Especial En Portada. "La cólera de Túnez"
- En Portada emitió un reportaje especial sobre la revolución tunecina
- Un equipo del programa aterrizó en el país horas después de la huida de Ben Alí
- El reportaje incluye las primeras declaraciones de un histórico líder islamista
El programa En Portada llegó a Túnez poco después de la huída del presidente Ben Alí en plena revolución popular. En menos de un mes, el pueblo tunecino ha acabado con 23 años de dictadura; un despertar que llena las calles de ciudadanos que exigen derechos y libertades que les habían sido usurpadas por un régimen que mantenía también a los partidos políticos de la oposición en la clandestinidad.
Mimado por Francia y el resto de países europeos, convencidos de que Ben Ali era el garante de la seguridad contra el islamismo radical, poco se conocía de la verdadera situación política de este país que aparecía en las guías de turismo como un remanso de paz y tranquilidad que favorecía sus bellos paísajes. Sin embargo desde hace tiempo, la sociedad tunecina compuesta en su mayoría por gente joven y bien preparada demanda un cambio hacia una verdadera democracia.
Un pueblo, rehén de un grupo de mafiosos
La reciente crisis económica que eleva considerablemente el número de parados y la galopante corrupción capitaneada por el clan de Ben Ali, formado por la familia de su mujer, Laila Travelsi, encoleriza a los tunecinos que ven como el pueblo se convierte en rehén de un grupo de mafiosos que maneja a su antojo el país. Después de las últimas elecciones presidenciales que otorgaron un quinto mandato a Ben Ali, las esperanzas de cualquier atisbo de cambio se esfuman como el azúcar en vaso de amargo café.
Los tunecinos siguen soportando el nepotismo del régimen que se rodea de una cada vez más abultada policía, cuyos miembros aparecen en el paisaje cotidiano con total descaro. Nada les pasa desapercibido y cualquier movimiento contra Ben Ali o su familia son reprimiedos con toda dureza y rapidez.
Wikileaks, la peluquera y Mohammad Buazizi
Las filtraciones de Wikileaks sobre los desmanes de la mujer del presidente, conocida popularmente en Túnez como la peluquera, y su familia, no sorprenden pero la anécdota que relata el embajador norteamericano sobre un desayuno en casa de un yerno de Ben Ali que daba de comer a su "mascota", un tigre, cuatro pollos al día, provoca la ira de los más necesitados que apenas tienen para comprar el pan. Pero es la trágica muerte de Mohammad Buazizi, uno de esos jóvenes, bien preparados pero sin futuro la que desencadena las protestas que pasan en días de una intifada, o revuelta popular, a una revolución que da un vuelco a la historia del país.
Una revolución que en Túnez nadie llama de los jazmines, porque se ha derramado demasiada sangre, por que el jazmín huele muy bien, pero su aroma se va rápido …Una revolución que espera que se consolide en un Estado democrático, que respete los derechos de todos y les permita avanzar. La revolución de la dignidad que ha hecho que otros pueblos sometidos se miren hoy en el espejo de Túnez.