El legado de Gadafi en Libia: 40 años de abusos
- Detenciones arbitrarias, torturas, ejecuciones televisadas
- En la última década, se han producido algunos avances
El líder libio Muamar Gadafi lucha por mantenerse en el poder, aunque las revueltas populares que ya han llegado a la capital, amenazan con derrocar su régimen como ya ocurriera con Ben Alí en Túnez y Mubarak en Egipto.
Los manifestantes piden el fin de un régimen de 41 años marcados por las violaciones de los derechos humanos. A pesar de que el Gobierno siempre ha negado este extremo, uno de los hijos de Gadafi, Saif Al Islam, ha reconocido que se han producido "algunos abusos" en el pasado.
1970: Detenciones y ejecuciones televisadas
Grupos de derechos humanos y enemigos de Gadafi han constatado que a lo largo de la década de 1970 las fuerzas policiales y de seguridad arrestaron a cientos de opositores libios y a otros tantos que temían que pudieran oponerse al Gobierno en el futuro.
Las manifestaciones estudiantiles fueron violentamente reprimidas. Académicos, abogados, estudiantes, periodistas, trotskistas, comunistas, miembros de los Hermanos Musulmanes y otros "enemigos de la revolución" fueron detenidos y encarcelados, o simplemente desaparecieron.
Gadafi advirtió a todo aquel que tratara de organizarse políticamente que se enfrentaría a la represión. "Yo podría en cualquier momento enviarles al Tribunal del Pueblo para que emita una sentencia de muerte basada en esta ley, porque la ejecución es el destino de cualquier persona que forma un partido político", dijo Gadafi en un discurso el 9 de noviembre de 1974.
Según las organizaciones de derechos humanos, una serie de ahorcamientos públicos televisados y mutilaciones de opositores políticos. En 1976, Gadafi autorizó la ejecución de 22 oficiales que habían participado en un intento de golpe el año anterior, además de la ejecución de varios civiles.
1980: Más arrestos y desapariciones
En 1980, las autoridades introdujeron una política de ejecuciones extrajudiciales de opositores políticos en el extranjero, a los que denominaban "perros callejeros".
Según un artículo del activista de derechos humanos Mohamed Eljahmi publicado en 2009 en la revista Forbes, el entonces vicepresidente de Gadafi, Abdel Salam Jalloudm, emitió la siguiente justificación pública en 1980 por el asesinato de disidentes en el extranjero: "Muchas personas que huyeron al extranjero se llevaron bienes pertenecientes al pueblo libio. Ahora están poniendo sus ganancias ilícitas a disposición de la oposición liderada por (el entonces líder egipcio Anwar) Sadat, el imperialismo mundial e Israel."
Un fallido golpe de Estado en mayo de 1984, aparentemente orquestado por los disidentes exiliados con apoyo interno, llevó al encarcelamiento de miles de personas. Un número indeterminado de personas fueron ejecutadas.
En 1988 se abrió un período en el que se anunciaron importantes reformas de los derechos humanos. Las autoridades liberaron a cientos de presos políticos en una amnistía de amplio alcance.
Pero tan sólo un año después volvió la represión. Según Amnistía Internacional, que visitó el país en 1988, el Gobierno instituyó "arrestos masivos y detenciones arbitrarias, 'desapariciones', tortura y pena de muerte".
Una de las principales causas de la represión fue el regreso de ciudadanos libios de Afganistán, donde habían ido a luchar contra las fuerzas soviéticas. Algunos regresaron a casa con la esperanza de derrocar a Gadafi y e instalar la ley islámica.
1990: Asesinatos masivos en las cárceles
En 1993, después de un fallido intento de golpe de Estado en el que altos mandos militares estaban implicados, Gadafi hizo purgas periódicas en la jerarquía militar, eliminó posibles rivales y los sustituyó por los leales a su régimen.
En lo que los críticos califican, probablemente, el más sangriento acto de represión interna, más de 1.000 prisioneros fueron asesinados a tiros por las fuerzas de seguridad el 28 de junio y 29 de 1996 en la prisión de Abu Salim, según Human Rights Watch.
La escala de los asesinatos fue confirmada por el secretario de Justicia de Libia a la organización de derechos humanos en abril de 2009, y también por un comunicado de prensa de la fundación Saif Al Islam Gadafi el 10 de agosto de 2009, que estableció la cifra de víctimas mortales en 1167.
Durante años, los funcionarios libios negaron los asesinatos en Abu Salim. El primer reconocimiento público fue en abril de 2004, cuando Gadafi aseguró que los asesinatos tuvieron lugar y que las familias de los presos tienen derecho a saber lo que ocurrió.
2000: Primeras liberaciones
Las asociaciones de derechos humanos han afirmado que en los últimos tiempos las autoridades han tomado algunas medidas, aunque limitadas, para hacer frente a la situación, incluyendo la liberación de algunos presos políticos y las visitas de activistas a las cárceles.
En 2001 cerca de 300 personas, entre ellos presos políticos, fueron puestos en libertad. Ahmad Zubayr Ahmad Al Sanussi, acusado de participar en un golpe de Estado en 1970, ha sido el prisionero que más ellos pasó en la cárcel, 31, y la mayoría en de ellos confinado en solitario.
Más de 700 presos acusados de tener vínculos con grupos militantes islámicos se han lanzado en los últimos tres años bajo un programa de reconciliación organizada por la Fundación Gadafi.