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Una Presidencia plagada de retos

  • España tendrá que liderar la salida de la crisis económica de los 27
  • Este semestre debe definir cómo se aplica el Tratado de Lisboa
  • El compromiso social estará muy presente durante toda la Presidencia

Ver más: Agenda / Tratado de Lisboa / Preguntas y respuestas / Objetivos de la Presidencia

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No va a tener un semestre fácil la Presidencia española de la Unión Europea. Por delante tiene la difícil tarea de dirigir la recuperación económica, estando en el vagón de cola, y de poner en marcha lo que los líderes de los 27 han denominado como la "Europa del Siglo XXI" con la aplicación del Tratado de Lisboa.

Dos objetivos ambiciosos, a partir de los cuales se desgranan los pilares esenciales que sustentarán el programa de Gobierno que Presidencia ha recogido bajo un título que suena revelador: "Innovando Europa".

Parece una premonición, pero no lo es, porque toca poner en marcha nuevas instituciones, nuevas formas de votación, de participación y de coordinación.

El primer reto al que se enfrenta el ejecutivo español, es el de tener que compartir protagonismo con el Presidente del Consejo, Herman Van Rompuy. La figura más destacada de la Nueva Europa.

Tendrá que trabajar codo con codo con José Luis Rodríguez Zapatero que ya ha dicho que colaborará intensamente para que se produzca la "consolidación institucional" de la UE.

A partir de ahí toca ponerse manos a la obra, en especial para conseguir lo que más preocupa al común de los mortales: la recuperación económica y la creación de empleo.

Para ello se mantendrán -aunque de forma vigilada- las ayudas a los mercados financieros, se pondrá en marcha una nueva regulación del sector bancario y se trabajará en la llamada 'Nueva Estrategia', que marcará las pautas económicas de los 27 en la próxima década.

Nueva Estrategia en primavera

De lo que se trata es de conseguir que la Europa del Siglo XXI sepa cómo enfrentarse a los nuevos retos económicos, de empleo, sociales y medioambientales.

El objetivo del Presidente del Consejo es que esté lista antes de Primavera, por lo que la presidencia de turno tendrá que aplicarse.

Las líneas básicas pasan por el incremento de la I+D+I, la mejora del conocimiento, las Nuevas Tecnologías, la formación de los trabajadores y la reforma del mercado laboral.

Unos cambios que obligarán a las empresas a transformarse, pero siempre respetando el medioambiente. Es decir, comprometiéndose a reducir las emisiones de CO2, y apostar por modelos más sostenibles y ecológicos.

Europa con una sola voz

La puesta en marcha de Lisboa contempla también la creación de otro cargo: la Alta Representante para la Política Exterior. Al frente está la británica Catherine Ashton, que liderará las acciones de Europa de puertas hacia fuera.

Por ahora Ashton está sola. Pero durante el semestre España impulsará los tratados legales necesarios para que la 'canciller' europea tenga a su servicio el Servicio de Acción Exterior. Un grupo de funcionarios que "reforzarán el peso específico en la escena internacional" de los 27.

Mientras tanto, Ashton trabajará junto al Ministerio español de Asuntos Exteriores. Objetivo básico: aumentar la cooperación con otros países, entre ellos: Canadá y Estados Unidos con la puesta en marcha de un "mercado transatlántico".

También América Latina y Central serán centro de este apartado, y se intensificarán las relaciones de "vecindad" con Marruecos, Rusia, y los países del Mediterráneo, sin olvidar de la ampliación hacia los Balcanes, ya que Croacia está a punto de conseguir su entrada en la Unión Europea.

Eso sin descuidar otros Estados de vital importancia para Europa como Afganistán, Pakistán y China.

Mayor papel de los ciudadanos

Otra innovación del Tratado de Lisboa. La iniciativa popular, de manera que "los ciudadanos de los Estados miembros" puedan plantear a la Comisión "propuestas legislativas" sobre los asuntos que les interesen.

Un nuevo mecanismo que debe ser regulado y que la presidencia quiere que sea "una realidad cuanto antes".

Toda una estrategia social, que quiere potenciar la lucha contra la violencia de género, mejorar los sistemas de salud y la protección a los consumidores.

Como se puede ver una agenda amplia y ambiciosa, que se extenderá durante este semestre, y los dos posteriores con Bélgica y Hundría. Los socios en el trío de presidencia, que mirarán con lupa el trabajo español.