Pinterest: la nueva red social donde 'pinchar' contenidos (y sus cuestiones legales)
- En la nueva red social la gente elige y compara fotos y vídeos de otras webs
- Incluye también redes de amigos y funciones para republicar los contenidos
- La publicación masiva de material puede estar enfrentada con el 'copyright'
- RTVE.es ya está en Pinterest
La red social de moda se llama Pinterest. Es un elegante servicio al que todavía solo se puede acceder "con invitación", lo cual está ayudando a aumentar su interés y el ansia por probarlo entre los asiduos a las redes sociales.
Una interfaz sencilla, bonita y muy cuidada, un concepto igual de simple y una puesta en marcha exitosa han sido todo lo que ha hecho falta para que tras experimentar un crecimiento explosivo ya esté recibiendo la atención de los focos de la fama, igual que en el pasado les sucedió a tantos otros servicios similares, los más parecidos quizá Path o Instagram.
“El concepto es ir pinchando en un tablón fotos y vídeos que el usuario encuentra al navegar“
El concepto en Pinterest es tan simple como ir pinchando en un tablón las fotos y vídeos que el usuario se va encontrando al navegar por Internet. Se utiliza la metáfora del tablón (board) y los pinchos o chinchetas (pins) igual que en Twitter se habla de los tuits o en Google+ de los +1.
A esto se añaden las habituales conexiones con amigos, seguidores (followers) y seguidos (followed) y funciones como la republicación (repins, similares a los retuits).
¿Cómo se 'pinea' una imagen?
La forma de hacerlo es muy simple: añadiendo un "botón favorito" (bookmarklet) a la barra del navegador, y pulsándolo cuando se está sobre una página con imágenes que se quieren republicar. Se escoge la foto, se categoriza y se publica.
En Pinterest la portada del usuario se transforma en una especie de collage interminable con todas esas imágenes y vídeos, a las que si acaso acompañan algunas palabras: 500 caracteres es el límite.
Durante la configuración, para lo que basta registrarse con unos pocos datos (o una cuenta de Twitter o Facebook) se añaden automáticamente algunas temáticas y seguidores selectos, de modo que el resultado nada más empezar es una pantalla repleta de imágenes interesantes – un buen truco para enganchar a la gente.
Quienes hayan usado Pinterest y durante los últimos años el servicio de microblogging Tumblr notarán cierto parecido. No en vano en ambos el efecto más importante es compartir los contenidos masivamente, sin que importe su origen.
La clave son las "republicaciones" o "repines", que se encadenan de unos usuarios a otros. De hecho, los microblogs de Tumblr o los tableros de Pinterest de la mayor parte de los usuarios carecen de cualquier tipo de contenido original: son simplemente la suma de cientos de recortes obtenidos de otros lugares, sin que muchas veces se mencione ni siquiera la autoría original o la fuente de procedencia. ¿Puede suponer esto un problema legal?
Más adelante hay un análisis más detallado al respecto. Actualmente Pinterest está siendo usado por aficionados a Internet de todo tipo, principalmente mujeres entre 25 y 44 años; según un estudio de ComScore, solo un 20% de hombres usan el servicio, frente a un 80$ de mujeres. También hay algunas empresas y marcas probando sus usos potenciales para difundir imágenes interesantes, fotografías de modelos, moda, y similares.
Parece por un lado un servicio que se puede usar para todo pero tampoco termina de afinar entre un público determinado: probablemente necesite algo más de maduración para encontrar su hueco.
Mientras el servicio todavía no está ni siquiera abierto oficialmente, los expertos tratan de analizar cuál será su orientación estratégica, sus formas de ingresos (publicidad y comisiones por afiliación de sitios de comercio electrónico están entre las más obvias) o si alcanzará las cifras millonarias de Google+, Facebook o Twitter.
Todo ello necesitará de unos cuantos meses para que se asiente y la comunidad pueda digerirlo: con tanta red social muchos ya no tienen siquiera tiempo de "probarlo todo" en estos tiempos que corren.
Los problemas de derechos de las publicaciones en Pinterest
Debido a su orientación que hace masiva la publicación y republicación de materiales gráficos, Pinterest se enfrenta un particular problema: las complicaciones legales que puede suponerle tal cantidad de material protegido por copyright circulando por su red social.
En mayor o menor medida, este problema lo tienen prácticamente todos los sitios de Internet: un periódico que toma imágenes de Internet sin citar la fuente; los blogs, que utilizan imágenes y vídeos de otros para ilustrar sus anotaciones o los agregadores de contenidos, como Flipboard o Google Reader, que descargan y copian los contenidos de blogs y periódicos para mostrarlos, al completo o en forma de resúmenes, en el navegador o en las tabletas como el iPad sin que el usuario necesite visitar las webs originales.
Todos ellos "se llevan" algo sin permiso bajo la premisa de que es bueno para el usuario – aunque no siempre el propietario de los derechos esté de acuerdo con que esto se haga.
Por otro lado, el sentido común dictamina que hay que tener en cuenta al menos tres cosas: cuán masivo es el uso que se le da a esos materiales, de qué otros contenidos va acompañado y si esa republicación puede resultar beneficiosa para el sitio web original.
Si sitios como Facebook, Google+ o Netvibes publican una versión en baja resolución de una imagen (o un texto resumido) no parece probable que tengan problemas. Si un blog acompaña una imagen a pequeño tamaño, en un contexto divulgativo, junto con textos explicativos y otros materiales originales, probablemente tampoco. Si Google se guarda los textos, las imágenes o las noticias en su buscador o en Google News para indexarlos y organizarlos y luego reenviar su amplia audiencia a las webs originales puede pensarse que incluso está haciendo un favor a esos creadores de contenidos.
Sin embargo, Pinterest está muy al límite de la "zona gris" en este aspecto.
“Extrae una copia completa en alta resolución del contenido original“
Al igual que le sucedió a Flipboard, la "revista personalizada para iPad", su técnica consiste en extraer una copia completa en alta resolución del contenido original y ofrecerlo en su propia web: muchas veces no hay forma de llegar al original. Tampoco parece que ese contenido vaya demasiado acompañado, como en el caso de blogs o periódicos, sino que con suerte participa en en una suerte de megamix en el que las propias imágenes y vídeos son la chicha del servicio.
Y, una vez extraído ese contenido de la fuente original, la gente no necesita visitarla para disfrutar de ella: adiós a los ingresos publicitarios o las posibles ventas de productos.
Legalmente, incluso la utilización de una sola imagen, sea cual sea su tamaño, se enlace a la fuente original o no, se cite la fuente o no, puede ser constitutiva de una violación de derechos de propiedad intelectual – y excepciones a esto hay muy pocas.
Los legítimos propietarios pueden pedir su retirada y denunciar a quien haga uso de ellas, ya sea un usuario, una red social o un servicio agregador. Muchas empresas, como podría hacer Pinterest, se escudan en que "son los usuarios los responsables de lo que se publica", pero en casos en que no se consigue localizar a los usuarios pueden hacer responsables de sus actos a la empresa en cuestión – sobre todo si no colabora para retirar los contenidos. En los casos más extremos, median denuncias y es juez quien dictamine quién lleva razón – al menos hasta que la Ley Sinde-Wert entre en acción.
En la práctica, en la mayor parte de los casos, impera el sentido común y se permite la libre circulación de imágenes y vídeos para usos razonables. Pero en el sentido más estricto, cuando un propietario de derechos considera que se está haciendo mal uso de sus contenidos, puede ejercer sus derechos.
Y no pensemos solo en los posibles daños económicos: hay gente que prefiere no ver sus fotografías usadas para promocionar cierto tipo de contenidos (por ej. con fines políticos, ideológicos o comerciales) y hacen uso de sus derechos para evitarlo.
Flipboard solucionó el problema añadiendo una visualización a página completa de las páginas originales de las que se extraen los artículos e imágenes que componen su "revista personalizada". Pinterest ha optado por otra solución: facilitar un código HTML para quien no quiera que le "roben" las imágenes.
“Pinterest facilita un código a las empresas que no quieren ser 'pineadas'“
La idea es tosca y un tanto burda: no se puede obligar a todas las webs del mundo a añadir un código especial para no ser copiadas – imaginemos que hubiera que hacerlo para el sinfín de servicios similares que existen.
Hubiera sido mejor idea usar el conocido estándar del protocolo ROBOTS.TXT como hace Google para dejar fuera a quienes por alguna razón no quieren aparecer en su índice. Otras opciones de la industria en este sentido pasan por hacer acuerdos, compartir ingresos (cuando los haya) con las webs de las que se extraen los contenidos o hacer optativa (y no "por defecto") la posibilidad que se extraigan los contenidos.
En cualquier caso, la creciente popularidad de Pinterest ha reavivado estas polémicas relativas a los derechos de autor y al enfrentamiento entre los propietarios de servicios web y los titulares de los copyrights.
Es algo que muchas veces se solucionaría de buenas maneras y usando el puro sentido común, pero que en otras ocasiones puede desembocar en un sinfín de problemas o en acuerdos que requieran de millones y millones de dólares: véase lo que tuvo que hacer Google tras adquirir YouTube para evitar las demandas de la industria cinematográfica y de la televisión.