Biden visita por sorpresa Irak para allanar el camino a la retirada estadounidense
- El vicepresidente quiere presionar a los iraquíes para que resuelvan sus diferencias
- Pese a los avances, no se ha llegado a acuerdos en la explotación del petróleo
- EE.UU. quiere que los temas pendientes se resuelvan antes de la salida de sus tropas
- Durante la visita han caído cuatro proyectiles sobre la 'Zona Verde'
- Han muerto una mujer y una niña, pero se ignora donde se encontraba Biden en ese momento
El vicepresidente estadoundiense Joe Biden ha llegado a Irak en visita sorpresa para aumentar la presión a los líderes iraquíes para que lleguen a compromisos políticos en los temas que los dividen y así las tropas estadounidenses puedan prepararse para volver a casa.
Según ha informado la Casa Blanca, el vicepresidente va al país para reunirse con los líderes iraquíes y las tropas estadounidenses.
Durante la visita, han caído cuatro proyectiles de mortero sobre la "Zona Verde", uno de los cuales ha causado la muerte de al menos una mujer y su hija.
Testigos presenciales han dicho a Efe que la mujer y la niña fallecieron después de que uno de los proyectiles de mortero lanzados contra la "Zona Verde" errara su objetivo e impactara contra un edificio en un área residencial cercana.
Con anterioridad, fuentes del Ministerio de Interior iraquí habían informado de que habían impactado dos cohetes dentro de la "Zona Verde": uno cerca de la embajada de EEUU y otro en un lugar próximo al puente que conecta el área fortificada con el barrio de Al Karrada.
Se desconoce el lugar exacto en el que se encontraba Biden en el momento del ataque.
Zona de alta seguridad
La "Zona Verde", que en el pasado ha sido objetivo de atentados, es el área más fortificada y protegida de la capital, y en ella se ubica la sede del Gobierno iraquí y las legaciones diplomáticas de EEUU y del Reino Unido, entre otros.
Se trata del segundo viaje de Biden a la zona en dos meses, lo que muestra la ansiedad de la Administración Obama para que se resuelvan las disputas enconadas entre kurdos, suníes y chiíes sobre territorio y petróleo, que Estados Unidos teme que puedan quebrar la frágil seguridad del país.
La violencia ha caído dramáticamente en irak desde la oleada de asesinatos entre los diferentes grupos religiosos de 2006, debido al aumento en decenas de miles de tropas de EE.UU., pero los avances de seguridad no se han traducido en progreso político.
Recursos petroleros
Desde 2006, Washington ha presionado a los líderes kurdos, suníes y chiíes, con poco éxito, para que dejen de lado sus diferencias y se comprometan en temas como una nueva ley de hidrocarburos que sirva para explotar los recursos del tercer país del mundo con más reservas petroleras.
Además, con las operaciones de combate estadounidense con un final previsto para agosto de 2010, Estados Unidos ve cómo el tiempo se le echa encima y trata de influir en los líderes del país para conseguir este objetivo, que no es otro que dejar un país relativamente estable que pueda resistir la influencia de su país vecino, Irán, de mayoría chií.
Biden ya advirtió en su última visita que si se volvía a vivir un recrudecimiento de la violencia en Irak las tropas estadounidenses no volverán a hacerse cargo de la situación.