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Aminatu Haidar dice que hasta los niños hablan de lo que ha pasado con los activistas en El Aaiún

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La activista saharaui Aminatu Haidar cree que el Gobierno marroquí no respeta al Ejecutivo español ni a sus ciudadanos, después de mostrar su agradecimiento y "profunda" solidaridad con los 14 activistas españoles agredidos en El Aaiún durante una protesta en favor de los saharauis.

"Este tipo de solidaridad nos ha dejado emocionados a todos los saharauis porque es algo increíble y noble", ha asegurado Aminetu Haidar a Efe en conversación telefónica desde El Aaiún, y ha añadido que "todo el mundo habla de lo que ha pasado", incluso "los niños en las calles".

Sin embargo, Haidar ha afirmado que para la población saharaui las agresiones y la represión por parte de autoridades marroquíes es "algo normal" que viven diariamente.

Defensora de los derechos humanos

La activista, que ha sido galardonada con varios premios de Derechos Humanos como el Robert F. Kennedy o el Juan María Bandrés, ha indicado que el Gobierno marroquí quiere que España apoye "claramente" su plan de autonomía en el Sahara Occidental y su control sobre el territorio.

Haidar ha explicado que Marruecos basa sus relaciones bilaterales con la comunidad internacional en un punto: el reconocimiento de la soberanía marroquí en el Sahara Occidental.

También establece un límite, ha dicho, que impide hablar del conflicto que mantiene Marruecos en los territorios saharauis, lo que Haidar ha considerado un tema "tabú" para el Gobierno de Rabat.

Críticas a la comunidad internacional

En cuanto a la postura española frente a Marruecos, ha opinado que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero "no tiene una postura clara" sobre la cuestión del Sahara Occidental y ha instado al Ejecutivo a que asuma su responsabilidad jurídica y moral.

Haidar acusó el pasado mes de marzo a España y la Unión Europea de plegarse "al régimen totalitario" de Marruecos, y de anteponer sus intereses económicos al respeto de los derechos humanos en el Sáhara.

Por ello, ha hecho un llamamiento para que la comunidad internacional también denuncie las agresiones y, especialmente, para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas "abra los ojos" y dé "luz verde" a la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso) para que asuma más competencias.

"Es el momento para que la Minurso tenga las competencias para observar y frenar estas violaciones de los Derechos Humanos contra los saharauis y contra la gente solidaria de muchos países", ha insistido.

Ha criticado que la agresión a los españoles se produjera, precisamente, enfrente del hotel donde, asegura, se alojan la mayoría de los funcionarios de la Minurso.

Rechaza que los agresores fueran civiles

También se ha referido a la publicación en algunos periódicos de Marruecos en las que se insistía que los agresores de los activistas españoles eran civiles en lugar de policías y ha afirmado que las fuerzas de seguridad marroquíes "siempre" van de paisano en el Sahara Occidental.

"Es algo normal", ha confirmado Haidar, quien también ha admitido que el Gobierno marroquí niega las actuaciones de estos policías vestidos de paisanos.

Según Haidar, estos efectivos policiales interrogan a los observadores internacionales e impiden que se reúnan con los activistas saharauis en sus casas.

"Rabat siempre niega los hechos y va a desviar la realidad", ha adelantado Haidar, en cuanto a la respuesta del Gobierno marroquí a las explicaciones que le ha solicitado el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos.

Por su parte, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores español, Juan Pablo de la Iglesia, ha dado este lunes por cerrado el conflicto con Marruecos dado que el Gobierno no cuenta con elementos que "avalen" la versión de los activistas españoles.

Vigilancia permanente

Tras su retorno al Sahara después de la huelga de hambre que mantuvo durante 32 días en el aeropuerto de Lanzarote, la activista ha explicado que "siempre" está bajo vigilancia.

Durante estos días que pasa en la playa, Haidar ha dicho que, tanto ella como su familia, no han podido disfrutar de las vacaciones porque la Policía "siempre está detrás" o enfrente de la casa en la que se aloja.