Rosario Flores: "Quiero soltar toda la energía que llevo dentro"
- "Mi hermano era un poeta y tras su muerte sentí que me quedaba sola"
- Su nuevo disco se titula "Cuéntame", como la serie de TVE
- La cantante versiona grandes éxitos que van de 1975 a 1980
- Entre ellos clásicos de Manhattan Transfer, Julio iglesias o Gwendoline
- "Son canciones que pertenecen a mi vida"-asegura Rosario
Tras el éxito que últimamente ha tenido con las versiones, Rosario Flores vuelve a interpretar canciones de los 70 como "Yo soy rebelde" o "Todo es de color" en un nuevo disco, un álbum que lanza ahora, en un momento en el que la hija menor de Lola Flores necesita "soltar toda la energía" que lleva dentro.
Y para ello nada mejor que componer sus propias canciones. "Tengo unas treinta ideas. Llevo versionando muchos años y me ha dado tiempo a componer muchísimo". Rosario Flores, que acaba de cumplir 46 años, asegura que "la edad te hace disfrutar más de la vida, de las pequeñas cosas" y da "tranquilidad". "Estoy en un época muy feliz", afirma.
“Estoy en una época muy feliz“
Mientras prepara el disco con sus canciones, que probablemente saldrá en septiembre del próximo año y será "marchoso y con baladitas muy bonitas", Rosario Flores ha vuelto a dejarse engatusar para hacer nuevas versiones.
En esta ocasión ha sido el equipo de la popular serie de televisión Cuéntame el que la ha animado a interpretar la sintonía de la serie y el que le ha propuesto hacer también versiones de éxitos musicales de los años que van de 1975 al 1980.
Reinterpreta temas clásicos
La propuesta ha llegado tras el éxito que el año pasado tuvo con su disco Parte de mí, en el que interpretaba temas de Nino Bravo, Antonio Vega, Cecilia, su hermano Antonio o su madre.
Ahora lleva a su terreno, y les impone su sello personal -ese capaz de combinar la rumba de sus raíces con el funky, el mambo, el bolero o la bachata- a canciones que van desde el "Cuéntame qué te pasó", que tan popular hicieron Manhattan Transfer, al "Soy rebelde" que cantó Jeanette, "y todas cuando éramos pequeñas", dice Rosario.
"Il mio canto libero"; el "Pongamos que hablo de Madrid", que Joaquín Sabina y después su hermano Antonio convirtieron en un himno; "Gracias a la vida", de Joan Báez y Mercedes Sosa; el "Gwendolyne" de Julio Iglesias, el "Quiero besarte", de Tequila, "El gato que está triste y azul" de Roberto Carlos o "Todo es de color", de Lole y Manuel, forman parte del repertorio del nuevo disco.
Son canciones "que -dice- pertenecen a mi vida", con las que se ha sentido identificada y con las que le gustaría "amenizar muchas tardes" a base de la "melancolía" con las que muchas de ellas se escuchan al pasar de los años.
A no ser que vuelva a convertirse en otro "exitazo", no emprenderá una gira con este disco, porque lo que ahora le pide el cuerpo a Rosario es cantar sus canciones, esas que compone cuando está de gira o en su casa, de noche, cuando sus hijos duermen, en un proceso "mágico" y lleno de "duendes" en el que salen a flote, explica, "tus sentimientos, tu energía".
"Mi hermano era un poeta y tras su muerte sentí que me quedaba sola"
Es un proceso que ella aprendió sobre todo con su hermano Antonio. "Era un poeta, hacía canciones sin ningún tipo de esfuerzos", recuerda Rosario, que se dejaba llevar por él en sus primeras composiciones y que, tras su muerte, sintió que se quedaba "sola".
Pero después, esos "duendes" de los que habla le enviaron "Qué bonito", una canción que compuso dedicada a su hermano y que le abrió las puertas de América y la hizo sentirse segura de sí misma como autora, dentro de una trayectoria a la que seguirían otros éxitos propios como el tema "Cómo quieres que te quiera".
No tiene previsto lanzarse al flamenco, porque "para eso están los buenos, cada uno a lo que sabe hacer", ni hacer otra cosa que no sea cantar: "Es parte de mi vida -dice-, no sabría qué hacer sin cantar".
Y además no tiene problemas de conciliación laboral porque para eso su madre le dejó "la mejor herencia", una señora que es "su segunda madre", que la crió a ella y a sus hermanos y que ahora cuida de sus hijos.
"Mis padres se iban a América cuatro o cinco meses, yo veinte días. Cuando se iban mis padres me quedaba con mis tatas y nunca me faltó amor, fui muy feliz, espero que mis hijos lo sean también", declara