Las marcas se vuelcan en la televisión 3D mientras el público aún paga los HD
- Estos días se celebra en Berlín la feria de electrónica IFA
- La televisión en 3D vuelve a ser la protagonista
- Cada vez hay más oferta, pero no crece la demanda
- Sus limitaciones: los precios, la necesidad de gafas y escasos contenidos
Estos días se celebra en Berlín la feria IFA, una de las mayores dedicadas a la tecnología y electrónica de consumo de Europa.
En IFA 2010 la televisión 3D -que proporciona "imágenes con efecto 3D"- ha sido la gran protagonista, aunque más en forma de indagar un poco más entre las tecnologías ya conocidas, las nuevas nuevas o las diferentes -y en el "aún más grande y brillante"- que en fórmulas para su popularización y acercamiento al gran público.
De momento todas dependen del uso de gafas para lograr que el efecto sea visible y no parece que sea antes de dos o tres años cuando la necesidad de éstas deje de ser un imperativo.
“Sus limitaciones: las gafas, los precios y pocos contenidos“
Por tanto la gran limitación para los televisores 3D, precios aparte, siguen siendo por un lado la dependencia de las gafas y por otro, y sobre todo, la limitada disponibilidad de contenidos. Tanto es así que en la feria se podían ver los mismos contenidos de demostración repetidos entre distintos fabricantes.
Con todo, marcas como Sony, Panasonic, Philips, Samsung y LG exponían sus últimos modelos de televisores y productos relacionados con la imagen y la televisión 3D, desde cámaras de vídeo domésticas (por planteamiento más que por precio) a proyectores, pasando por supuesto por televisores y reproductores Blu-Ray.
La guerra de las pulgadas y el menor grosor
Entre los diferentes anuncios y presentaciones, Philips contaba con la versión 3D de su televisor de 56 pulgadas Full HD en formato 21:9 presentado el año pasado por estas fechas. Samsung mostraba su línea de productos de imagen 3D, sin grandes novedades respecto a lo conocido aunque anunciaba siete modelos más de televisores 3D que llegarán a Europa a lo largo de lo que resta de año. Entre las novedades estará la pantalla de plasma de 50 pulgadas Full HD y, por supuesto, 3D.
En la "guerra de las pulgadas" LG demostraba estar poniendo toda la carne en el "asador 3D" con su prototipo de tecnología de plasma Multi Vision de 180 pulgadas en la que se exhibían espectaculares vídeos de documentales, películas y en los que los juegos en primera persona se disfrutaban en una nueva dimensión.
“Sony daba el puñetazo en la mesa con su obscenidad vítrea de 280 pulgadas“
Pero el puñetazo en la mesa lo daba Sony "tridimensionalizando" su obscenidad vítrea de 280 pulgadas. LG además daba una vuelta de tuerca más a sus espectaculares televisores Full LED. Si hace apenas cuatro meses presentaba en Barcelona los modelos Full LED con tecnología 3D (LX9500), en IFA mostraba una evolución más, denominada NANO Full LED (LEX8), disponible en tecnología convencional (2D) y 3D.
Tecnologías LED, Full LED y NANO Full LED
Mientras que las pantallas LED convencionales recurren a una serie de puntos luminosos (LEDs) colocados en el perímetro interior de la pantalla, en torno al marco, para iluminar la imagen, las pantallas Full LED van colocadas sobre un panel completamente recubierto de éstos LEDs, los cuales cambian su luminosidad y tono según la imagen que se está representando. Incluso llegan a apagarse para lograr negros puros, algo imposible con la iluminación convencional.
De este modo se mejora la luminosidad y el contraste, lo que se traduce en una mayor calidad de imagen. Un paso más allá está la nueva tecnología de iluminación NANO que reduce el tamaño de los LED y aumenta el número de éstos.
Además incorpora una película con microperforaciones que aumenta el control sobre cada grupo de píxeles y reduce la dispersión para lograr una distribución más uniforme y controlada, por zonas, de la iluminación de la pantalla.
Otra de las novedades vistas en televisores fueron los modelos OLED. Si bien ya existían modelos de reducidas dimensiones -debido al alto coste de este tipo de pantalla- en IFA pudimos ver en vivo el LG 3D OLED TV de 31 pulgadas y de apenas 2,9 mm de grosor, campo de visión de 180 grados y una calidad de imagen espectacular. Aunque probablemente no lo suficiente como para justificar su previsible alto precio.
Además de a los televisores, el 3D ha invadido también productos relacionados con la imagen como son los reproductores Bly-Ray y los proyectores de pared que también pudieron verse funcionando y que ofrecen un resultando bastante bueno, con un efecto 3D más "familiar" por ser muy similar al logrado en el cine.
Aunque como en éste el efecto se pierde muy en parte en secuencias de imágenes rápidas como las propias de las películas de acción.
Una oferta muy por encima de la demanda
Si bien la oferta de productos relacionados con la imagen y televisión 3D es cada vez mayor, no parece que sea así la demanda de los consumidores finales.
No parece que sea el coste de éstos el principal inconveniente, sino más bien el hecho de que apenas haya contenidos más allá de algunas películas o eventos puntuales.
Los videojuegos podrían ser uno de los promotores de esta tecnología, pero aún es escaso el número de títulos y consolas que lo incorporan.
“Las gafas cuestan entre 100 y 200 euros“
Los principales obstáculos son más la necesidad de utilizar gafas y el coste de éstas, que ronda entre los 100 y los 200 euros la unidad, y la evidencia de que aún es demasiado pronto y de que por tanto hay aún una excesiva variedad de tecnologías y modos de funcionamiento diferentes, que van cambiando muy rápidamente y que además son incompatibles entre sí.
Por ejemplo, lo "normal" actualmente es que gafas y pantallas de una marca sean incompatibles con las de otra.
Si bien un buen televisor 3D ofrece una experiencia satisfactoria, aunque esto parece ser muy subjetivo, y probablemente se convertirá en algo habitual más pronto que tarde, con tanto vaivén tecnológico en torno a su desarrollo -junto con la ausencia de contenidos- provoca cierta sensación de que la televisión o el cine 3D en casa sirve actualmente más como escaparate para las marcas, incluso como arma frente a la competencia, que como respuesta a una demanda, siquiera un deseo, del consumidor.