Aitor Saraiba lleva al cómic a la generación con padres divorciados y sin raíces
- Es la primera novela gráfica del dibujante
- Es un viaje fisico pero también interior
Aitor Saraiba
Se licenció en Bellas Artes en Cuenca. Desde siempre le gustó dibujar y contar historias. Hasta ahora lo había hecho a través de pequeñas publicaciones (“Tus ídolos favoritos”, “Un pony muerto”, “El viaje más largo de mi vida”) y autoediciones (“Heavy Metal”). En sus exposiciones para Mad is Mad, Galería Fúcares y La Fresh Gallery, entre otras. Y en sus proyectos para la Noche en Blanco de Madrid, MUSAC y Museo Thyssen. Esta es su primera novela gráfica, y sobre todo él, espera no sea la última. Le gusta el heavy metal y Nicanor Parra. Le gusta estar en Madrid, pero la vida le ha demostrado que no tiene residencia fija.
El artista Aitor Saraiba acaba de presentar en Madrid su novela gráfica El hijo del legionario (Edicions de Ponent) un texto autobiográfico que analiza las difíciles relaciones familiares con padres divorciados y el "viaje interior" en busca de las raíces, común a muchos de los de su generación.
Saraiba admite que ha sido una "sorpresa muy grata" los muchos correos electrónicos que recibe desde que su libro salió a la venta este mes: "Es precioso recibir mails de gente que se siente identificada con el libro, gente no sólo de mi generación sino de la de mis padres".
El hijo del legionario (Ponent) es un viaje, físico pero también interior, de este joven artista que a sus 28 años acumula una extensa trayectoria profesional, dentro y fuera de España, ligada en particular al mundo del cómic y el dibujo.
Cuando Aitor tenía un año sus padres se divorciaron y de este "dolor" surgió, mucho más tarde, un libro que supone un regreso a sus raíces -en Talavera de la Reina- después de haber recorrido otros países y continentes.
La relación con un padre que "está lejos"
Esta novela gráfica, o 'libro ilustrado' como también quiere llamarlo, trata sobre la relación del autor con un padre que está "lejos" durante su infancia y adolescencia, y al que mucho más adelante intenta comprender y llega a perdonar.
Aunque se considera ciudadano del mundo, sitúa su cómic en su Talavera natal: "Más que una ciudad, Talavera es un estado emocional. Es una excusa para cerrar un círculo y cada uno puede situarlo en cualquier otro lugar. Lo que intenta el libro es cerrar ese círculo, hacer las paces con tus raíces e intentar entender cosas que pasaron en tu infancia".
La novela nació sin intención de ser publicada jamás, a modo de un diario personal mientras Aitor residía en Los Ángeles (Estados Unidos): "Escribí el libro solo, muy lejos de casa, como si no lo fuera a leer nadie en el mundo. Tiene la honestidad de un diario que nunca pensé que iba a ser leído", asegura.
De ahí ha venido, en gran parte, su sorpresa ante la respuesta de muchos lectores que se han visto reflejados en este libro "íntimo" de un autor para quien el dibujo es la base de toda su actividad artística, y su forma de comunicación y de expresión desde que apenas tenía tres años.
Saraiba cuenta en su currículum con seis publicaciones, la penúltima a cargo del Museo Thyssen y Nintendo sobre el programa "Art Academy", y su invento de los "dibujos curativos" le llevaron a La Noche en Blanco madrileña de 2009.