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Cathy Claret, la chica del viento

  • Acaba de publicar un disco con sus primeras grabaciones
  • Del que será nuevo trabajo, está publicando una canción cada 3 meses
  • Actúa en Madrid, Toledo y Guadalajara los días 21, 22 y 23 de enero
  • Escucha "Chocolat", una de sus canciones
  • No te pierdas la entrevista acústica en Hoy Empieza Todo

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Hacía algún tiempo que no teníamos noticias de esta chica rubia, mitad paya, mitad gitana, de nombre Cathy Claret, pero también conocida como la canastera, la canastera rubia o la chica del viento. Ahora vuelve pero lo hace poco a poco, como le gusta hacer las cosas a ella, con un pie en el pasado y otro en el futuro.

Lo antiguo y lo nuevo

Por una parte se reeditan sus primeras grabaciones, esas que ya es difícil encontrar y que van de 1987 a 1991. Con ese título sale el CD, precisamente, 1987-1991, que recoge su primer maxi, “¿Por qué, por qué?”, y su dos primeros LPs: “Cathy Claret” y “Soleil y locura”. Por otra parte se publica un nuevo trabajo que irá apareciendo paso a paso: cada tres meses está prevista la entrega de un single en formato vinilo de 7’’ y también en digital.

En noviembre ha salido el primero, producido por el músico y diseñador argentino, Sebastián Litmanovich, más conocido como Cineplexx. Esta primera entrega consta de dos canciones: “Mala” y “Chocolat”, que es la que da título y que está cantada en francés y en castellano. Además Cathy ya ha empezado una gira de conciertos para la que cuenta con su amigo y casi hermano, Raimundo Amador, que la acompañará siempre que sus quehaceres se lo permitan. De momento las próximas citas son en Madrid, el 21 de enero (Sala Clamores), Toledo, el 22, y Guadalajara, el 23.

Francia y Camarón

Cathy Claret nació en Nîmes, en el sur de Francia, una zona muy poblada de gitanos, según cuenta. Siendo aún muy jovencita perdió a su madre y fue criada por una familia gitana, de ahí su amor por el flamenco y por Camarón, a quien admira con delirio fetichista, dice. Desde siempre ha tenido claro que quería mezclar flamenco y pop, le gustaba Camarón y le gustaba Gainsbourg así que, por qué no mezclarlos.

Su gusto por la mezcla va mucho más allá, en sus discos confluyen: pop, rumba, reggae, bossa-nova, los instrumentos de juguete de su amigo Pascal Comelade, con el que tuvo un grupo, La Belle Canto Orquestra, y las guitarras flamencas de los hermanos Amador. Con ellos, con Rafael y con Raimundo, grabó sus primeros discos, antes de que estos triunfaran con Pata Negra. Con ellos, con sus primos y sus abuelos ha compartido parte de su vida, el abuelo de Raimundo fue uno de los primeros en creer en esta canastera rubia, “La Cathy es un talento”, decía. A Raimundo le prestó el “Bolleré”, compuesto por ella e incluido en su segundo LP, Soleil y locura (1991).

Cathy llamó a su canción “Bolloré”, el nombre del papel de fumar que quita las penas, pero después Raimundo la publicó como “Bolleré” y la hizo famosa en el mundo entero gracias a su amigo BB King, que la grabó con él.

Acompañantes de postín

Aparte de los Amador, Cathy Claret ha contado siempre con músicos de lujo para sus discos y lo mejor es que dice que no los llama, que acuden a ella. Ara Malikian, Kiko Veneno, Sorderita, Tomasito o Pascal Comelade son algunos de los nombres que aparecen en sus discos.

Con su voz susurrante, tierna, casi quebrada, su tono naïf, el pop minimalista fundido con el guitarreo flamenco de sus canciones, no es extraño que Cathy Claret haya triunfado en Japón. Los japoneses la adoran desde la publicación de sus primeros álbumes, dice Cathy que incluso tiene imitadoras que se saben e interpretan sus canciones mejor que ella.

Ya se sabe lo buenos que son los japoneses en el arte de la imitación. Algo que no parece gustar tanto a Cathy, a quien le gusta sentirse libre y hacer las cosas porque las siente, no por moda, dinero o fama.

Ahora Cathy vuelve a la carga con este nuevo disco por entregas, del que está al caer la segunda. Su último álbum, Gypsy Flower, data de 2007, antes se publicaron: La chica del viento, Sussurando y Sambisarane. En este nuevo trabajo, cuenta la canastera, habrá canciones cantadas en español, inglés y francés, con más bossas, más yeyé y las guitarras, flamenca y eléctrica, de Emilio Pérez. Sonido canastero, sonido fresco y moderno, como el que le gusta practicar a Cathy Claret.