El mal de las 'vacas locas', una enfermedad muerta 10 años después
- La Encefalopatía espongiforme bovina está controlada pero no extinguida
- Aunque todavía hay reses afectadas, el número es muy bajo
- Popularmente conocida como 'vacas locas,' afecta al ganado bovino
- Su variante humana, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, surgió en 2001
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Datos básicos
La EEB surgió por primera vez en el Reino Unido en 1985.
El causante: una proteína (prión) que se encontraba en las harinas elaboradas con carne y hueso animal.
Su variante humana, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, es incurable y mortal.
En España murieron 5 personas por este mal.
Hace ahora diez años resurgió el popularmente conocido como mal de las 'vacas locas' (Encefalopatía Espongiforme Bovina EEB).
Durante la primera mitad de 2001 comenzó a conocerse que un número importante de animales estaban afectados por esta enfermedad (el 98% de los casos en el Reino Unido).
“En 2007 se contabilizaron 336.770 reses infectadas en Europa“
Cundió la alarma. El motivo era que, a diferencia del resto de encefalopatías espongiformes bovinas, ésta podía afectar ahora a los seres humanos a través del consumo de ciertas partes de vacuno denominadas MER (partes nerviosas, sesos, intestinos etc).
Había surgido así un nuevo mal: la 'variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob'.
A día de hoy el número de personas diagnosticadas con Creutzfeldt-Jacob en todo el mundo asciende a 220 personas, de ellas 173 en el Reino Unido.
En España se contabilizaron 5 víctimas mortales. En julio de 2005 moría una mujer de 26 años en Madrid. La siguiente víctima, en Cantabria en 2007, y tres más murieron en Castilla y León en 2008. En Francia hubo 23 víctimas y en el Reino Unido 55.
“Las dos víctimas de León, madre e hijo, son las únicas en el mundo relacionadas“
La crisis supuso una revolución en los controles de seguridad alimentaria.
La Unión Europea entonces tomó medidas drásticas e implantó un plan de vigilancia y control en los animales.
Según los expertos, hoy la epidemia está controlada aunque no extinguida del todo.
Los controles de seguridad han funcionado
Una década después, el mal de las 'vacas locas' no ha desaparecido, pero está bajo control.
Ha caído el número de animales enfermos en el mundo. Un ejemplo, en el año 2000 había 776 focos de EEB en España. Hoy hay sólo 13.
"Se trata de una enfermedad muerta gracias a los sistemas de control en la alimentación de rumiantes", afirma Javier López, Gerente Nacional de ASOPROVAC, la Asociación de Productores de Vacuno de Carne en España.
Todo empezó por la preparación de las harinas elaboradas con carne y hueso animal en el Reino Unido, por eso era importantísimo prohibirlos, asegura.
Otras medidas: Desde el año 2001 es obligatorio analizar los casos sospechosos de vacas destinadas al consumo humano.
"Hoy ha subido la edad analizada de los animales, antes se analizaban los de 4 años. Hoy se analizan los de 10 o 12, lo que significa que han funcionado las medidas, afirma Juan José Badiola, Director del Laboratorio Nacional de la Encefalopatía Espongiforme Bovina.
“Para detectar la EEB se analiza una proteína, la 14-3-3 en el líquido cefalorraquídeo del animal“
Además, la UE exige analizar y eliminar los tejidos MER, es decir, los tejidos nerviosos en los que se concentra la enfermedad.
"Hoy en día se retiran de todos los animales a partir de los 12 meses y se destruyen con determinados procedimientos regulados, afirma Badiola.
Es decir, no se pueden vender para consumo.
Por último, los animales afectados serán destruídos o recogidos de acuerdo a las exigencias normativas impuestas.
Hay que seguir con el plan
Todas ellas son medidas para certificar la ausencia de la enfermedad antes de comercializar la carne.
Su consumo, por tanto, es totalmente seguro gracias a éstos controles. Las partes que pudieran estar afectadas (MER) no se pueden comercializar, y por tanto consumir, ya que se destruyen en las ganaderías, afirman López y Badiola.
Para el Director del Laboratorio Nacional de la EEB podemos estar tranquilos. El plan impuesto ha funcionado aunque se debe seguir aplicando y no bajar la guardia.
De este modo, las medidas tomadas por las autoridades sanitarias serán suficientes para que la epidemia de encefalopatía espongiforme desaparezca definitivamente en pocos años.