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El gobierno iraní abre la puerta a enviar uranio al exterior pero no concreta cuánto ni cuándo

  • El ministro de Exteriores confirma que habrá una decisión en los próximos días
  • También se baraja la posibilidad de comprar uranio ya enriquecido
  • La presión interna contra el acuerdo adoptado en Viena crece
  • Los inspectores del OIEA siguen su trabajo en el nuevo almacén de uranio iraní

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Irán ha abierto la puerta a apoyar el preacuerdo presentado por la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para enviar uranio al extranjero para ser enriquecido, pese al rechazo que genera en los diputados del país que rechazan la medida al considerar que se trata de una trampa de las potencias mundiales.

Así lo ha dejado entrecer el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Manouchehr Mottaki, que ha expresado la opinión más positiva hacia este pacto de un cargo oficial del gobierno del país de los ayatolás y evidenciando la división interna entre la línea dura y  blanda dentro del propio régimen.

Mottaki ha desvelado que Irán podría enviar parte de sus reservas de uranio poco enriquecido para ser convertido en combustible que alimente un reactor médico o comprar el material directamente en el mercado internacional, previsiblemente a China.

En los próximos días

"Para obtener este combustible, podríamos gastar dinero como hicimos en el pasado o ceder parte del combustible que tenemos ahora y que actualmente no necesitamos para que sea procesado", ha declarado a la agencias de noticias iraní IRNA.

Además. Mottaki ha asegurado que la república islámica anunciará su decisión "en los próximos días", pese a que Teherán no cumplió el ultimátum dado por el OIEA, que había puesto como fecha límite para acceder su propuesta el pasado viernes.

Desde entonces, destacados diputados iraníes han proclamado que Irán no debería enviar al extranjero sus reservas de uranio, sugiriendo que se trata de un bien estratégico que Teherán no se puede permitir mientras Occidente presionar para que cierre completamente su programa nuclear.

Así las cosas, la clave puede estar en la cantidad de uranio que se envíe al extranjero. Algunas fuentes oficiales consideran que es probable que Irán acepte el pacto, pero no si se tratará del 80% de sus reservas y si lo hará antes de 2010, tal y como se recogía en el preacuerdo. 

El pacto suponía que 1,5 toneladas de uranio iraní fuese a Rusia, donde sería enriquecido, y luego a Francia, donde se convertiría en combustible médico. Estados Unidos colaboraría actualizando la seguridad y el instrumental del reactor, vendido por este país a Irán antes de la revolución islámica de 1979.

Presión de Israel

Para las potencias occidentales el valor de este pacto es el retraso en el programa nuclear iraní que provocaría, ya que reduciría sus reservas de uranio para fabricar una bomba y necesitaría al menos un año para volver a la situación actual.

Además, sería una manera de frenar la presión de Israel, que, como ha advertido el ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, realizará un ataque aéreo contra Irán si sigue con su programa de enriquecimiento.

Por su parte, los inspectores del OIEA siguen en el almacén secreto de enriquecimiento de uranio cerca de la ciudad de Qom, cuya labor fue acordada en la reunión entre los representantes de las cinco grandes potencias occidentales e Irán.

Este almacén, secreto durante año, fue desvelado por las autoridades iraníes hace un mes al conocer que los servicios de inteligencia occidentales lo habían descubierto.