Un año sin noticias de Spirit
- Cada vez hay menos esperanzas de retomar el contacto
- El duro invierno marciano puede haber acabado con él
- En un mes o dos la NASA tendrá que decidir si lo abandona
Se cumple un año desde que la NASA recibiera la última comunicación de Spirit, uno de los dos rovers que tiene en la superficie de Marte desde enero de 2004, y lo cierto es que cada vez hay menos esperanzas de recuperar la comunicación.
El problema está en que a finales de abril de 2009 Spirit quedó atascado al intentar atravesar lo que luego se identificó como una capa de sulfato de hierro (III), y todos los intentos por liberarlo, a pesar de las simulaciones y los ensayos hechos con un 'gemelo' que el equipo de control tiene precisamente para estas cosas fracasaron.
Esto llevó a la NASA a tomar la decisión de intentar abandonar los esfuerzos para moverlo en enero de 2010 y de convertirlo en una base científica fija, entre otras cosas porque se aproximaba el invierno en el hemisferio de Marte en el que está Spirit, y había que intentar prepararse lo mejor posible para enfrentarse a él.
La estrategia ideal habría sido aparcar el rover en una cuesta inclinada hacia el Sol, de tal forma que sus paneles solares, que a estas alturas acumulan una capa de polvo que los hace menos eficaces que al principio, pudieran aprovechar al máximo la energía procedente de este.
Sin poder salir
Pero igual que no pudieron sacar a Spirit de su trampa, tampoco pudieron hacer mucho por darle la inclinación necesaria. En esta tesitura, la energía de la que disponía el rover fue disminuyendo cada día hasta que los ordenadores de a bordo se vieron obligados a activar el modo de hibernación de bajo consumo, lo que ocurrió el 22 de marzo de 2010.
La esperanza era que en cuanto terminara el invierno y subiera de nuevo la cantidad de luz disponible los paneles volvieran a generar la suficiente electricidad como para reactivar a Spirit.
Pero todo parece indicar que no ha sido así. De hecho se calcula que el pasado día 10 ya ha pasado el máximo de insolación en Troy, que es como ha sido bautizada la zona en la que está el rover sin que este haya dado señales de vida, a pesar de que la NASA lleva a estas alturas ya más de ocho meses intentando restablecer el contacto utilizado sus antenas de la Red del Espacio Profundo en California, Australia y España, pero sin éxito.
Es muy posible que el frío extremo al que se ha visto sometido Spirit haya dañado irremediablemente alguno de sus componentes electrónicos, ya que el modo de hibernación en el que estaba obligaba a desactivar los calefactores de muchos de ellos.
Todo o nada
Aún así la NASA no se da por vencida y desde el pasado día 15 han adoptado una nueva estrategia más agresiva.
Están enviando nuevos comandos destinados a Spirit que tienen como objetivo reestablecer la comunicación aún en el caso de que haya múltiples fallos a bordo o incluso si el reloj de a bordo haya perdido la fecha y hora y no coincidieran las horas a las que se intenta hacer contacto con él con las horas a las que está escuchando.
Los nuevos comandos incluyen también órdenes para que intente comunicarse a través de los satélites artificiales que hay en órbita alrededor del planeta y para que use también su transmisor de respaldo.
De todos modos, y aunque es una posibilidad que nadie quiere plantearse, si en un mes o dos Spirit sigue sin dar señales de vida la NASA tendrá que asumir la pérdida de este rover y pasar a operar sólo con Opportunity, su gemelo, que aún sigue recorriendo la superficie de Marte tan pancho.
Será duro para los que llevan todos estos años manejándolo, e incluso para los que llevamos años siguiendo esta misión, pero sin duda sus andanzas pasarán a los anales de la historia de la exploración espacial.
No solo por aportar pruebas de que en el pasado existió agua líquida sobre Marte, como ya se sospechaba, sino porque nos ha ayudado a entender mejor la historia de nuestro vecino.
También porque estaba preparado para resistir 90 días sobre Marte y ha estado activo algo más de seis años, durante los que ha recorrido 7.730,50 metros.