Un hotel construido con basura para concienciar sobre la importancia del medio ambiente
- La construcción se encuentra en el Castillo de Sant'Angelo, en Roma
- Ha servido para reciclar miles de kilos de basura recogida en playas europeas
Roma amaneció este jueves con un nuevo y original edificio en sus calles. Se trata de un hotel hecho con la basura recogida de las playas de toda Europa.
Su creador es el artista conceptual alemán HA Schult, un genio comprometido con el medio ambiente y le han puesto fácil el acceso a los materiales: el año pasado se recogieron 3.000 millones de toneladas de desperdicios de nuestras playas, lo que viene a equivaler a 4.000 kilos de basura por kilómetro cuadrado.
Con todo ese material, el artista ha tenido donde elegir. La instalación hotelera tiene 5 habitaciones y estará hasta el 7 de junio en los Jardines que bordean el Castillo de Sant'Angelo en Roma.
Esta campaña, promovida por una marca de cerveza, trata de concienciar de que el hombre es el principal protagonista de la degradación de las playas.
Por eso se quiere promover un cambio de actitud entre nosotros a través de esta campaña realizada en torno al Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este sábado.
"Cambiar el mundo antes de que el mundo nos cambie"
Y es que, como dice el artista HA Schult, "tenemos que cambiar el mundo antes de que el mundo nos cambie a nosotros".
Schult ha creado un hotel de dos alturas. Por fuera, sus paredes tienen bolsas, trapos, una máquina fotográfica que haría las delicias de cualquier anticuario y que el desaprensivo de su dueño dejó abandonada en la arena. También hay docenas de neumáticos sacados de las playas como si nuestras costas fueran un almacén de recauchutado.
Eso sí, se sabe cuánto se tira en los países desarrollados y en los libres, pero no en otras potencias emergentes como China o India. El medio ambiente supone un problema global para toda la tierra.
La construcción tiene 5 habitaciones en las que se puede pernoctar como ha hecho esta noche la modelo Helena Christensen.
12 toneladas de basura sustentan este edificio singular. Quienes se alojen en él, estarán literalmente rodeados de todo tipo de desperdicios como una báscula abandonada, quizás porque a su dueño no le gustó lo que le enseñaba; un cochecito de niño que fue heredado por el arenal al no encontrar un hermano menor como heredero;o una guitarra que amenizó cálidos atardeceres de verano hasta que un día quedó abandonada en la arena y hoy forma parte de la fachada principal de este singular hotel.