George Clooney viaja a un archipiélago de emociones en 'Los descendientes'
- Alexander Payne retrata la imperfección de una familia desestructurada
- El filme es Globo de Oro al Mejor actor y a la Mejor película dramática
LOS DESCENDIENTES
5 nominaciones a los Oscar
Mejor Película
Mejor dirección: Alexander Payne
Mejor Guión adaptado: Alexander Payne, Nat Faxon y Jim Rash
Mejor actor: George Clooney
Mejor Montaje
“Mis amigos del continente creen que porque vivo en Hawai, vivo en el paraíso. Que, como en unas vacaciones permanentes, aquí estamos nada más que bebiendo Mai Tais, meneando las caderas y jugando con las olas. ¿Es que están chiflados?”.
Asegura la voz en off, al principio de la cinta, de Matt King (George Clooney), el atribulado protagonista de Los descendientes. Nos sitúa para que encaremos el mensaje venidero: que a pesar de tenerlo todo y vivir en un entorno aparentemente idílico, nadie escapa a la enfermedad, la desgracia, el desamor o los conflictos. Nadie vive en vacaciones permanentes.
King se enfrenta a su destino y se lanza a una búsqueda desesperada de su lugar en el mundo, se cuestiona su paternidad y sus cimientos morales de “hombre normal” y lo hace mientras sobrevive en un singular archipiélago hawaiano con un marcado aire de postal decadente y melancólica.
Oda a la imperfección
Alexander Payne vuelve de nuevo por sus fueros: recorre el camino junto a tipos imperfectos como en A propósito de Schmidt o Entre copas. Son seres algo perdidos y entrañables- ni héroes, ni antihéroes- pero que consiguen emocionarnos o entristecernos, o las dos cosas: la línea entre comedia y drama queda difuminada.
Los descendientes, que se estrena este viernes en España, muéstra sentimientos desnudos, no cae en los tópicos, a pesar de que sus personajes rozan la extravagancia pululando de isla en isla ataviados con sus floreadas camisas desteñidas y sus chanclas.
“El personaje de Clooney busca su lugar en el mundo“
Payne lo consigue de nuevo, sin renunciar a su particular estilo, ni a su naturalismo innato y con un máximo respeto hacia sus criaturas. Parece, de hecho, que ajeno a los engranajes de la industria, lo hace con mucha calma y tranquilidad. Han transcurrido siete años desde que se estrenó la aclamada Entre copas (2004).
Clooney y la crisis de los 50
George Clooney sobresale en un papel inédito, en un tour de force reseñable en el papel de hombre superado por las circunstancias y las contradicciones.
Es un padre inexperto y un esposo ausente, al que su mujer engaña; para colmo es el administrador accidental de uno de los pocos territorios vírgenes que quedan en Hawai.
Un pedazo de tierra que desea vender a toda costa una parentela interminable en un intrincado árbol genealógico que nos remite a la nobleza hawaiana.
Las piezas del puzzle empiezan a encajar cuando su aventurera mujer (Patricia Hastie) sufre un accidente; será la presencia constante de ese cuerpo inerte el que guíe sus pasos hacia la redención y la madurez: la recuperación del cariño de sus hijas (la precoz Scottie, Amara Miller y la rebelde Alex, Shailene Woodley), sus descendientes, o la reflexión sobre que hubieran pensado sus antepasados sobre el comportamiento ético de su desconcertado heredero.
“Él sabe como contar historias (G.Clooney sobre A. Payne)“
La perfecta imperfección de la historia, basada en la novela homónima de Kaui Hart Hemmings, ha cautivado al público y ya camina con paso firme hacia los Oscar.
Se ha alzado con dos Globos de Oro (Mejor actor para George Clooney y galardón al Mejor Drama del año para Alexander Payne). Atesora cuatro nominaciones a los prestigiosos Independent Spirit Awards. Y cinco nominaciones a los Oscar
"Él sabe cómo contar historias. Él sabe cómo hacer algo divertido y cómo darle la vuelta", dijo Clooney de Payne en la ceremonia de los Globos de Oro. Está claro que ningún hombre es una isla.