'Miguel, 15 años en la calle', un dibujante resurgido de sus cenizas
- Una serie de desgracias dejaron al dibujante Miguel Fuster en la calle
- Tras 15 años en la miseria, se recuperó y cuenta su experiencia en un cómic
'Viñetas y bocadillos' es un programa sobre el mundo del cómic dirigido por Victor Gómez y Jesús Jiménez, que se emite todos los sábados y domingos a las 14:37 y a las 21:37 (Radio 5)
"He visto el mal en la mirada de un muchacho que, porque sí, ni tan siquiera para robarme, me arrojó un adoquín que me partió el tabique nasal y no me causó la muerte porque no era ese mi momento".
Así describe Miguel Fuster una de las agresiones que sufrió en los quince años que pasó de vagabundo, una experiencia que ahora recoge en el cómic Miguel, 15 años en la calle, que publica la editorial Glenat.
Aun así, reconoce que la agresiones no era lo peor, sino la mirada de los niños, "una de las mas dolorosas alambradas de espinos que puede cruzarse en el camino de un indigente".
Del éxito a la miseria
En los setenta, Miguel se ganaba la vida dibujando cómics románticos para el mercado anglosajón, un trabajo muy bien pagado. Pero tuvo una mala racha, perdió el trabajo, la novia y el piso, y acabó viviendo en la calle.
"He pasado 15 años extraviado por la calle con el alcohol como único, aunque nefasto, ángel custodio", asegura Miguel.
Durante una época vendía cuadros de toros y flamenco que le permitían malvivir y ahogar sus penas en un cartón de vino. Más tarde supo que sus dibujos se cotizaban a precio de oro en Texas.
Los pobres son invisibles
"Somos más inexistentes que el estiércol, porque al menos, al percibir el hedor, les haría, aunque fuese por un instante, alterar sus inhumanas facciones. Nos niegan lo único que nos queda, el reconocimiento de nuestra propia existencia". Así describe Miguel en su blog, "la falta de reacción de la gente ante los pobres".
Confiesa que, durante su época de vagabundo, lo peor ha sido escuchar las confesiones de las mujeres indigentes.
Miguel llegó a pesar 45 kilos y a no reconocerse a sí mismo, pero consiguió dejar la calle gracias a la Fundación Arrels y ya lleva 7 años viviendo bajo techo.
"He visto directores de banco en la calle"
Pero no ha olvidado todas esas historias que vivió de cerca y que ahora recoge en este cómic, en el que ha depositado sus esperanzas de volver a ganarse la vida pintando, a sus 65 años.
Miguel, 15 años en la calle es un cómic desgarrador porque nos cuenta historias que suceden al lado de nuestra casa y a las que no prestamos mayor interés, porque preferimos mirar a otro lado.
"He hecho este cómic, asegura Miguel, para que la gente tome conciencia de que dentro de los bultos de la calle hay alguien sufriendo. Y que nadie se crea que no le puede tocar a él, he visto a directores de banco en la calle".
Un cómic aterraor porque es real y refleja la vida de los que preferimos olvidar.