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Rajoy y Rubalcaba se 'olvidan' de la corrupción, el 15-M y la crisis de deuda

  • Rajoy y Rubalcaba evitan la mayoría de las propuestas del 15-M
  • La corrupción, oculta para no echarse en cara las causas de Camps y Blanco
  • La dación hipotecaria desaparece y se limitan a echarse en cara la burbuja
  • Ni Merkel ni el rescate a Grecia se mencionen pese a su importancia

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Durante la mayoría del debate entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcabahan hablado del paro y de los problemas de la economía, precisamente los dos asuntos que más preocupan a los españoles, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

También han hablado de sanidad y educación, dos temas por los que los españoles han mostrado una creciente inquietud, pero poco o nada se escuchó sobre el tercer problema de los españoles: la clase política.

En total, estos asuntos están en la mente de uno de cada cuatro españoles, pero no en la de los candidatos, que no han entonado ningún 'mea culpa' por los niveles alarmantes de desconfianza en los políticos, que en buena parte ha movido movimientos ciudadanos como el 15-M.

La corrupción, gran ausente

La proliferación de casos de corrupción política en el último tramo de la legislatura no ha ocupado ni una sola línea de las intervenciones de los candidatos del PP y del PSOE.

Y eso que hace apenas unos días el vicesecretario general del PSOE y portavoz del Gobierno, José Blanco, se veía inmiscuido en la investigación que lleva a cabo la juez de Lugo por la llamada Operación Campeón, que ha llegado al Tribunal Supremo ante supuestos indicios de corrupción y tráfico de influencias.

Sin embargo, Rajoy esquivó el tema y así evitó que Rubalcaba le recordara uno de los asuntos que han marcado la última legislatura: el caso Gürtel, que ha acabado con la carrera política del expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps y ha llevado ante los tribunales a varios cargos autonómicos del Partido Popular.

Nada sobre desahucios y paro juvenil

Este 'silencio' se extendió también a otros asuntos que también preocupan a los españoles. Así ha ocurrido con la vivienda, un asunto que sigue inquietando a más del 5% de la población y que fue protagonista en otras campañas, donde el derecho a una vivienda digna de los jóvenes se convirtió en un elemento de fricción.

Pese a demandas como la dación de pago ante el alto número de desahucios como consecuencias de la crisis, ni Rajoy ni Rubalcaba -que tiene una propuesta en ese sentido en su programa- han mencionado nada de este problema.

Y eso que abrieron el debate hablando precisamente de la burbuja inmobiliaria, pero solo se limitaron a echarse las culpas mutuamente sobre la ley del suelo y el alto número de construcción de viviendas en la pasada década.

El candidato socialista, en su turno de intervención, achaca al PP la "burbuja inmobiliaria" que provocó la crisis en España, aunque admite que el PSOE no la pinchó a tiempo

Otro de los problemas que han sido denunciados por el 15-M, como el paro juvenil, que afecta ya a uno de cada dos jóvenes, también ha brillado por su ausencia.

Rajoy y Rubalcaba se han reprochado mutuamente hacer leyes laborales que han perjudicado los derechos de los trabajadores, pero el debate sobre el paro se ha centrado en si el PP pretende recortar las prestaciones de desempleo cuando llegue al Gobierno o permitir que las pymes se descuelguen de los convenios colectivos.

Rubalcaba pide a Rajoy que aclare qué tipo de reforma laboral planea

Se evitan temas polémicos

En cuanto a otro de los grandes problemas para los españoles, la inseguridad ciudadana, ha sido tratado de forma residual al final del debate para que Rubalcaba mostrase los avances en este sentido.

Lo mismo puede decirse de ETA y el terrorismo, asunto con el que ambos candidatos no han querido hacer electoralismo y que se ha quedado solo para una palabras al final del debate pese al anuncio reciente de alto el fuego definitivo.

Rubalcaba ha destacado la mejora en las cifras de criminalidad, frente a las que tuvo Rajoy cuando era ministro y ha dicho que "debemos celebrar" el fin de ETA, recuerda a las víctimas y que le ofrece su colaboración "para los siguientes pasos"

Y es que, pese a los frecuentes rifirrafes en asuntos económicos, Rajoy y Rubalcaba han evitado asuntos que pueden provocar una mayor división social.

Por ejemplo, frente a lo ocurrido en campañas pasadas, Rajoy evitó usar  la inmigración en su discurso para mantener su imagen centrista, pese a  que es un problema que preocupa a más del 8% de los españoles.

Más aún, el aborto ha quedado silenciado pese a la intención del presidente del PP de derogar la ley actual, aprobada por el Gobierno socialista, aunque sí se ha tratado el recurso de los 'populares' contra la ley del matromonio homosexual, cuyo futuro Rajoy ha dejado en manos del Tribunal Constitucional.

También han preferido pasar de lado de ciertos temas en los que PP y PSOE se han puesto de acuerdo pese al rechazo de buena parte de la población, como la reforma constitucional que pone un techo de gasto a las administraciones públicas, así como en las que siguen sin llegar a un pacto pese a su acuciante necesidad, como la Justicia y la renovación de órganos como el Tribunal Constitucional.

Por último, ni Rubalcaba ha mostrado interés por decir cuál será su política exterior -aunque ha asegurado que pediría a la Unión Europea que retrase los ajustes y lance un Plan Marshall para superar la crisis de deuda- ni Rajoy ha explicado qué hará cuando Bruselas le pida más ajustes si se complica la situación con Grecia e Italia y se ha limitado a decir que hay que fijarse más en Europa y América Latina.

Rajoy hace una intervención sobre la política exterior, que considera capital, y considera que hay que darle más importancia a las relaciones con América Latina. El líder del PP ha recriminado a Rubalcaba que el PSOE se ha olvidado de Europa y se ha concretado demasiado en Palestina y Oriente Próximo.