Un artista austríaco se crucifica en una catedral de Viena en solidaridad con las víctimas de abusos
- Ha estado suspendido en el aire a 20 metros de altura
- La iglesia ha sido cerrada por temor a que cayera sobre algún viandante
Un artista austríaco se ha crucificado de forma simbólica en la catedral vienesa de San Esteban para recordar a las víctimas de los abusos sexuales y los maltratos perpetrados por religiosos católicos.
Emmerich Weissenberger se colgó, a 20 metros de altura, de la fachada en obras del templo gótico situado en el centro de la ciudad, para escenificar su repulsa a la oleada de casos de abusos que han salido a la luz en Austria.
Algunos viandantes aplaudieron la acción del artista, ataviado tan sólo con una sábana alrededor de la cintura y con una corona de espino, y que fue detenido por la policía después de permanecer quince minutos "crucificado".
"En el día de la crucifixión de Cristo me crucifico por todos los indefensos", ha explicado el artista sobre su actuación en un vídeo en el que anunciaba sus propósitos. "Me sacrifico para que las víctimas recobren la dignidad que les habéis robado", agregó.
“La iglesia: "Es legítimo protestar, pero no poniendo en juego la vida de otras personas"“
El párroco de la catedral, Toni Faber, aseguró a los medios que era legítimo que los artistas protestaran contra la Iglesia, pero no lo era hacerlo "desde una altura de vértigo en San Esteban, poniendo en peligro la vida del propio artista y la de otras personas".
Temor a que cayera al vacío
La puerta principal de la catedral estuvo clausurada durante el tiempo en el que estuvo Weissenberger "crucificado" debido al temor de que pudiera caer sobre quienes aguardaban para entrar al templo.
En la misma catedral se ofició el miércoles una ceremonia religiosa en la que algunas víctimas de abusos sexuales y maltratos expresaron su frustración con la Iglesia por lo sucedido.
“Austria tiene registrados más de 560 presuntos casos de abusos sexuales perpetrados por religiosos“
El arzobispo de Viena y presidente de la Conferencia Episcopal, Christoph Schönborn, pidió entonces perdón a las víctimas y expresó el arrepentimiento de la Iglesia por lo sucedido.
La Iglesia Católica del país alpino ha recibido en lo que va de 2010 la comunicación de 566 presuntos casos de abusos sexuales y maltratos perpetrados por sus religiosos.