Daniel Sánchez Arévalo: "Hacer 'Primos' fue una manera activa de curar heridas"
- El director cántabro estrena esta comedia rodada en Comillas el 4 de febrero
- El director de Gordos considera que es su película más personal
Cuentan que el rodaje de El hombre tranquilo sumió a John Ford en una depresión. El resultado fue una de las comedias románticas más optimistas y maravillosas de la historia del cine.
En junio de 2009, Daniel Sánchez Arévalo se encontraba en un duro momento profesional y emocional. “Una crisis personal”, describe el propio cineasta, que le pedía parar.
“Entendí que parar podía ser seguir trabajando y hacer algo distinto sin renunciar a mi mundo, a mi universo -recuerda-. Algo más sencillo, más inmediato, similar a cuando me planteo hacer un corto.”
“Estaba cansado de pensar tanto, supongo”. Sánchez Arévalo acababa de rodar Gordos, una película muy intensa, dramática, así que se decidió a escribir una comedia.
“La comedia está minusvalorada“
“Parece que la comedia está minusvalorada, pero resulta que luego me pongo a repasar las películas más importantes de mi vida y muchas de ellas son comedias”, afirma.
Le salieron las doce primeras páginas del tirón. El brillante comienzo de Primos. Que él pensó para Quim Gutiérrez: “No es que pensara que sólo podía hacerlo Quim, es que yo sólo concebía que lo hiciera él”, revela.
Durante una comida con su productor, José Antonio Félez, le contó las doce páginas. “Él se acababa de independizar [creando Atípica Films], quería un proyecto que se pudiera levantar rápido, y fue un poco el motor”.
Comenzó la contrarreloj. “Si queríamos rodarla, transcurre en verano, pero en verano no se puede rodar, porque esas localidades están abarrotadas, septiembre es un poco tarde, el tiempo es más caprichoso de lo habitual en el norte”, así que decidieron ponerse como fecha mayo y junio.
“El 31 de diciembre había que tener el guión para buscar la financiación”, concluye.
Su película más personal
Hasta que no terminó la promoción de Gordos y el libreto del musical de Los 40, del que es autor, no se pudo sentar.
“Escribí el guión como un ejercicio del principio hasta el final. No sabía si iba a ser capaz porque a mí enseguida me sale el lado de la tragedia y muchas veces tenía que recular y replantear y borrar y reescribir y tratar de ser fiel a la comedia”, confiesa.
“Fue un proceso muy rápido -relata-. Me excitaba mucho eso de hacer algo ya. Pasaba por una crisis personal que quería trasladar a un personaje que necesitara huir hacia adelante y escapar”.
“Así que el guión era una forma de curar las heridas de una manera activa”, reconoce, quizá por eso “considero Primos mi peli más personal”.
En enero y febrero tuvo lugar el reconocimiento de Gordos en las candidaturas de las Goya. El rodaje tendría lugar en mayo y junio en la localidad cántabra (que no santanderina, no me seas rancio) de Comillas.
La gran borrachera de Antonio de la Torre
Daniel Sánchez Arévalo es uno de los talentos con más prestigio del pujante nuevo cine hecho por españoles (“claro que me siento parte de una nueva generación de directores -subraya-, y me siento muy orgulloso de ello”).
Cántabro nacido en Madrid en 1970, transitó el territorio de la televisión, disfrutó de la reconocida beca Fulbright en la Universidad neoyorquina de Columbia y construyó una sólida (y premiada) carrera en el mundo del cortometraje antes de saltar al largo, sin prisas, midiendo los tiempos.
AzulOscuroCasiNegro fue su exitoso debut en el largometraje. Luego llegó Gordos, una película en la que había “demasiadas expectativas”, considera. El guión de El mal ajeno. El libreto de Los 40, el musical...
Cuando tocó elegir el reparto de Primos, además de Quim Gutiérrez, quería contar con Raúl Arévalo.
“Raúl Arévalo quería un personaje chuleta, demente, pura fachada... y lo escribí para él“
“A Raúl le llamo y le digo: ‘Primo, qué tipo de personaje quieres hacer’. Me dijo: ‘Quiero hacer un personaje como chuleta, demente, como muy seguro de si mismo, pero que luego es todo pura fachada'... Escribí directamente un personaje para él".
El tercer primo es Adrián Lastra, protagonista de Los 40, al que había visto en el cásting del musical. “Le había conocido, me gustó mucho”, así que escribió “pensando en los tres”.
“Con Antonio [de la Torre] no iba a repetir -explica-. Le hablé del borracho del pueblo. Pero le dije que buscaba a alguien más mayor, más acabado, más cincuentón. Se quedó un poco así.”
“Un día me llama. Borracho perdido. A las nueve de la noche. ¿Pero Antonio, cómo puedes estar tan borracho? Empieza a darme la chapa durante diez minutos y yo me cabreé mucho. O sea, esto no tiene sentido, no sé por qué estás así, me preocupas. Y se pone todo serio y sobrio y me dice: ‘¿Qué tal? ¿Lo he hecho bien?’ Me la había colado. Y dije, bueno, ya está. Empecé a reescribir el papel para un padre más joven.”
Inma Cuesta, la quinta en discordia, entró a través de un proceso de cásting. Para interpretar a la hija del borracho, Sánchez Arévalo eligió a Clara Lago “directamente” después de verla en El mal ajeno y conocerla personalmente.
Efecto Gran Hermano en Comillas
“No soporto los malos rollos. No me gusta trabajar con gente que no es buena compañera“
Porque para el realizador es “fundamental” que el equipo artístico con el que trabaje colabore para crear un buen ambiente. “Cuando elijo la gente con la que trabajo quiero estar seguro de que eso va a ser así -afirma-. No soporto los malos rollos. No me gusta trabajar con gente que no es buena compañera con los otros actores”.
Y eso, según narra, no significa que el trabajo fuera menos intenso. El reparto ensayó unido durante dos meses antes en casa del director, un piso sencillo pero bien puesto.
“Les impliqué en el proceso creativo. Ensayábamos la situación. Tomaba notas, reescribía. Fue así un proceso en el que ellos se sintieron muy vinculados. Y nos lo pasamos muy bien. El que peor lo pasa es el director -acota-. Recuerdo las semanas previas, de tener pesadillas, despertarme a las 5 de la mañana. ‘No voy a poder, no voy a poder’, pensaba. Recuerdo ir al rodaje con muchas incertidumbres”.
“Lo recordaré como el rodaje más especial probablemente de mi vida“
Sin embargo, Dani, como le conoce su gente, esa tribu de actores que está creando a su alrededor, considera que “dentro de muchos años lo recordaré como el rodaje más especial probablemente de mi vida. Las circunstancias que se dieron son muy difíciles que se vuelvan a dar.”
“Cuando trabajamos, trabajamos con mucha intensidad. Fueron dos meses en Comillas, maravillosos, en los que vivíamos todos juntos y se crea una especie de sensación de Gran Hermano, pero lo que puede acabar provocando fricciones por la propia convivencia, pues acabó siendo todo lo contrario.”
Su padre, su hermano, su hermana... Buena parte de la familia estaba involucrada en el rodaje, y eso debió contagiar al buen rollo y el ambiente que se respira en la historia, una comedia que busca entretener, que busca hacer reír.
“La comedia es conflicto, se basa en los obstáculos, en ver pasarlo mal al protagonista para conseguir sus objetivos. En reírnos cuando se resbala con la cascara de plátano. Y Primos está llena de cáscaras de plátanos”, explica Dani.
Un caníbal de experiencias ajenas
La película es una comedia sobre amigos, sobre amigotes, sobre antiguos amores, sobre fiestas del pueblo, barracas de feria y perritos pilotos. En Cantabria. ¿Cuánto hay de Daniel Sánchez Arévalo en la cinta?
“Me identifico profundamente con los tres personajes principales, tanto en su forma de ser como en las experiencias que viven, por supuesto todo bajo el tamiz de la ficción, sacando el máximo provecho, en aras de la comedia y lo lúdico, de esas pequeñas neuras, esos miedos, esos agobios, esos momentos vividos y esos deseos de encontrar tu sitio en el mundo”.
El director reconoce que él también hizo detener un barco-pirata en las fiestas porque a los 10-11 años era un hipocondríaco. Y asegura que “fagocita” para suss historias las experiencias de quienes le rodean, sus problemas, sus anécdotas.
Cree que eso hace que él y sus compañeros de generación cinematográfica conecten con un público más joven. Porque cuentan las cosas que les pasan. Normales. Universales. Cotidianas.
A esa generación la describe como un grupo de “amigos y colegas”. “Nos conocemos desde hace muchos años. Nos apoyamos, nos ayudamos, nos deseamos lo mejor y sobre todo, nos emborrachamos juntos”, afirma.
“La mayoría venimos del mundo del cortometraje y hay una agradable sensación de comunidad. Hay competencia sana, de la que te ayuda a mejorar y aprender. Además somos muy distintos unos de otros, tanto en nuestra forma de ser como la forma de entender y encarar el cine, lo que hace que el resultado de todas nuestras películas juntas sea muy variado y estimulante”.
¿Y quiénes son? “Hablo de gente como Alberto Rodríguez, Cobeaga, Vigalondo, Bayona, Oskar Santos, Felix Viscarret, Rebollo, Santi Amodeo, Guillem Morales, Alvaro Pastor y Antonio Naharro, David Pinillos, y un largo etcétera...”
Sánchez Arévalo afronta el futuro cercano -el estreno de la película el 4 de febrero- con optimismo. Los pases previos con público reflejan que las perspectivas son buenas.
A medio y largo plazo, el cineasta prepara un proyecto en inglés, un dramón protagonizado por mujeres, con una protagonista absoluta, que “requiere una gran estrella internacional, para levantar la financiación”.
Al fin y al cabo, la comedia no es el territorio natural de Dani. “Es una manera de hacer cómo entiendo yo la comedia. Mi pequeña apuesta por la comedia”.