La Unión Europea se somete a un examen de unidad en una cumbre enfocada en la crisis
- No se esperan resultados concretos, pero sí la confirmación de los compromisos
- Alemania presenta a sus socios un plan de competitividad para la Eurozona
Aunque ya se sabe que de ella no saldrá ningún resultado concreto, la cumbre extraordinaria de líderes europeos de este viernes se presenta como clave para ratificar que la Zona euro cuenta con los mimbres necesarios para remontar la crisis de deuda que la sacude desde hace casi un año. Y es vital porque si la cumbre transmite una imagen de desunión o alejamiento entre los Veintisiete, pueden regresar las arremetidas de los mercados contra los miembros más frágiles.
Este Consejo Europeo extraordinario, de tan sólo un día de duración, se prevé actúe como puente hacia el convocado para los 24 y 25 de marzo, cuando sí se prevé adoptar importantes decisiones sobre el fortalecimiento del fondo de rescate europeo y el paquete de medidas que se prepara para acabar definitivamente con la llamada crisis del euro.
El plan de Alemania
Alemania quiere incluir dentro de ese paquete un plan de competitividad que ha diseñado en colaboración con Francia y que, este viernes, presentará a sus socios durante el almuerzo. Según explicó este jueves la canciller alemana, Angela Merkel, durante su visita a Madrid, este primer contacto servirá para conocer el apoyo que encuentra entre los miembros de la Eurozona y, así, ponerse a trabajar con el objetivo de que el programa se apruebe en la cumbre de finales de marzo.
Con este plan, Alemania busca aumentar la coordinación de las políticas económicas de los países de la Zona euro y fomentar el saneamiento de las cuentas públicas, para utilizar ambos puntos como garantía de una competitividad más elevada.
Para lograrlo, Merkel apuesta por que todos los miembros prohíban por ley el exceso de déficit público -fijando una especie de techo de gasto-, tal y como ya ha hecho Alemania y ha anunciado que hará Francia. Además, propone retrasar de manera progresiva la edad de jubilación en toda la Zona, eliminar las cláusulas de revisión salarial ligadas a la inflación y armonizar impuestos como el de sociedades.
Frente a la oportunidad de mostrar el compromiso sólido y la unión de todos los miembros en la lucha contra esta crisis, esta cumbre también esconde el riesgo de que ocurra todo lo contrario y, una vez más, Alemania aparezca respaldada sólo por Francia y los países nórdicos, mientras países como España, Portugal, Grecia o Italia discrepan en la rigidez de los planteamientos germanos.
De momento, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, sí ha apoyado el plan de competitividad de Berlín durante la XXIII Cumbre bilateral hispano-alemana celebrada este jueves en Madrid.
Aunque ha coincidido en la necesidad de armonizar las políticas económicas y de mantener bajo control los déficits públicos, Zapatero ha acogido con más cautela otra de las medidas propuestas por Merkel y ha advertido que en España, deben ser los agentes sociales quienes decidan dentro del marco de la negociación colectiva si los salarios deben estar ligados a las subidas de los precios, como hasta ahora, o a la productividad, como plantea la canciller alemana.
También hablarán del fondo de rescate
Los debates de este viernes entre los líderes europeos también se centrarán en el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, el fondo rescate formado por 440.000 millones de euros de préstamos garantizados por los 17 países miembros del euro, que se creó en mayo de 2010 y se ha utilizado ya para rescatar a Irlanda.
Las autoridades europeas estudian cómo hacerlo más flexible y cómo aumentar su capacidad efectiva de préstamo, pero para aceptar esos cambios, Alemania pone condiciones: asegurar los compromisos presupuestarios de todos los países de la Eurozona.
Por el momento, el fondo sólo puede prestar 250.000 millones: el resto debe permanecer como garantía para que el fondo pueda mantener su nota de solvencia en el máximo ("AAA") y así, captar financiación en los mercados con buenas condiciones.
Sobre la flexibilidad, se trataría de diseñar otras formas de asistencia financiera a los países necesitados, sin llegar al extremo de solicitar un rescate que exija a cambio un plan de ajuste severo.
Entre las ideas que se manejan, está la de financiar con el fondo a países como Grecia, para que recompren sus títulos de deuda soberana y así ahorren el pago de elevados intereses. Pero esa posibilidad ha sido rechazada ya por Berlín porque, en su opinión, no es viable ni práctica.
Muchos funcionarios europeos han mostrado su preocupación por que el paquete de medidas avanza lentamente y son muchos los puntos que se están tratando, por lo que no se descarta convocar una nueva cumbre extraordinaria de líderes a principios de marzo para adelantar trabajo y tener todo listo para ser aprobado a finales de ese mes.
Energía e innovación, en segundo plano
En un principio, la cumbre de este viernes se convocó para abordar temas energéticos y de innovación y, aunque se mantienen en la agenda, se han visto relegados a un segundo plano.
En energía, la Comisión Europea confía en que se apoye la asignación de parte del presupuesto comunitario del período 2014-2020 para cofinanciar las infraestructuras de gas y electricidad de interés común, como la conexión entre España y Francia, una prioridad de la estrategia energética diseñada por Bruselas.
Según el borrador de las conclusiones, las infraestructuras destinadas a reducir la dependencia energética europea "merecen recibir apoyo", aunque el mercado debe ser el que asuma el grueso del gasto, que luego podrá trasladarse a sus clientes.
España apoya esta estrategia, así como la de completar el mercado interior de la energía antes de 2015.