Los cinco meses de vida del 15M: De las acampadas al "cambio global"
- El movimiento comenzó antes del 15 de mayo
- Los indignados se han articulado en este tiempo en asambleas
- El 15 de octubre es la fecha propuesta para un "cambio global"
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El 12 de mayo de 2010 el Gobierno de Rodríguez Zapatero anuncia el mayor recorte social de la historia de España, bajo la presión de la crisis internacional. Se congelaron las pensiones de 6 millones de pensionistas, 3 millones de funcionarios vieron su sueldo recortado un 5%, y un millón de familias con todos sus miembros en paro dejaron de recibir subsidios extra.
Un año y tres días más tarde, el 15 de mayo de 2011, nacía una de las mayores movilizaciones sociales del país desde la Transición. El Movimiento 15M es la consecuencia de las cifras de paro en continuo aumento, de los recortes en los presupuestos en sectores clave y se define como un movimiento pacífico, inclusivo, apartidista, horizontal y transparente.
No fue un movimiento completamente espontáneo, las circunstancias económicas y sociales, que habían empeorado los últimos años, habían generado el caldo de cultivo necesario para que cientos de miles de personas tomasen las calles y reclamasen más participación.
Antecedentes: V de Vivienda, ‘NoLesVotes’ y Juventud Sin Futuro
Más allá de sindicatos o partidos políticos, varios movimientos sociales, sin etiquetas ideológicas previas, pedían una sociedad más justa en defensa de los derechos sociales.
Uno de ellos es 'V de Vivienda', que reclama el “derecho a una vivienda digna y la posibilidad real de emancipación de los jóvenes españoles”, ante la constante subida de precios en el sector, que han hecho que alquilar una vivienda suponga prácticamente la misma carga que comprarla, para una generación de mileuristas.
En mayo de 2006 esta organización protagonizó una protesta a cuyas características hoy estamos muy acostumbrados: miles de ciudadanos se concentraron en la Puerta del Sol, marcharon por las calles de Madrid, pasando por el Congreso de los Diputados y son disueltos por la Policía.
Otro movimiento social muy implicado en el 15M es el surgido como reacción a la “Ley Sinde”, que intenta poner freno a la piratería en la Red. ‘NoLesVotes.com’ pide a los ciudadanos que no den su voto a los partidos que apoyaron dicha ley, PSOE, PP, EAJ-PNV y CiU, y que pretende fomentar la entrada de minorías en el arco parlamentario.
Quizá uno de los antecedentes más claros de lo que iba a suceder el 15 de mayo estuvo en la marcha que recorrió Madrid el 7 de abril de 2011. 'Juventud Sin Futuro', un movimiento que reclama la esperanza perdida de un trabajo, una vivienda, un futuro en definitiva, para la generación más preparada de nuestro país. La misma que cosecha los mayores éxitos del deporte, pero perdida y devaluada en otros sectores.
Ese día, de Antón Martín a Atocha de Madrid, los jóvenes que años antes habían protestado contra el Plan Bolonia, y muchos más que aún no habían salido a la calle, se unieron bajo un solo punto en común: la falta de una garantía de futuro les había hecho perder el "miedo", como rezaba uno de sus lemas.
Pero aún faltaba un hito más para que no solo algunos jóvenes tomasen las calles con sus reivindicaciones. “¡Democracia Real YA!” (DRY), movimiento social que considera que los ciudadanos no están representados ni son escuchados por a clase política, y exige un cambio de rumbo en la política social y económica, había estado preparando durante meses la marcha del 15 de mayo bajo el lema “No somos mercancías en manos de políticos y mercados”, consiguió reunir a personas de todos los estratos sociales y edades.
Del 15 de mayo al 12 de junio. 28 días de “plazas tomadas”
La noche del 15 de mayo, tras la manifestación que en Madrid reunió a decenas de miles de personas, unos 40 participantes decidieron, de forma espontánea, quedarse a dormir en la Puerta del Sol, destino final de la marcha que había comenzado en Cibeles.
Sin embargo, no sería hasta el martes 17, tras conocerse el desalojo por la fuerza realizado por la Policía de esas pocas decenas de jóvenes (en su mayoría universitarios), que la gran mayoría de los que más adelante se daría en llamar “indignados”, salieron en masa a la calle para reivindicarla como espacio público de reflexión y debate.
En una semana el símbolo en que se había convertido Sol albergaba, bajo un mar de lonas que protegían a los participantes del sol y la lluvia, un ágora dividida en comisiones que trataban todos los temas fundamentales de nuestra sociedad. A esas comisiones se les sumó una sorprendente capacidad de organización que hizo que una estructura de centenares de personas conviviese durante casi un mes reivindicando un sistema democrático más participativo, con políticos más responsables, y menos dependientes de los mercados.
“Políticos, hoy es vuestro día de reflexión”. El 21 de mayo, jornada previa a las elecciones municipales y autonómicas, la Junta Electoral Central prohibió en todo el país la concentración ciudadana entendiendo que se trataba de una reivindicación política que podría afectar a la decisión de voto del resto de ciudadanos. Una vez más, decenas de miles de personas decidieron desafiar la prohibición y “pasear por Sol” con quejas dirigidas fundamentalmente contra un sistema electoral que a su entender fomenta el bipartidismo.
El 27 de mayo los Mossos d’Esquadra desalojan por la fuerza la Plaza de Cataluña en Barcelona, para que se pueda celebrar en ella la victoria del Barça en ella. El resultado son 121 heridos esa mañana, y la concentración de cerca de 10.000 personas por la tarde en la misma plaza como señal de protesta. La actuación policial genera una vez más un “efecto llamada” que provoca concentraciones masivas en las plazas de varias decenas de ciudades por todo el país.
El 9 de junio comienzan las sesiones constitutivas de los nuevos parlamentos autonómicos. En Valencia, la concentración de indignados frente al Parlament que pedían la regeneración democrática y la salida de imputados de corrupción de las Cortes, se salda con 5 detenidos y 18 heridos. Los incidentes en Valencia, que las autoridades achacaban a individuos violentos dentro del 15M, y el movimiento a la actuación policial, sería un anticipo de lo que iba a ocurrir en Barcelona el 15 de junio, día del pleno de aprovación de los presupuestos del Parlament catalán.
El bloque de los accesos por parte de los indignados terminó con algunos parlamentarios agredidos, otros entrando en helicóptero en el Parlament y más de 500 efectivos de la policía disolviendo a los manifestantes, de los cuales más de treinta resultaron heridos, y cerca de una veintena detenidos.
Tras 28 días de acampada en Sol, la Asamblea General decide que se levanta la acampada, y que en la Puerta del Sol sólo quedaría un puesto de información. Una bóveda de unos 20 metros de largo construida con palés, que transmita a los interesados la información sobre la reunión de las distintas comisiones que se han formado durante la acampada (economía, política...), y de los actos convocados por el Movimiento.
El 15M se expande. Los barrios y los pueblos toman la palabra
Tras desmantelar las acampadas, es el momento en el que el Movimiento se traslada a las plazas y los barrios. Las grandes ciudades se articulan con asambleas más “locales” los sábados, que el domingo comparten en una Asamblea común sus decisiones y propuestas.
Esta participación se extendió rápidamente a los pueblos de toda España. Varias columnas de indignados recorren el país recogiendo y difundiendo los mensajes del colectivo, tras la marcha del 19 de junio contra el “Pacto del Euro” que, de nuevo, reunió en decenas de ciudades españolas a cientos de miles de personas.
El 24 de julio más de 500 caminantes que habían recorrido el país son recibidos por una Puerta del Sol repleta de indignados. Los participantes en las expediciones procedentes de Galicia, País Vasco, Catalunya, Andalucía, Extremadura, Valencia y Murcia, compartieron en la Asamblea General de Madrid su experiencia y propuestas, de las que derivó un documento que reunía las demandas de indignados de todo el país.
Esos siete folios de “propuestas para un cambio del sistema” llegaron al presidente del Gobierno tres días más tarde, de manos del “cartero” Llamazares. Pero ese no era el objetivo final de las marchas, que deciden caminar unidas hasta Bruselas para participar el 15 de octubre, en las manifestaciones “para un cambio global”.
El cierre de Sol y la reforma constitucional
El 2 de agosto, la Policía desaloja por primera vez de la Puerta del Sol el puesto de información del Movimiento 15M, con motivo de la celebración días más tarde de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Para evitar nuevas concentraciones de protesta por el desalojo la Policía decide cerrar el paso en los accesos a la plaza. Sol permanece prácticamente bloqueada durante cuatro días, en los que los indignados no dejan de concentrarse en los accesos, reivindicando Sol como símbolo del movimiento.
Como resultado de la tensión entre manifestantes y Policía, la noche del 4 de agosto se produciría la primera carga policial en Madrid frente al Ministerio del Interior, donde los indignados habían ido a protestar por el cierre de la Puerta del Sol. Un día después la Policía despeja los accesos a la plaza y, tras una marcha por el centro de la ciudad, el Movimiento 15M “reconquista” Sol.
A finales de agosto el Gobierno anuncia que, con la ayuda del PP, se iba a modificar la Constitución para introducir un “techo de gasto”, que ayude a reduzcir el déficit de la administración.
El Movimiento 15M reacciona al cambio constitucional exigiendo un referéndum, para el cuál reunen firmas, realizan diversas manifestaciones, e incluso llega a solicitar una huelga general en rechazo a la modificación del artículo 135 de la Constitución.
El 15 de octubre, exportando la indignación
Poco después del 15 de mayo, surgió otra fecha: el 15 de octubre. Esta nueva convocatoria sin embargo tiene un objetivo más internacional. Sus promotores esperan que más de 869 ciudades, de 81 países, se vean involucrados en esta nueva jornada de protesta.
El lema común sera "Unidos por el cambio global", y pretende unir las protestas de la primavera árabe con las de Europa y el resto de países occidentales.
“Unidos en una sola voz, haremos saber a los políticos, y a las élites financieras a las que sirven, que ahora somos nosotros, la gente, quienes decidiremos nuestro futuro”, dicen en la página web ‘15october.net’.
Lo cierto es que esta nueva cita viene precedida, en los últimos meses, por las protestas en EE.UU. , Turquía, Israel, Grecia o Siria entre otros países que, por distintos motivos, están viendo como aumentan las protestas sociales en sus calles.