La presidencia de Caja Madrid divide a las direcciones regionales y nacionales de PP y PSOE
- Aguirre pretende que su vicepresidente, Ignacio González, presida la entidad
- Sin embargo, la dirección nacional del PP prefiere a Rato o quizás Pizarro
- El PSOE nacional quiere que el elegido sea un técnico, como Luis de Guindos
- Por su parte, el PSM defiende su autonomía y podría apoyar a Aguirre
- Al tiempo, todo sigue pendiente del recurso del Ayuntamiento contra el proceso
En plena crisis financiera e inmobiliaria, con alguna posible fusión en el horizonte y con la morosidad al alza: es decir, en plena tormenta. Así está afrontando Caja Madrid el relevo de su cúpula directiva, que un año después de iniciarse el proceso electoral sigue en plena guerra abierta. La última batalla se dirime entre las direcciones nacionales y regionales de los grandes partidos, aunque la lucha de intereses alcanza a diversos bandos.
No es extraño que Caja Madrid despierte apetencias políticas, ya que se trata de la segunda caja de ahorros de España y la cuarta entidad financiera del país por volumen de activos, con unos 180.000 millones de euros, aglutinando a siete millones de clientes. Su presidencia, en consonancia, es un puesto de considerable poder.
En ese sillón se ha sentado desde 1996 un hombre de José María Aznar, Miguel Blesa, al que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, trata de sustituir por un hombre de su total confianza, su vicepresidente Ignacio González.
Sin embargo, González no sólo no goza del respaldo del Banco de España, que ha advertido de su falta de cualificación para el cargo, sino que tampoco le agrada a la dirección nacional del PP, ni al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.
Rato, De Guindos...
Es hombre que el presidente popular, Mariano Rajoy, querría al frente de la caja es Rodrigo Rato, que acumula toda la experiencia y la cualificación de la que carece González: ex vicepresidente y ministro de Economía en la etapa dorada de Aznar, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, consejero de empresas como el Banco Santander o Criteria...
Desde el PSOE, en cambio, prefieren limitar el ascenso de Rato y tratan de introducir un consenso sobre un candidato más técnico, como el ex secretario de Estado de Economía y ahora directivo de PricewaterhouseCoopers Luis de Guindos.
Así, un presunto acuerdo entre las direcciones nacionales para presentar a De Guindos, filtrado este martes, fue el detonante de la reacción autonómica. Antes incluso de que se desmintiera el pacto, Aguirre advertía de que no se descartase a González. Y el secretario regional del PP, Francisco Granados, ha insistido este miércoles en que "si alguien decide que una sede central de un partido tiene que escoger el presidente, estaría politizando y faltando al respeto a los que forman el consejo" de administración.
Desde el Partido Socialista de Madrid (PSM), se ha defendido una idea parecida, reivindicando su autonomía para respaldar, tal como contempla el pacto de estabilidad que firmaron varias formaciones políticas y sindicales en julio con el Gobierno de Madrid, un candidato de consenso.
Reivindicación regional
Así, el secretario general del PSM, Tomás Gómez, advertía este martes de que "aquí solamente hay un acuerdo", en referencia a ese pacto de estabilidad. "Es un acuerdo que se mantiene porque, por lo menos, por la parte que afecta al PSOE, es una cuestión que es competencia y autonomía de los socialistas madrileños. No tengo información de ningún otro acuerdo", manifestaba, al tiempo que descartaba que el pacto designe a González como candidato: "No hemos llegado a ningún acuerdo de nombres".
Ya este miércoles, los portavoces parlamentarios de PP y PSOE en la Asamblea de Madrid, David Pérez y Maru Menéndez, han aparcado sus habituales diferencias para insistir que sean las formaciones autonómicas las que decidan el candidato a presidir la entidad, apoyados por IU y los sindicatos.
"Creo que es necesario que la Comunidad de Madrid y sus órganos, su representación, sean lógicamente quienes tomen las decisiones sobre el futuro de algo tan importante para nuestra Comunidad como es la Caja de Madrid, como ha ocurrido en el resto de comunidades autónomas", ha dicho Pérez.
"Siempre se ha decidido en relación a los integrantes y propuestas en relación a Caja Madrid. Siempre se ha realizado desde la Federación Socialista Madrileña, al igual que en otras comunidades son los partidos de los ámbitos autonómicos quienes hacen las propuestas", defendía Maru Menéndez.
Silencio en las cúpulas nacionales
Con todo, en ambas formaciones se apreciaba este miércoles un intento por no mostrar división. Menéndez, por ejemplo, afirmaba que PSOE y PSM son "la misma cosa" y que no hay "ningún problema PSOE-PSM".
Los líderes nacionales también trataban de mantenerse al margen y, preguntados en los pasillos del Congreso por la polémica, tanto José Luis Rodríguez Zapatero como Rajoy evitaban pronunciarse. "No, no", se ha limitado a decir Zapatero cuando se le interrogaba sobre si tenía un candidato favorito para presidir la entidad. Igualmente esquiva se ha mostrado la portavoz parlamentaria popular, Soraya Sáenz de Santamaría, que no ha querido aclarar la apuesta de Génova: "La que se determine con arreglo a la ley y las normas de funcionamiento de la entidad", ha comentado.
En cualquier caso, todo acuerdo, ya sea nacional o regional, está pendiente del recurso presentado por el Ayuntamiento de Madrid, que está en desacuerdo con la disminución de su representación en los órganos de la caja que determinan los nuevos estatutos, por los que se rige el proceso electoral.
El plazo para presentar alegaciones acaba el 2 de noviembre, pero antes la jueza que instruye el caso podría determinar si paraliza el proceso o continúan las elecciones. El litigio podría acabar en 2009 o durar años. Mientras tanto, Blesa continúa al frente de Caja Madrid.