'La casa de los susurros', un cómic de Muñoz y Tirso que triunfa en todo el mundo
- Cuentan la historia de unos huérfanos con "poderes especiales"
- Un productor francés quiere rodar una película
David Muñoz (guionista), y Tirso Cons (Dibujante) son dos jóvenes autores españoles que han triunfado en todo el mundo con La casa de los susurros (Dolmen), una historia sobre una misteriosa mansión habitada por niños muy especiales.
“Es la historia de Sarah –nos cuenta Muñoz-, una niña que tras perder a sus padres y a su hermana en extrañas circunstancias, es internada en un hospital para huérfanos de la antigua Yugoslavia, pocos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Los médicos le cuentan a Sarah que ha sido infectada por el mismo virus que ha matado a su familia y que allí van a curarla. Pero en realidad lo que le ocurre a Sarah es algo muy diferente. En cuanto sospecha que la están mintiendo, Sarah, acompañada de otros huérfanos del hospital, decide comenzar a investigar, descubriendo que va a jugar un papel muy importante en una guerra que lleva luchándose desde hace milenios entre las razas de monstruos y los hombres”.
Una niña que visualmente recuerda a Caperucita Roja. "No ha sido intencionado -asegura Tirso- pero me imagino que es algo que está ahí. La pérdida de la inocencia, la manipulación y las decisiones y sus consecuencias. La elección del rojo en el caso del abrigo de Sarah simplemente adolece a razones estéticas".
“La portada fue casi la página 1, de lo primero que hicimos –comenta el dibujante-... y a partir de ahí mantuvimos cierta coherencia. De todas formas, la iconografía popular juega un papel muy importante en cualquier relato de este tipo. Forma parte del tablero. Quizás en otra cultura no evoque los mismos sentimientos...”
Una historia de amistad... y traición"
“Yo creo lo más importante, y con lo que espero que se queden los lectores de “La casa de los susurros” sea la historia de amistad entre los protagonistas. Es la que más me interesó mientras estaba escribiendo los tres álbumes”, asegura David Muñoz.
“Al final, lo que contamos es como unos niños se hacen amigos -explica el guionista-. Y por supuesto, como esa amistad se ve puesta a prueba y en algunos casos se rompe. Ese es el núcleo emocional del relato. Y es la historia que me gustaría continuar algún día. Una de las cosas que me llevaron a escribir La casa de los susurros fue leer un artículo sobre un orfanato africano en el que viven niños con el H.I.V. , el virus del SIDA. Me impactó de tal manera que no pude quitármelo de la cabeza durante meses”.
“No paraba de preguntarme como sería ser un niño y vivir así, con una bomba de relojería en tu sangre -continúa Muñoz-. También me conmovió de aquel artículo lo importante que era para aquellos niños su relación con sus compañeros (sus únicos amigos, ya que fuera del orfanato todos les rechazaban) y el personal que les atendía. Al cabo del tiempo, todas aquellas reflexiones fueron dejando un sustrato que, extrapolado al fantástico, fue lo que dio origen a la La casa de los susurros.
"Nada que ver con El espinazo del diablo"
Una historia que, pese a hablar sobre huérfanos y estar ambientada en un orfanato tiene poco que ver con otro de los éxitos de Muñoz, El espinazo del diablo. “Creo que se parecen muy poco –asegura el guionista- salvo en que están protagonizados por niños y en que hay un orfanato. El espinazo del diablo es una historia gótica de fantasmas bastante clásica en el fondo (aunque quizá no lo parezca al estar tan "españolizada"), mientras que La casa de los susurros es una historia fantástica mucho más ambiciosa y épica. Es otro género. No es lo mismo Otra vuelta de tuerca que El señor de los anillos.
El espinazo... costó unos 6 millones de euros (pero lo mismo me equivoco), una posible película de La casa... costaría 150. ¡Lo que es una razón importante para que nunca llegue a rodarse! Aunque puede que las dos historias tengan más cosas en común de las que me parecen a mí”.
"Al final siempre me tiran los mismo temas: la amistad y lo fácil que es traicionarla (que poco separa a veces el amor del odio), qué significa madurar y qué pierdes por el camino al hacerlo, la desconfianza respecto a los adultos (y por extensión a todos aquellos que ejercen el poder)... pero bueno, tampoco me gusta hacer de crítico de mi mismo y explicarme hasta ese punto. Sobre todo porque contado así puede dar la impresión de que el proceso de escritura de mis guiones es mucho menos espontáneo de lo que realmente es. Sencillamente me pongo a escribir y las decisiones que voy tomando de forma casi instintiva me suelen llevar a tratar este tipo de temas. No es algo premeditado”.
Ambientación gótica en Praga
"David y yo hablábamos mucho antes de empezar con el guión técnico de las ideas y el contexto en el que debía desarrollarse la historia -confiesa Tirso-. La república Checa estaba ocupada por los soviéticos en un momento de postguerra y nos permitía un ambiente, tanto por algunos de sus parajes, clima... como la belleza de su capital, que eran perfectos para nuestra historia, a parte de complicarnos menos la vida con contextos políticos y detalles históricos que no son más que decorado de lo que sucede".
"La verdad es que no pensé en el ambiente gótico a priori, como idea de la que partir para el desarrollo gráfico, pero a medida que realizamos bocetos, conocíamos los personajes, y los ambientes en los que transcurría la historia, la historia tomó carices góticos -confiesa el dibujante-. Quizás resulta difícil hacer algo con Vampiros, Mansiones y niebla y que no resulte gótico! ¡ja,ja,ja!".
Monstruos clásicos del siglo XXI
"En el mundo de La casa de los susurros existen todo tipo de monstruos “animales” -nos explica Muñoz-.. Hasta, como se ve en el tercer álbum, hay una mujer pájaro. Pero no tengo una buena respuesta que explique por qué usamos esos monstruos y no nos limitamos a los vampiros y los hombres lobo. Sé que en su momento Tirso y yo le dimos muchas vueltas a eso, pero ahora mismo no recuerdo por qué decidimos tirar por ahí".
"Nuestra propuesta ha sido unir esos monstruos clásicos, que podrían haber sido los protagonistas de, por ponernos exquisitos, La mujer pantera de Jacques Tourneur, o innumerables películas de serie Z, con el mundo “biotecnológico”, en el que el origen de la monstruosidad es más científico que mágico, de prácticamente todas las películas de vampiros posteriores a Blade. Eso es en lo que más se nota que es una historia del siglo XXI".
"Quizá una influencia muy grande en muchos de los conceptos que manejamos en La casa de los susurros fue el remake de La mujer pantera que dirigió Paul Schrader en 1982. Es una película que siempre me ha fascinado y que he visto varias veces -comenta Muñoz. Justo ahora, contestando esta entrevista, es cuando me he dado cuenta de que también puede haberme influido al escribir el cómic. Ah, y también creo que me influyó Razas de noche una película dirigida por el escritor Clive Barker basada en una novela suya. La película es muy mala, pero aún así está llena de ideas que me estuvieron rondando la cabeza durante un tiempo. Todo aquello del mundo de monstruos que existe en paralelo al de los humanos me pareció siempre muy interesante. ¡Y es que muchas veces las cosas que te influyen de verdad no tienen porque ser la que normalmente se consideran “buenas”"
Se prepara una adaptación al cine
"Creo que podría ser una buena película si alguien estuviera dispuesto a gastarse 150 millones de euros en rodarla -asegura David Muñoz-. De hecho ya hay un proyecto en marcha. Un director francés se ha interesado por los derechos y ahora mismo creo que se está escribiendo el guión. Pero si te soy sincero, me da igual que se haga una película o no de La casa de los susurros. Si se hace y es buena, estupendo, porque habrá más gente que se interese por el cómic. Pero también puede ser un horror y producir el efecto contrario".
"Encima -continúa Muñoz- puede pasar que esa película horrible sea en lo primero en que se piense cuando alguien escuche el nombre La casa de los susurros. Como le ha pasado al pobre Darren Shan con su estupenda serie de novelas juveniles de vampiros Cirque du freak. La adaptaron al cine, y no solo quedó mal sino que fue un fracaso. Pero ahí está para la eternidad, en DVD y en Blu-ray y en mil páginas web. ¡O la película de Luc Besson de Adèle Blanc-sec! ¡Pobre Tardi! En realidad, hay muchas más adaptaciones de cómics malas, o que directamente dan vergüenza ajena, que buenas".
"Además, quizá al ser también guionista de cine no tengo tan mitificado el mundo del cine como otros compañeros historietistas y no me muero porque hagan una película con mis cómics. Si tiene que pasar, pasará, pero ya te digo que no es algo que espere con especial ilusión. Hombre, seguro que el dinero (que tampoco será mucho), nos vendrá bien a Tirso y a mí, pero aparte de eso…"
"Lo que sí me ha hecho ilusión es que La casa de los susurros se haya publicado en Francia, en Estados Unidos, en Holanda, en España, en Alemania… Eso sí que me hace feliz. El día en que vi Whispers in the Walls anunciado en el catálogo Previews (que compro todos los meses para pedir comic book americanos), fue uno de los más felices de mi carrera. Cuando escribo cómics quiero que sean buenos cómics, nunca me los planteo como storyboards de futuras películas (cosa que por desgracia sí que parece una tendencia en cierto cómic comercial europeo y americano)".
Un equipo creativo de lujo
David Muñoz confiesa que gran parte del éxito del cómic es cosa del dibujante y el colorista (Javi montes): "Un guión no es nada por si solo. Yo creo que he tenido mucha suerte al tener a Tirso y a Javi de compañeros de viaje. Son muy, muy buenos. La historia y la forma en la que estaba contada han ido siempre en la misma dirección, no ha habido grandes diferencias de criterio entre unos y otros. Con Tirso me reuní bastante antes de empezar a escribir para discutir la historia, y luego cada vez que terminaba una versión del guión él me mandaba notas haciéndome comentarios, preguntas, y sugerencias".
"A mí siempre me gusta escribir mis guiones de cómic teniendo en cuenta quién los va a ilustrar, y sobre todo, sintiendo que los dos, guionista y dibujante, somos realmente cocreadores del proyecto -comenta Muñoz-. Luego, una vez el guión de cada álbum estuvo terminado, Tirso lo dibujo y… ya está. A la hora de dibujar Tirso es muy de ir a la suya y poco amigo de enviar bocetos o de discutir la planificación de sus páginas con nadie, pero bueno, aunque a mí al principio me habría gustado tomar parte en ese proceso, visto el resultado, tampoco me puedo quejar".
Una vez más Tirso nos sorprende con sus arriesgadas composiciones de página que nunca obstruyen la fluidez de la narración: "Me gusta experimentar porque, de lo contrario, mi trabajo sería muy aburrido", asegura.
Algo en lo que Muñoz le da bastante libertad: "La verdad es que no soy un guionista muy dictatorial, en mis guiones no suelo especificar el tipo de plano de la viñeta salvo que me parezca necesario que sea de una manera concreta para que se comprenda la acción. No quiero que el dibujante sea “mi mano” ni tenerle trabajando un poco como a control remoto. Hacer cómics es una colaboración e igual que el dibujante tiene que confiar en que yo voy a hacer bien mi trabajo, yo tengo que confiar en su capacidad como narrador".
"Y con Javi no recuerdo haber hablado nunca del color del álbum excepto para decirle que me gustaba mucho -confiesa Muñoz-. Nunca hubo nada que me pareciera que hubiera que corregir. Así que me llegaban las páginas, las miraba, casi siempre sonriendo, contento de ver mis ideas hechas realidad, y las metía en la carpeta de mi ordenador donde iba guardando todo el material del álbum. Me encantaría repetir con Tirso y con Javi, y espero que ocurra tarde o temprano".
"Trabajar con David es fácil -asegura Tirso. Es muy dialogante, muy poco egoísta y así resulta sencillo... a parte de tener muy claro que quiere y expresarlo con facilidad. Pero creo que en parte la clave estuvo en haber hablado y habernos visto y reunido muchas veces antes de lanzarnos... de alguna manera, en las charlas coloquiales, entiendes a veces mucho mejor lo que tu compañero tiene en la cabeza, el como ve un personaje, o incluso sabiendo de sus gustos literarios o culturales... te acerca a su forma de ver las cosas. Si estas además mimetizan con las propias... pues mucho más sencillo aun".
"Y el color de Montes es fundamental -continúa Tirso-. Conozco a Javi de hace tiempo, y prácticamente hemos empezado juntos, o al menos, desde que yo empecé, siempre ha estado a mi lado. Javi y yo siempre hemos compartido muchos gustos, y nos une una relación que trasciende las viñetas. Mis dibujos lucen fantásticos con su color. Hemos tenido que hacer ajustes por problemas de impresión, pero que considero que hemos ido solventando... y el resultado es que creo que dibujo y color se funden a la perfección".
Además el cómic incluye unos estupendos extras e ilustraciones de otros grandes artistas sobre los personajes como Humberto Ramos, Enrique Fernández, Marcial Toledado, Roberto Ricci, Geral Parel, Tim Sale, Javi Martín, Verónica Álvarez, Pedro J. Colombo, Man Arenas, Alessandro Barbucci, José Luis Munuera o Dani Acuña. "Agradecido, sobre todo de contarlos como amigos", comenta Tirso.
Se podría convertir en una saga
"A mí me gustaría seguir escribiendo la serie, -confiesa Muñoz- y de hecho con Tirso hablé de continuarla contando una historia que ocurriría varios años después del final, con los protagonistas ya adolescentes. Pero depende de la editorial, y también de Tirso, que ahora mismo trabaja sobre todo para Glénat, una de las competidoras de Humanoides, la editorial original de “La casa…”. Supongo que si realmente se hace una película, habrá más posibilidades de que eso ocurra. Me parece un poco triste que sea así, pero es lo que hay.
No nos ha influido Carlos Giménez
Muñoz ha restado importancia a La influencia de Carlos Giménez en El espinazo del diablo. Es algo que me parece que en alguna ocasión se ha malinterpretado. Cuando escribí junto a Antonio Trashorras el tratamiento que acabaría convertido en El espinazo del diablo (que por entonces se llamaba La bomba), nunca pensamos que estuviéramos siendo influidos por los tebeos de Giménez. Pero dado que la historia sucedía en un orfanato en una época similar a la de una de las obras maestras de Giménez, Paracuellos, decidimos homenajearle llamando Carlos al protagonista".
"Nuestra influencia más clara, por lo menos en aquel momento, era la novela El señor de las moscas de William Golding. Aunque tampoco fue que nos planteáramos tampoco fusilar a Golding. Yo quería escribir una historia sobre lo que ahora llaman “bullying” (porque lo sufrí de niño, no porque lo leyera en ningún libro), tenía un dibujo de un niño junto a una bomba enorme sin explotar clavada en el suelo que hice un día no sé porqué, y a Antonio se le ocurrió la idea de un fantasma que no era tal sino la materialización física de la culpa de un niño (idea que luego Guillermo del Toro decidió descartar). Nos pusimos a hablar y poco a poco a partir de elementos tan dispares surgió el argumento".
"Nunca nos planteamos emular la obra de Giménez. Vamos, que nunca quisimos escribir un Paracuellos con fantasmas. Lo que pasa es que al venir a Madrid a rodar la película, Guillermo se dio el gustazo de contratar a Carlos Giménez (al que también admira mucho) para trabajar en la preproducción de El espinazo…”.
"Y yo creo que Giménez hasta retocó algún diálogo junto a Guillermo para darle un aire más realista, más de la época, a alguna situación, de manera que al final sí que hay en la película momentos que pueden interpretarse como guiños a Paracuellos. Pero en La casa de los susurros pues no creo que haya rastro ya de Giménez. Vamos, hay el rastro que puede haber dejado lo mucho que he disfrutado siempre leyéndole. Sin duda su obra ha contribuido decisivamente a mi forma de ver las historias. Incluso diría que soy quien soy, no solo como guionista, sino como persona, porque leí sus tebeos en el momento adecuado: Paracuellos, Los profesionales, Koolau el leproso, Dani Futuro, etc.
"Pero aparte de eso, nada más. No creo que tenga mucho sentido comparar un tebeo como el nuestro, una historia de aventuras fantásticas concebida para un público adolescente o incluso más joven, con los tebeos autobiográficos de Giménez, que aunque en ocasiones estuvieran protagonizados por niños, nunca fueron para niños. Sería como comparar… no sé… Harry Potter con Maus. Y que conste que tanto uno como otro me encantan. Pero no son lo mismo".
"Yo soy hijo de Dragon Ball"
Una posible influencia a la que el dibujanteTirso Cons, también resta importancia. "En la sección de extras comenté que en el personaje de Milos, uno de los huérfanos, le dibujé los ojos más redondos, y las orejas de soplillo, como homenaje a algunos de los personajes de Paracuellos de Carlos... que le daba un aspecto más travieso y me parecía una manera de evocar eso que Carlos transmite con sus personajes. Ahora, de ahí a que el trabajo de Carlos sea una influencia en esta u otras obras, dista mucho".
"Generacionalmente no he conectado con el trabajo de Carlos Giménez. Llegué a él como dibujante de tebeos, como a muchos otros autores que considero importantísimos y de los que aprendo muchas cosas... pero no forman parte de esa influencia artística con la que creces. Podría decir lo mismo de Giraud o Victor de La Fuente... Pero yo soy hijo de Dragon Ball, Los Caballeros del Zodiaco, y crecí leyendo Hellboy o Akira. .. (o antes, a través de mi padre, Tintin o Asterix, Mortadelo, etc.)".
"Por suerte conozco a Carlos en persona y puedo decir que es una fuente de sabiduría, del medio y de la vida. Seguro ha supuesto una influencia en mi... pero debo descubrir en qué", concluye Tirso.
Sus proyectos
Ambos nos han contado sus proyectos, empezando por David Muñoz: "En televisión estoy escribiendo la serie de Antena 3 Con el culo al aire; en cómic tengo una nueva serie con Humanoides que está ilustrando Manuel García (con colores también de Javi Montes) y cuyo primer tomo debería editarse a finales de este año, y en cine estoy con el guión de precisamente la adaptación de un cómic muy conocido. Es un proyecto bastante complicado, y acabamos de arrancar, así que de momento no puedo hablar mucho de él. Espero que se ruede, pero según están las cosas por culpa de la crisis en el cine y la televisión, puede pasar cualquier cosa".
Tirso no está menos ocupado: "Acabo de terminar mi participación en 4 libros para Glénat, Las Crónicas de Legion, con el guionista Fabien Nury, cuyos libros 3 y 4 se publican a finales de este mes de mayo en Francia. Ahora estoy inmerso en la escritura del guión de mi próximo proyecto, también para Glénat, pero es probable que nada vea la luz hasta finales de 2013. Y alguna cosilla más... pero nada de lo que se pueda avanzar..."