco "están bajo custodia" para esclarecer si están implicados o no en el secuestro.

El funcionario insistió en que los marineros fueron incomunicados "dentro del marco legal, como testigos que deben ser interrogados sin demora" junto a los ocho piratas recluidos en la prisión Lefórtovo de Moscú.

Mientras, los abogados de los presuntos piratas, que no se reconocen culpables del secuestro, apelaron hoy la orden de su arresto dictada por una corte moscovita. Según las autoridades, los presuntos piratas son dos ciudadanos rusos, uno letón, otro estonio y cuatro personas sin ciudadanía, que, a juzgar por sus nombres y apellidos, son todos de origen ruso.