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La empresa responsable del vertido de Hungría pagará 5,5 millones a las víctimas

  • Abonará la cantidad en los próximos cinco años
  • Reitera que nada hacía prever la ruptura de la balsa
  • La UE advierte a Hungría de que no podrá hacer uso del Fondo de Solidaridad

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Una fotógrafa de Reuters camina entre el lodo rojo tóxico en la localidad de Devecser.
Una fotógrafa de Reuters camina entre el lodo rojo tóxico en la localidad de Devecser.

La empresa propietaria de la balsa de acumulación de lodos que causó hace dos semanas un vertido tóxico en Hungría abonará 5,5 millones de euros durante los próximos 5 años a las víctimas de la riada contaminante.

El presidente de la compañía, Lajos Tolnay, ha confirmado el pago de estas indemnizaciones y ha asegurado que no fue posible prevenir el desastre, que se ha cobrado 9 vidas y causó heridas a 150 personas.

"Nada indicaba que se acercaba el peligro", ha asegurado el responsable de la metalúrgica MAL. "Siempre controlamos el dique, cada día", ha asegurado Tolnay, quien rechazó tener ninguna responsabilidad en el accidente, según informa la agencia MTI.

Respecto a la responsabilidad de la empresa, el directivo ha explicado que "por el momento no se pueden articular opiniones exactas, pero la tragedia humana tiene que ser tratada de alguna manera".

También ha detallado que la compañía ha hecho los preparativos necesarios para evitar futuros desastres. Así, el lodo rojo que se genera en la producción de aluminio será almacenado a partir de ahora en "una balsa cuatro veces más segura que la que sufrió la rotura".

La semana pasada, el primer ministro, Viktor Orbán, prometió castigar "severamente" a los responsables y anunció también que la Policía había detenido al director de la empresa, Zoltán Bakonyi, aunque posteriormente fue puesto en libertad por falta de pruebas.

La empresa retomó su actividad el 15 de octubre, bajo control estatal, para mantener los más de 3.000 puestos de trabajo que genera.

MAL fue fundada en 1995 tras la privatización del sector industrial del país ex comunista.

Uno de sus centros de producción más importantes es el de Ajka, a 160 kilómetros al suroeste de Budapest, donde se produjo el accidente el día 4, al romperse una balsa de acumulación de lodos que inundaron 40 kilómetros de suelo, en la que es calificada como la peor catástrofe ecológica de la historia de Hungría.

No habrá ayuda del Fondo de Solidaridad

Además, Hungría no podrá recurrir al Fondo de Solidaridad de la Unión Europea (UE) para sufragar los efectos del vertido tóxico de una fábrica de aluminio al tratarse de un accidente industrial y no de un desastre natural, según ha asegurado en Budapest la comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva.

Georgieva ha recalcado que la UE podrá apoyar a Hungría en la reconstrucción "con expertos, maquinaría y productos químicos" y a través de la colaboración de la protecciones civil de distintos países europeos.

La comisaria y el ministro del Interior húngaro, Sándor Pintér, con quien se ha entrevistado, estuvieron de acuerdo en que la UE deberá revisar el uso de los Fondos de Solidaridad, para que estos se puedan utilizar en caso de una catástrofe industrial.