Plácido Domingo recoge en Suecia el primer premio Birgit Nilsson, el 'Nobel de la Música'
- El rey de Suecia entrega al tenor la primera edición del Premio Birgit Nilsson
- Dotado con un millón de dólares es la mayor cantidad para un premio de música
- Antes de morir, Nilsson dejó dicho que el premio debía ser para Domingo
- "Es uno de los momentos más emocionantes de toda mi carrera", asegura el español
El rey Carlos Gustavo de Suecia entregó el martes en Estocolmo al tenor Plácido Domingo el mayor premio de la música clásica, el de la Fundación Birgit Nilsson, que en su primera edición ha querido conceder al español un millón de dólares por su "legendaria" carrera y dedicación a la música.
La ceremonia de gala, a la que asistieron además de los soberanos suecos y varios ministros del Gobierno alrededor de 800 personalidades, se celebró en la Royal Swedish Opera, donde hace 63 años debutó la soprano Birgit Nilsson, un icono entre las intérpretes de ópera que se retiró de la escena en 1982 y que falleció en 2005.
La artista estableció antes de su muerte un legado para la institución de estos galardones, que se nutren de los intereses que genera su herencia, y especificó que el primer millón de dólares -la mayor cantidad de dinero con la que está dotado un premio de música, similar al Nobel- debían ser para el tenor español, aunque su decisión no se dio a conocer hasta febrero de este año.
Quiere promocionar nuevos talentos con el dinero
Domingo (Madrid, 1941) recogió muy emocionado el galardón y anunció que quiere destinar su importe a dotar un premio desde el concurso para la promoción de jóvenes talentos que él fundó en 1993, "Operalia", para el mejor intérprete wagneriano y, en definitiva, a la formación de cantantes y músicos.
"Estoy seguro de que Birgitt quiso que yo tuviera el premio para hacer con él precisamente esto", subrayó el artista, quien destacó la personalidad "magistral" de su benefactora, con la que coincidió numerosas veces en el escenario y a la que le unió hasta su muerte una profunda amistad y una admiración mutua "sin fisuras".
El tenor, que se levantó a recoger el premio de manos del Rey en medio de una gran ovación, señaló en varias ocasiones que estaba "muy emocionado", que hacía un gran esfuerzo "por contenerse" y que no tenía palabras para explicar lo que significaba para él que una persona a la que profesa "tanto respeto, admiración y amor, un ángel con un poder increíble en la voz", le hubiera elegido.
"Es uno de los momentos más emocionantes y honorables de toda mi carrera", reiteró Domingo, que escuchó sentado en el escenario, acompañado de su esposa, las "laudatio" del director de la fundación, Rutbert Reisch, del director de la Ópera de Hannover y adjunto del Festival de Bayreuth, Hans-Peter Lehman, y de la directora artística de la Royal Swedish Opera, Brigitta Svenden.
"¿Quién es ese chico que hace de Calaf?"
Ellos recordaron tanto el trabajo de Nilsson (1918, Vastra Karup) como el de Domingo y la amistad y la admiración que les unía, y la soprano sueca Nina Stemme, dirigida por Gregor Bühl, cantó "Liebestod" (de "Tristán e Isolda"), de Wagner, una de las piezas que más famosa hicieron a la filántropa.
Precisamente, Domingo lamentó en la brevísima rueda de prensa que concedió antes de la cena de gala que si algo lamentaba era no haber llegado finalmente a cantar con Nilsson el papel de Tristán: "me di toda la prisa que pude, como ella me pedía, pero fue demasiado tarde. Fue una extraordinaria artista y excelente persona, con un humor exquisito".
Nilsson y Domingo coincidieron por primera vez en la Arena de Verona, en 1969, cantando su primer "Turandot" juntos y desde entonces, cuando ella se preguntaba "quién es ese chico que hace de Calaf que no para", según recordó el propio Domingo, hubo entre ellos una admiración mutua que se acrecentó con los años.
En el futuro un jurado, que fallará el premio "cada dos o tres años" en función del legado, será el que proponga qué cantante, director o producción operística merece el galardón.