El intercambio de ADN entre monos podría evitar enfermedades hereditarias
- Los óvulos de la madre natural y la donante fueron fertilizados in vitro
- Tras el intercambio de ADN han nacido cuatro monos sanos
- La técnica se podría aplicar a los humanos evitando así las enfermedades hereditarias
- Algunos grupos discrepan en su utilización por valores éticos
Muchos trastornos genéticos están derivados de mutaciones mitocóndricas
Un equipo de científicos estadounidenses ha llevado a cabo un experimento con monos que permitirá, si se aprueba su uso en humanos, erradicar ciertas enfermedades genéticas trasmitidas por las madres a sus hijos.
Los científicos del Oregon National Primates Research Center (Beaverton, EEUU) transfirieron el material genético de un óvulo defectuoso de mona a otro sano, según informa el último número de la revista Nature. Para ello sustituyeron unas mitocondrias por otras en óvulos de una hembra de macaco. Como resultado nacieron cuatro monos sanos.
Las células mitocondrias son las encargadas de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular y pueden ser causantes de enfermedades que causan un gran daño a otras células del cerebro, corazón, hígado, músculos esqueleticos, riñones y del sistema endocrino y respiratorio
Los óvulos modificados que contenían cromosomas de una mona y ADN mitocóndrico de otra -donante- fueron fertilizados mediante la inyección in vitro de esperma. Los embriones resultantes se transfirieron entonces a los úteros de dos "madres de alquiler".
Los dos primeros monos gemelos que nacieron fueron bautizados como Mito y Tracker, por el pigmento Mitotracker utilizado en los experimentos.
En un experimento posterior nacieron por el mismo procedimiento otros dos monos, bautizados como Spindler y Spindly en referencia al nombre en inglés (spindle) de la estructura genética por la que se dividen los cromosomas.
Aplicación de la técnica a los humanos
Los exámenes a los que fueron sometidos los cuatro monos indicaron que ninguno de ellos había heredado el ADN mitocondrial de la madre que había suministrado el ADN nuclear.
En el futuro podría utilizarse esa misma técnica para eliminar las mitocondrias defectuosas en los humanos e impedir la transmisión de ciertas enfermedades hereditarias de una generación a otra.
Los científicos estadounidenses creen que no pasarán muchos años antes de que puedan experimentar esa nueva técnica en humanos siempre y cuando obtengan la luz verde de las autoridades y la suficiente financiación.
El jefe del equipo de investigadores, Shouhrat Mitalipov, cree que la tecnología está ya lista para probarla en pacientes humanos: "Se calcula que cada treinta minutos nace un niño aquejado de alguna enfermedad devastadora, y creo que esto podría prevenirla".
Ese tipo de experimentos está prohibido actualmente en Gran Bretaña, pero la nueva Ley de Fertilización y Embriología, que entra en vigor el 1 de octubre, podría abrirles la puerta siempre y cuando la apruebe el Parlamento.
"Podríamos empezar muy pronto a experimentar con humanos, tal vez dentro de dos o tres años", señala el científico según el cual "este tipo de terapia está más próxima a la aplicación clínica que ninguna otra anterior".
De esta manera se ayudaría a las parejas que tienen riesgos al tener hijos sanos y familias en las que corre de generación en generación alguna enfermedad mitocondrial podrían contar con esta terapia para no renunciar a tener un hijo propio.
Graves enfermedades degenerativas
Algunos grupos, como GeneWatch, han expresado su preocupación al respecto: "El hecho de que los efectos de ese tratamiento pudieran persistir durante generaciones exige un debate ético y más pruebas hasta que se demuestre que es totalmente seguro".
Actualmente se conocen unos 150 trastornos genéticos derivados directamente de mutaciones mitocóndricas, muchas de las cuales resultan en graves minusvalías o acortan la vida de quienes las padecen.
Entre ellas están las distintas miopatías o enfermedades de degeneración muscular, la neuropatía hereditaria óptica de Leber, que produce ceguera, diversas enfermedades nerviosas similares a la esclerosis múltiple y otros males que afectan a distintos órganos, incluido el corazón.
Se cree también que el ADN mitocóndrico juega un papel importante en las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson o el mal de Huntington, así como en el cáncer, la diabetes y la infertilidad.