Miguel Delibes, una "postura ética desde el periodismo y la literatura"
- Su biógrafo destaca que "consiguió siempre pisar la raya de la censura"
- Su faceta periodística fue "impresionante" pero la literaria la acabó "eclipsando"
- "Delibes era un hombre clarividente y con un extraordinario sentido común"
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Miguel Delibes "consiguió siempre pisar la raya de la censura" como periodista en un "forcejeo continuo con el poder establecido". Lo suyo fue "un juego malabar" en pleno franquismo, según explica quien mejor conoció al novelista vallisoletano: su amigo, biógrafo y también periodista, Ramón García.
Su faceta periodística fue "impresionante" pero la literaria acabó "eclipsando" a la primera, menos conocida, comenta el autor de El quiosco de los helados, que relata la vida de Delibes. En cualquier caso, siempre mantuvo "una postura ética" desde ambos campos, subraya Ramón García.
"Ha sido sobre todo un amigo". Era una persona que en las distancias cortas era "absolutamente entrañable, con un sentido del humor zumbón que está presente en su literatura", explicaba García a rtve.es, horas antes del fallecimiento del autor de La sombra del ciprés es alargada, con la que ganó el Nadal en 1948.
Delibes era un hombre "clarividente y con un extraordinario sentido común". El escritor "más clarividente y extraordinario" de la lengua española, subraya Ramón García. En su literatura de "personajes perdedores" siempre había un "soterrado lirismo", era "misericordioso" con sus criaturas de papel, como lo fue Cervantes.
Escritor por casualidad
El escritor vallisoletano llegó a la literatura y el periodismo por casualidad. Nunca pensó en ser escritor. Fue estudiando Comercio y Derecho cuando descubrió la belleza de las palabras al leer el Manual de Derecho Mercantil de Joaquín Garrigues. Su esposa, Ángeles, fue también una pieza decisiva en su pasión por las letras.
Una pasión que acabó de consolidar el Premio Nadal. Ramón García está convencido de que si el jurado no hubiera elegido la obra de Delibes, éste hubiera colgado la pluma.
"Las cosas podían haber acaecido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así", escribe Miguel Delibes en Camino.
Nombrar a Delibes en Valladolid es nombrar a El Norte de Castilla. El autor del Hereje y Cinco horas con Mario comenzó a trabajar como caricaturista en el periódico decano de la ciudad en 1941 y llegó a ser su director, entre 1958 y 1963 tras años como redactor y subdirector.
Enfrentamientos con la censura
No fueron pocos los enfrentamientos que tuvo Miguel Delibes con la censura. Ramón García asegura que su amigo siempre supo jugar con la "doble banda" del periodismo y la literatura. Cuando le censuraban en la prensa acudía a la novela para hacer llegar su denuncia.
Así nació Las Ratas (1962) sobre la situación de "postración" que vivían en aquella época los pueblos después de que la censura prohibiera la publicación en El Norte de una serie de artículos sobre este tema.
Delibes llegó a burlar la censura desde las mismas páginas del periódico. Cuando el régimen franquista censuró una entrevista realizada por José María Gironella a Don Juan de Borbón, Delibes decidió entrevistar al periodista sobre lo que le había contado el padre del Rey para poder publicarlo. "Consiguió darle la vuelta y la censura no supo reaccionar", recuerda con cariño Ramón García.
Cuando Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo, aprobó la Ley de Prensa que eliminaba la censura previa Delibes tampoco se confió: "Antes no nos dejaban preguntar y ahora nos dejan preguntar pero no nos contestan", dijo el escritor.
Buenos amigos
Ramón García conoció a Delibes cuando llegó a Valladolid para trabajar como redactor jefe del Diario Regional y consiguió entrevistarle. Ese fue el inicio de una gran amistad.
Ambos han paseado horas y horas por la ciudad del Pisuerga compartiendo confidencias. "El último paseo", recuerda con profunda emoción Ramón García, "fue el viernes pasado". Fue un paseo "cortito" cerca de su casa, acompañados de Germán, uno de los hijos del novelista.
García recuerda lo gran "andarín" que era su amigo y los largos paseos por el Campo Grande en los que hablaban "de lo divino y de lo humano". "Nos hemos reído y divinizado", comenta su periodista y amigo, que hace tan solo unos días había anunciado que iba a sacar una nueva edición de la biografía de Delibes.