A unas horas de la cumbre europea, no hay acuerdo para elegir al primer Presidente europeo
- El primer ministro sueco ha reconocido que la elección está en "punto muerto"
- Reinfeldt ha solicitado la colaboración de los Veintisiete
- En la cumbre también será elegido el Alto Representante
Ha llegado el día de la cumbre europea en la que los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete deben elegir al que será el primer presidente de la Unión Europea, pero todavía no hay acuerdo.
El miércoles, en la víspera del encuentro, el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, ha apelado a la "colaboración" de todos sus colegas de la UE para superar el punto muerto en que se encuentra la elección del primer presidente europeo y del futuro alto representante de Exteriores.
Reinfeldt, que ejerce la presidencia semestral de la Unión, ha reconocido que sigue sin haber acuerdo.
"No todos tienen la misma opinión", ha dicho el primer ministro sueco en una comparecencia ante los medios celebrada en Estocolmo tras la reunión de los dirigentes de las instituciones comunitarias con el presidente ruso, Dmitri Medvédev.
Por ello, ha añadido,"conforme nos acercamos a la cumbre, necesito la colaboración de mis colegas para tratar de sacar esto adelante".
Presidente permanente y Alto Representante
Con la ratificación del nuevo tratado completada, la presidencia de turno sueca ha convocado a los jefes de Estado o Gobierno a una cena el próximo jueves, en Bruselas, para poner rostro a los dos cargos de alto nivel que crea el Tratado de Lisboa.
Se trata, por un lado, del primer presidente estable del Consejo Europeo, la institución que reúne, al menos una vez cada tres meses, a los gobernantes de la UE y que toma las grandes decisiones del bloque.
Por otro lado, deben elegir al alto representante para la política exterior y de seguridad que, por primera vez, será simultáneamente vicepresidente de la Comisión Europea (CE), es decir, impulsará las iniciativas políticas en este terreno y al mismo tiempo controlará el presupuesto exterior de la CE y el nuevo servicio diplomático común.
El objetivo de ambas innovaciones es reforzar el peso de Europa en el mundo y mejorar su coordinación interior y la celeridad de sus decisiones.
Reinfeldt ha recordado que las dos designaciones "están relacionadas", porque es preciso respetar al menos un equilibrio ideológico y geográfico entre una y otra.
Hasta ahora se daba por hecho que el cargo de presidente correspondería a algún miembro de la familia conservadora (PPE), mayoritaria tanto en el Consejo Europeo como en el Parlamento, y que un socialista sucedería a Javier Solana como alto representante con poderes muy reforzados.
Las quinielas
Además, ninguno de los gobiernos de los principales estados miembros, salvo el británico, que defiende al ex primer ministro Tony Blair, han presentado candidatos para el cargo de presidente, lo que ha llevado a pensar que se estaba reservando para un dirigente de algún país "mediano" o "pequeño".
De hecho, son tres primeros ministros del Benelux, los tres democristianos, quienes encabezan hasta ahora las encuestas: el belga Herman Van Rompuy, el holandés Jan Peter Balkenende, y el luxemburgués Jean-Claude Juncker.
Con el tiempo, sin embargo, las quinielas se han abierto a todas las combinaciones posibles, y el creciente clamor para que los máximos líderes -hombres en una proporción de 24 a 3-, tengan en cuenta también a las mujeres todavía está elevando más el suspense.
El primer ministro sueco ha añadido dramatismo al recordar hoy que, si bien son los gobernantes a solas quienes deciden, el futuro alto representante deberá contar además con la aprobación del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y del Parlamento Europeo (PE).
"¿Tendremos los dos nombramientos mañana? No lo sé. Puede llevar unas horas o toda la noche", ha prevenido Reinfeldt.
La tradición dicta que los líderes europeos nunca votan y que todas las decisiones de trascendencia las toman por consenso.
Sin embargo, Reinfeldt ha mencionado que el nuevo tratado dispone que la designación puede decidirse por "mayoría cualificada".
"Quiero ser claro en un punto: está previsto que el presidente del Consejo (Europeo) se vote, si es necesario, por mayoría cualificada. El alto representante, también con mayoría cualificada, debe ser aceptado por José Manuel Barroso y también por el Parlamento Europeo. Estas son las condiciones", ha enfatizado.
El problema es que el Tratado de Lisboa no entrará en vigor hasta el primero de diciembre, por lo que, a las malas, si el consenso no es posible, el acuerdo por mayoría tendría que esperar hasta esa fecha.
El primer ministro sueco se ha lamentado de que lleva hablando, o tratando de hablar, por teléfono, con sus colegas, "cuatro días completos y parte de sus noches".
"No sé si lo han intentado ustedes, pero traten de ponerse en contacto con veintisiete jefes de Estado o Gobierno en 24 horas. Buena suerte", ha bromeado Reinfeldt.