Los enfrentamientos armados se multiplican en Kirguistán ante la situación de desgobierno
- Las fuerzas del orden no consiguen detener a los miles de vándalos
- En la capital se encuchan constantes ráfagas y disparos
- Se han creado milicias populares para controlar a los saqueadores
Los enfrentamientos, incluso armados, entre las fuerzas del orden y los saqueadores se multiplican en la capital de Kirguistán, Biskek, al caer la noche, según informan medios locales.
Ráfagas y disparos se han escuchado junto a la sede de la policía, que más de un millar de personas intentó asaltar en varias ocasiones, acción que fue repelida por los agentes, quienes emplearon gases lacrimógenos y bombas de humo, según la agencia 24.kg.
Patrullas policiales se han dirigido también hacia el edificio del Centro telefónico de la ciudad, asediado por cientos de personas, que podrían cortar la red urbana de telefonía fija, indica la agencia Ferganá.ru.
También se ha reforzado la vigilancia del Ayuntamiento de Biskek, uno de los pocos edificios administrativos no destruidos por la multitud, así como de las centrales que suministran electricidad a la capital de este país centroasiático, de 5,3 millones de habitantes y fronterizo con China.
El Gobierno provisional que asumió el poder en Kirguistán, tras derrocar al presidente Kurmanbek Bakíev, ha autorizado a la policía a emplear las armas de fuego para restablecer el orden en la ciudad.
Aunque el Ejército y las fuerzas del orden apoyaron al Ejecutivo formado por la oposición, éste no consigue controlar a los miles de vándalos que deambulan por la ciudad, que saquearon el Parlamento y el Gobierno y quemaron la Fiscalía y otros edificios oficiales.
Y el que también ha admitido que no consigue controlar el país ha sido Bakíev, quien a pesar de ello, ha asegurado que no dimitirá.
Milicias populares para detener a los vándalos
Tiroteos esporádicos se escuchan por toda la ciudad, en cuyas calles se pueden ver vehículos de la policía, grupos de efectivos del Ministerio del Interior y camiones militares con unidades de fuerzas especiales.
Además, el nuevo ministro kirguís del Interior, Bolotbek Sherniyázov, ha creado unas milicias populares, integradas en su mayoría por cientos de deportistas, que también intentan desalojar a los grupos de vándalos del centro de la capital.
Las calles están llenas de grupos de jóvenes -muchos de ellos borrachos y casi todos armados con palos, barras metálicas, cuchillos y algunos con armas de fuego- que han saqueado numerosos centros comerciales y tiendas de la ciudad, según la agencia Kabar.
La multitud incendia locales y coches, a menudo corta el tráfico y no deja pasar los vehículos de bomberos y las ambulancias, según ha denunciado por la televisión central Gulnará Ashibékova, jefa del centro de emergencias médicas de Biskek.
Orzubek Nazárov, diputado y miembro del centro coordinador de las fuerzas del orden, ha informado de que la policía ha dispersado a varios grupos que se disponían a saquear los Grandes Almacenes de la ciudad y las vecinas oficinas de cambio de divisas.
No obstante, el legislador se mostró convencido de que las fuerzas del orden lograrán tomar el control de gran parte de la ciudad y "dentro de pocas horas habrá más calma", según la agencia Akipress.kg.