El LHC funciona ya generando energías similares a los instantes posteriores al Big Bang
- El acelerador del CERN logró hacer colisionar protones a energía de 7 TeV
- Problemas menores retrasaron el inicio del experimento este martes
- Los resultados más interesantes podrían tardar años en conocerse
Los científicos han logrado este martes, por primera vez, la colisión de haces de protones en el gran acelerador del CERN a una energía de 7 TeV (teraelectronvoltios), recreando la situación similar a los instantes posteriores al Big Bang.
Es la primera vez que se consigue llevar a cabo un experimento de estas características, un récord mundial en la Historia de la Ciencia, después de que pequeños fallos técnicos en el sistema retrasaran el inicio del experimento a primeras horas de la mañana de este martes.
A partir de ahora el LHC funcionará constantemente a energías de 7 teraelectronvoltios (TeV), tras la colisión de las dos partículas, que 'viajaban' a una velocidad de 3,5 TeV cada una.
El plan será entrar en fase de toma de datos continua por un periodo de entre 18 y 24 meses, con una breve parada técnica a finales de 2010.
Los físicos en el centro de investigación han confirmado que problemas durante la realización de las prueba nocturnas, en primer lugar un fallo de alimentación y un exceso de sensibilidad del sistema de seguridad de los imanes, obligaron a suspender al menos por unas horas la mega-colisiones de partículas de energía.
Volver al origen del universo
Dos haces de mil millones de protones cada uno, acelerados a una velocidad próxima a la de la luz, circularán por un túnel circular de 27 kilómetros de largo y en algún momento se chocarán.
Cuando dichas partículas colisionen, se reproducirán los instantes posteriores al Big Bang, el momento de la creación del universo, hace 13.700 millones de años.
El LHC es el acelerador de partículas más grande del mundo, cuya principal objetivo es la búsqueda de la 'partícula de Dios' o 'Bosson de Higgs', que podría explicar el origen de la materia.
“Las conclusiones podrían tardar años en conocerse“
Para poder "retener" la información que las colisiones produzcan, el LHC cuenta con cuatro detectores, Atlas, Alice, CMS y LHCb, que captarán millones de datos que, posteriormente, deberán ser analizados durante años, por lo que aunque el experimento sea satisfactorio no conoceremos al momento las conclusiones.
La partícula 'maldita' de Dios
Todo este proceso comenzó en septiembre de 2008, cuando los científicos del CERN lograron, en medio de una gran celebración, que un haz de protones diera por primera vez una vuelta completa al acelerador, y poco después que otro haz lo hiciera en dirección opuesta.
Pero una semana después de la puesta en marcha de la máquina del 'big bang' un cortocircuito y una fuga de helio causaron una grave avería que obligó a parar el experimento.
Tras más de un año de reparaciones, el LHC parecía estar recuperado para ponerse en marcha otra vez en noviembre de 2009.
Sin embargo, un nuevo revés volvía a frenar el experimento y no fue un fallo eléctrico o una gran avería. El parón lo causaba hace unas semanas el trozo de pan que soltó un pájaro en una de las unidades de enfriamiento cuando sobrevolaba el acelerador.
En busca de la materia primigenia
El LHC ha sido diseñado para que entren en colisión los protones que circulan en sentidos opuestos a una velocidad cercana a la de la luz , con el objetivo de producir las partículas elementales nunca observadas.
Durante sólo una fracción de microsegundo, el LHC tratará de reproducir las condiciones que prevalecían en el universo justo después del Big Bang, antes de que las partículas se asocien para formar núcleos de átomos.
Los físicos del CERN esperan poder detectar el Bosón de Higgs, una misteriosa partícula que daría su masa a todos los otros según la teoría "del modelo estándar".
La existencia de esa partícula se considera indispensable para explicar por qué las partículas elementales tienen masa y por qué las masas son tan diferentes entre ellas.
El acelerador del CERN ha tenido un coste de unos 4.000 millones de euros, su construcción se prolongó durante unos 12 años, y ha contado con la colaboración de 7.000 científicos.