Los emails que han puesto en evidencia la credibilidad de la industria nuclear japonesa
- Un empleado de una compañía nuclear enviaba falsos mails de apoyo al sector
- El objetivo, relanzar la cridiblidad que el terremoto ha puesto en jaque
¿Vale todo para recuperar las pérdidas económicas que el terremoto de Japón ha dejado en el sector nuclear del país? Esta pregunta cobra un gran sentido tras haber salido a la luz cómo una planta japonesa ha tratado de ganar adeptos mediante el envío de emails con los que tratar de influir en el resultado de un foro público sobre la seguridad nuclear.
Cuatro meses después de la mayor catástrofe nuclear en el mundo desde el accidente de Chernóbil, un empleado de la corporación Kyushu Electric Power Co, tenía la función de hacerse pasar por ciudadanos comunes y enviar emails a los miembros del foro, que participaban en una audiencia pública, en los que expresaba el respaldo a la reanudación de los reactores en el sur de Japón.
Tras el accidente, solo 19 de los 54 reactores que hay en Japón están funcionando, algo que ha generado grandes pérdidas para el país.
Manipulación
El presidente de Kyushu, Toshio Manabe, se ha disculpado por los hechos: "Estoy reflexionando profundamente sobre estas acciones con las que se ha tratado de influir en una audiencia que debe ser justa y neutra. Pido disculpas a la gente".
Los analistas consideran que este escándalo refleja el pánico existente en la industria de energía atómica de Japón, siempre mimada por intereses políticos, corporativos y regulatorios en un contexto que se ha llamado la "aldea nuclear", pero hora se enfrenta a un creciente sentimiento anti-nuclear.
"Existe la sospecha creciente de que las compañías eléctricas están jugando a un tira y afloja con los datos para apoyar su causa y han ido tan lejos como para orquestar el apoyo del público", ha explicado Jeffrey Kingston, director de estudios asiáticos en el campus de la Universidad Temple de Japón.
"Cuanto más muestran los medios, más enojado está el público. De hecho, el escándalo de estos e-mail ha sido comidilla diaria de los medios dominantes, a menudo acusados de ser blandos con la industria nuclear.
Esta falta de confianza que se está generando entre los japoneses se suma a cómo se ha mermado la que tenían tanto en los servicios públicos como en sus reguladores tras la lenta gestión de la crisis de la planta de Fukushima.
"Ellos (Tokio Electric) tienen credibilidad cero", ha asegurado Kingston, agregando que el asunto de correo electrónico también ha sido embarazoso para el propio gobierno.
Otros críticos con esta industria aseguran que este escándalo no les pilla por sorpresa aunque, eso sí, no hace sino aumentar las dudas sobre seguridad en el país.
"La reacción del público se inclina contra la energía nuclear y creo que existe una sensación de crisis, de que no es algo útil", explica por su parte Harumi Kondaiji, un legislador local del oeste de la ciudad de Tsuruga, sede de tres reactores. "En este momento, no podemos creer en ellas."
Rechazo
De hecho, esa falta de confianza en el papel de lo nuclear ha tenido una consecuencia más que es la de que la eléctrica Shikoku Electric Power haya anunciado este miércoles que retrasará la apertura de uno de sus reactores nucleares en la isla de Shikoku (sur de Japón) ante la oposición de las autoridades locales.
Según los planes iniciales de Shikoku Electric Power, el reactor 3 de la central de Ikata, sometido a una inspección rutinaria desde el 29 de abril, debería reactivarse el próximo domingo, pero no ha obtenido la autorización necesaria para ello por parte de las autoridades locales, según informa la agencia Kyodo.
El gobernador de la región, Tokihiro Nakamura, ha detallado que no dará el visto bueno a la reapertura de esa unidad a menos que se cumplan determinadas condiciones de seguridad y que las comunidades locales lo aprueben.
Los de Genkai iban a ser de los primeros reactores nucleares en reabrirse tras el desastre de marzo, pero un sorpresivo anuncio del Gobierno sobre la realización de pruebas adicionales de seguridad en todas las plantas atómicas niponesas ha hecho que las autoridades locales retiraran su autorización.